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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Los reporteros de guerra, ¿una especie a proteger y con un nuevo destino, Venezuela?

21/05/2016 - 

Uno de los cimientos de nuestras sociedades y del régimen de Libertades que disfrutamos es sin duda la Libertad de prensa. Sin información, sin opinión, los ciudadanos no tienen elementos de juicio para ejercer su máxima responsabilidad, depositar su voto cada cuatro años, eso sí los líderes políticos en un excesivo personalísimo (divergente del interés general) no les hacen repetir la elecciones como en este 26J.

La verdad es que son malos tiempos tiempos para el periodismo, como nos recordaba Estefania Pastor al principio del mes en este diario un 36,8% de los periodistas de la Comunitat están desocupados, las nuevas tecnologías y la crisis económica ha provocado el cierre de muchos medios, una excepción que confirma la regla es la feliz y exitosa aparición de este diario -Valencia Plaza- que acaba de celebrar su 6º aniversario. La concentración en grandes grupos empresariales, más preocupados por la cuentas de resultados o por los intereses de los accionistas o de sus acreedores, tampoco es algo que ayude a la libertad de expresión, como tampoco ayuda la difícil situación internacional repleta de conflictos, recuerden al gran escritor griego Esquilo (siglo VI-V AC) cuando ya afirmaba: "La verdad es la primera víctima en una guerra".

Como nos recuerda la web de Naciones Unidas en su página dedicada al día Mundial de la Libertad de Prensa 3 de mayo, durante el 2015 110 periodistas fueron asesinados debido a su labor o perdieron la vida en circunstancias sospechosas (datos de Reporteros sin Fronteras RSF), como consecuencia en general de regímenes totalitarios y guerras, 69 por conflictos confirmados según el Comité para la protección de los periodistas -CPJ- (en inglés) ubicado en New York. Si en otras épocas los reporteros de guerra tenían una cierta aureola romántica y eran respetados por ambos contendientes en las grandes guerras convencionales del siglo XX e incluso en las de descolonización, en este siglo XXI y ya rebasado el ecuador de su segunda década, la profesión periodística es una de las dianas preferidas en los conflictos modernos ora los denominemos guerras de cuarta generación ora se llamen guerras híbridas pero en todo caso asimétricos.

Si se pudiera hacer una escala de crueldad en los ataques a los reporteros, sin duda estaría a la cabeza el terrorismo islámico de Al-Qaeda y sobre todo el del mal llamado Estado Islámico, el Califato se ha colado en nuestras salitas de estar para mostrarnos a través de los televisores y ordenadores como degollaban a James Foley, primero de una lista siempre demasiado larga de periodistas asesinados pública y obscenamente. Según el citado anteriormente CPJ durante el 2015 los dos grupos yihadistas fueron culpables del asesinato en todo el mundo de 28 comunicadores, y respecto a los países con más asesinatos el primero es Siria con 14, le sigue FRANCIA con 9, Brasil e Irak con 6, mientras que en Bangladesh, Yemen y Sudán del Sur los periodistas asesinados son 5 por cada uno de los países.

Por otra parte existen diferentes índices de libertad de prensa, como los de Freedom house, CPJ o RSF, aunque prejuzgamos la objetividad de los mismos, es curioso observar cómo se considera región con mayor libertad de prensa África que América, o también causa sorpresa y reconforta saber que España está por delante de países como Francia y Reino Unido que bajan 7 y 4 puestos hasta el 44 y el 38 respectivamente y que nosotros solo bajamos un puesto al 34, después de que algunos afirmasen que con la Ley de Seguridad Ciudadana (llamada por esos críticos ley mordaza) llegaba el fin de las libertades, pues parece que según esas ONG internacionales, en concreto RSF, no la considera tan nociva para la libertad de prensa según ese indicador.

Otro de los conflictos donde los reporteros han sufrido persecución ha sido el de Ucrania en las áreas rusófonas de Crimea, Donetsk y Lugansk, y que por cierto ha sido reactivado, por lo menos a nivel mediático, tras la victoria de Kiev en eurovisión con una canción -1944- que recuerda la deportación de los tártaros de Crimea (por lo que no ha sentado nada bien a los rusos), y como ya nos contó en un gran artículo Juanjo Crespo el Festival de Eurovisión fue una herramienta de comunicación creada por la OTAN, curiosa casualidad.

Pero también los reporteros españoles de guerra han soportado grandes riesgos, llegando incluso a morir como es el caso de Julio Anguita Parrado, José Couso, Julio Fuentes, etc. son parte de una lista que nunca tendría que haber existido; otros en cambio han sufrido cautiverio como los tres periodistas recién liberados en Siria y que como la mayoría actúan por la vocación de informar a sus conciudadanos dado que su trabajo de freelance tiene unas condiciones laborables y económicas más bien penosas en un entorno tan hostil como es una guerra. Este duro trabajo a querido ser reconocido este año en los Premios Princesa de Asturias al concederse al fotoperiodista James Nachtwey, el premio de Comunicación, por su labor durante cuatro décadas en conflictos, catástrofes y atentados terroristas.

Donde no se sabe si van a terminar acudiendo los reporteros de guerra, esperemos que no, es a Venezuela ese maravilloso y rico país, que he tenido la suerte de conocer en mejores épocas, y que por mor de políticas totalitarias (ya se que los líderes bolivarianos han llegado al poder por los votos conseguidos en unas elecciones, pero igual que lo hicieron los nazis en Alemania), está permitiendo perpetuarse en el poder a esos bolivarianos además de hundir su economía con una previsión para este año de decrecimiento del PIB en un -8% y una inflación de un 720%. Pero sobre todo se está alcanzando unas cotas de represión y confrontación civil inauditas, que están provocando la reacción internacional, pues de nuevo y tras los intentos de Felipe Gonzalez el año pasado antes de las elecciones, estos días han acudido a entrevistarse con el presidente Maduro diferente líderes como el expresidente Zapatero y la semana que viene Albert Rivera viajará también para reunirse con la oposición, a la par que el embajador español vuelve a Caracas dada la necesidad de protección de la colonia española que sobrepasan las 400.000 almas.

Esperemos que Zapatero y Rivera tengan suerte en mediar entre Maduro y la oposición, cuyo líder Leopoldo López está preso en una cárcel militar y su padre ha sido víctima de abucheos e insultos (como asesino, ojalá se muera tu hijo...) en Siero Asturias por parte de Podemitas, pues si tienen la misma suerte que tuvo uno en arreglar el estatuto catalán o el otro en poner de acuerdo a Rajoy y a Sánchez negro panorama se cierne sobre los venezolanos y puede que pase de todo...hasta que nuestros sufridos reporteros de guerra tengan que ir allende los mares -insisto esperemos que no-.

PD. 24 hs después de escribir y enviar el artículo he conocido el fallecimiento de ese gran español que fue Miguel de la Cuadra Salcedo, antaño reportero de guerra. Sirvan las presentes líneas para su recuerdo, DEP.

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