CASTELLÓ. Con tan solo cuatro años de vida Ingeneo se ha posicionado como una ingeniería de referencia a nivel nacional e internacional en el diseño, fabricación y montaje de plantas de producción y hornos de frita. Sus fundadores Luis Jiménez y Ramón Nebot atienden a Plaza Cerámica en sus oficinas centrales de Castelló para hacer balance de su trayectoria y hacer un repaso por la actualidad del sector.
-¿Cuándo y cómo nace Ingeneo?
-Somos dos socios fundadores, Ramón Nebot y Luis Jimenez. Nos conocíamos previamente y sabíamos cómo trabajábamos. Montamos la empresa hace unos cuatro años. Somos una empresa joven pero con una experiencia previa de más de 15 años en el sector de las fritas y esmaltes. Ingeneo intenta ofrecer una solución global a todo el proceso de elaboración de fritas, esmaltes y colores cerámicos. Hacemos desde la carga de materia prima hasta el pesado e incluso la composición en vía seca. Nuestro campo de experiencia principal son los procesos de alta temperatura, procesos termodinámicos y termoquímicos. Es por ello que, siendo de Castellón y con la experiencia que tenemos, era inevitable estar presentes en el sector de fritas. Pero también estamos presentes en otros sectores, como el tratamiento de gases o los combustibles alternativos, como la biomasa, y eso nos proporciona una visión bastante amplia con la que poder aportar soluciones a los departamentos de ingeniería o producción de una empresa esmaltera.
-¿Qué creéis que diferencia a Ingeneo de la competencia?
-Tecnológicamente somos la empresa referente en desarrollo y optimización del proceso de fritado del mundo. En los cuatro años de vida, tenemos cinco patentes desarrolladas de las que cuatro son del sector esmaltero. Somos la primera ingeniería que ha desarrollado un horno de fusión eléctrica para las fritas, los primeros que han aplicado combustión de biomasa para la generación de calor para los hornos de fritas, los primeros que han patentado un recuperador de calor para aire-gas que alcanza los mil grados,... con esto quiero decir que nosotros apostamos mucho por el desarrollo y la innovación. Es cierto que la situación también nos empuja, porque nos llegan clientes con procesos ya muy optimizados pidiéndonos mejoras. Nuestra máxima es que mientras una sola persona del equipo vea margen de mejora, aceptamos el estudio del proyecto y eso nos ha llevado a ser líderes tecnológicos.
-¿Cuántos empleados componen la plantilla de Ingeneo actualmente?
-En el equipo técnico somos cinco ingenieros, más los ingenieros que tenemos en cada uno de los talleres que trabajan para nosotros. El resto de áreas de la empresa, como puede ser administración, financieros, etc. las tenemos externalizadas en empresas que nos dan esos servicios, como una fórmula de contención de costes.
-¿Qué porcentaje de la facturación proviene del sector de los esmaltes?
-Aproximadamente un 75% de la facturación proviene del sector de las fritas y esmaltes y el restante 25% de otros sectores.
-Ahora que el sector cerámico está atravesando un momento complicado, ¿estar presentes en otros sectores os puede dar seguridad?
-Recibimos consultas de todo tipo. Por ejemplo, sobre cómo hacer combustibles alternativos a partir de residuos, o incluso para el diseño de un generador de energía eléctrica para que un barco funcione con biomasa. Hemos trabajado en esos aspectos con navieras e ingenierías y son proyectos que también nos gustan mucho.
Sí que es cierto que el sector cerámico está atravesando unas vicisitudes que esperemos que vaya sorteando, pero a nivel global ese bache no es tan pronunciado. Estamos internacionalizados y una de las labores en las que estamos centrados ahora mismo es en el crecimiento de nuestros equipos comerciales en el extranjero. Tenemos cubierta gran parte de Norte, Centro y Sudamérica, Oriente Medio, estamos creciendo mucho en la zona de influencia de China y estamos desarrollando también el norte de África. Junto con el desarrollo y optimización de procesos, que es nuestro fuerte, todos los integrantes del equipo estamos muy involucrados en el crecimiento y afianzamiento de nuestras redes comerciales.
-¿Y en cuanto al porcentaje de facturación nacional respecto a clientes internacionales?
-Ahora mismo estamos en un 50-50, pero nuestra idea es que crezca la facturación internacional y entre el 2024-2025 sea más bien un 70-30 o 75-25.
-¿En qué mercados internacionales estáis creciendo más?
-Actualmente en México y Oriente Medio. Ambos mercados han crecido al aprovechar la ventana de oportunidad que les ha proporcionado el tener unos costes productivos, principalmente energéticos, inferiores a los de otros países productores como España que, a pesar de su alta eficiencia y calidad, se enfrentan a unos costes energéticos muy superiores y a la falta de ayudas en un momento tan delicado.
-¿La descarbonización puede abrir un nicho de mercado en compañías como Ingeneo?
-La descarbonización ciertamente representa una oportunidad para nosotros y llevamos trabajando en ella desde la fundación de Ingeneo, tanto a través de la optimización en el uso de los combustibles fósiles como en la sustitución de estos por fuentes alternativas. Como decíamos antes, somos la primera ingeniería que ha desarrollado un horno de fusión eléctrica para fritas, los primeros que han aplicado combustión de combustibles alternativos como biomasa para la generación de calor para los hornos de fritas, los primeros que han patentado un recuperador de calor para aire-gas que alcanza los mil grados,... con esto quiero decir que estamos muy volcados con el desarrollo y la innovación. No es casualidad que el Ministerio de Economía y Competitividad nos avale con su Sello de Pyme Innovadora. Hemos colaborado con clientes a nivel nacional en la ejecución de proyectos CDTI, desarrollado procesos que hacen más eficiente su manera de procesar las fritas y, estar en esa punta de lanza, nos proporciona la ventaja de ser mucho más competitivos en mercados tan técnicamente avanzados como el español. Porque, internacionalmente, al tener costes productivos más bajos, no apuestan tan decididamente por esa innovación tecnológica que en el mercado español es obligatoria para mantener la competitividad.
Siempre intentamos ir un paso adelante. Te pondré un ejemplo: nosotros diseñamos hace más de un año una primera gama de quemadores de hidrógeno cuando otras empresas se encuentran actualmente en fases de diseño. Y otro ejemplo que creo nos define bastante: cuando patentamos los hornos de fusión eléctrica de frita no estaba presente aún la crisis energética, simplemente pensamos que en algún momento se desarrollarían fuentes de energía eléctrica mucho más baratas y eficientes, como la energía de fusión nuclear, y que a partir de ese momento, todo sería eléctrico. Por ello empezamos a pensar que es ahí hacia donde se dirigiría el sector. Ahora hemos visto que, aunque con premisas distintas como la crisis energética y los objetivos de descarbonización, esta solución es aplicable al sector.
-¿Los objetivos de descarbonización que ha marcado la UE en 2030 y 2050 son demasiado ambiciosos para un sector como las fritas?
-El sector esmaltero, y en concreto el nacional, ha demostrado con el paso del tiempo su adaptabilidad y resiliencia; y aunque actualmente está acostumbrado a trabajar de una forma concreta, creemos que podría llegar a adaptarse a esos objetivos. Actualmente estamos trabajando en proyectos de electrificación de hornos que sí abrirían la puerta a conseguir tener energía 100% verde, pero la demanda energética para un solo horno exige muchos recursos, tanto financieros como incluso de superficie para la instalación de placas solares, por ejemplo. El hidrógeno verde como vector energético, y en combinación con otras fuentes energéticas, también puede ser una herramienta interesante para el sector. Hay que estudiar muchas combinaciones para cumplir con los objetivos de descarbonización y mantener el proceso dentro de la viabilidad económica.
Sí que pensamos que se pueden alcanzar los objetivos de descarbonización, pero se requiere un gran esfuerzo económico, por lo que la ayuda de las administraciones será clave para llegar a ese objetivo que ahora mismo está más cercano en fecha que en consecución de objetivos. O nos ponemos todos a remar juntos o será un objetivo inviable.
-¿A nivel administrativo qué echáis en falta?
-Hay otros países que están siendo más proactivos con las ayudas a los sectores que son grandes consumidores de energía. En concreto, Italia ha ayudado considerablemente a su sector cerámico con bonificaciones fiscales. Aquí las administraciones están muy compartimentadas, es todo mucho más complejo. Pero habrá que hacer más esfuerzos administrativos para ayudar a la industria, si no, nos enfrentamos a una desindustrialización del sector esmaltero en el país, porque la demanda de azulejo fuera de España seguirá existiendo y si no se produce aquí, se hará en otro sitio. Creo que sería un gran error dejar a su suerte un sector en el que España es líder mundial en tecnología.
-¿Estáis notando una cierta precaución en el sector a la hora de lanzarse a invertir en innovación?
-A nivel nacional ha habido proyectos que estaban prácticamente en fase de ejecución y los propios clientes en algunos casos los han frenado. Esto indica que, si bien el sector sabe que en la innovación está la clave de su éxito histórico, tienen que encontrar la estabilidad suficiente para realizar las inversiones necesarias.
A nivel internacional sí que se están realizando más inversiones, principalmente en aumento de capacidades productivas y eficiencia y, en menor grado, en innovación.
Uno de los fuertes de Ingeneo es diseñar un proceso a medida para cada cliente, y por lo tanto la innovación continua y la optimización es clave. No todo el mundo tiene el mismo contrato de suministro de gas, ni produce de la misma manera. Nosotros, en cooperación con el cliente, buscamos la solución más adecuada. Esa cercanía y diálogo continuo con los clientes son claves para generar la confianza necesaria en la realización de cualquier proyecto, más aún en los de innovación.
-¿Las empresas españolas que deslocalizan también cuentan con vuestros servicios en el exterior?
-El sector esmaltero español es grande y diverso, algunas empresas cuentan con departamentos de ingeniería potentes y otras más limitados. El segundo tipo cuenta de una manera más regular con nuestros servicios, mientras que el primero lo hace en casos donde nuestro know how es complementario al suyo o quieren implementar un proceso nuevo para ellos.
A pesar de que los colorificios españoles tengan fábricas en varios puntos del planeta, la concentración de su know how suele radicar en España y, por tanto, las decisiones técnicas se toman en muchas ocasiones desde aquí. Ir de la mano de estas empresas españolas nos abre puertas a todo el mundo en sus filiales y, en segundo término, por el boca a boca, en otras empresas; para nosotros es una ventaja muy grande que es importante aprovechar.