Ribó denuncia en Madrid la falta de dotación presupuestaria del Corredor Mediterráneo, la infrafinanciación y la falta de inversión en la ciudad
VALÈNCIA. “Madrid 3- Barcelona 2- Valencia 0”. El alcalde Joan Ribó tiró de referencias deportivas para transmitir diáfano el constante ninguneo del Gobierno de Mariano Rajoy, que tanto malestar provoca entre el empresariado y los políticos valencianos. Fue su forma de sintetizar uno de los múltiples desaires por parte del Estado español, lo que se ha dado en llamar el problema valenciano. Un problema que no es nuevo. Como bien recordaba hacía dos semanas en Valencia Plaza Jordi Palafox, citando a Luis Lucia: “Que los gobiernos se burlan de Valencia es un mal antiguo”.
Lo relevante de la crítica de Ribó fue el escenario. El alcalde participaba en una cena coloquio organizada en Madrid por la Fundación Conexus, que agrupa a empresarios valencianos y madrileños. Y en ella quiso abordar la situación de infrafinanciación y falta de inversión estatal en la ciudad. Este claro agravio comparativo con otras ciudades lo explicó, entre otros motivos, en la situación de corrupción que ha afectado al Partido Popular valenciano tanto en la ciudad como en el gobierno autonómico, con la consiguiente pérdida de poder dentro del Gobierno Central y su negativa repercusión a la hora de lograr infraestructuras.
Como haría en su momento Lucia, Ribó quiso transmitir esa sensación de desamparo y para ejemplificarlo, durante un momento de la cena, empleó el símil futbolístico, Madrid 3-Barcelona 2-València 0, en referencia a que en Madrid están acabando el tercer túnel pasante por la ciudad; en Barcelona inauguraron el segundo túnel, el de la Sagrera, con ancho europeo, “y en València aún estamos a la espera de poder tener un proyecto viable de túnel pasante y estación subterránea”, criticó.
“A lo largo de la historia reciente los valencianos hemos sido olvidados y menospreciados a la hora de tomar decisiones estratégicas, cuando al mismo tiempo hemos sido uno de los principales motores económicos, y nuestras exportaciones han sido durante siglos la principal fuente de divisas del Estado. Esta situación en los últimos 20 años no ha mejorado, sino que todo lo contrario, ha empeorado”, aseguró Ribó durante su intervención.
Para explicar esta coyuntura, el alcalde de València puso tres ejemplos de esa situación. El primero fue la falta de valencianos en puestos decisivos dentro del organigrama del Gobierno del Estado. “Ya no solo hablamos de la falta de ministros valencianos, sino que en el segundo y tercer escalón de mando la situación es preocupante. Las razones de esta nula representación, que es difícil de encontrar ya no solo en este período de democracia, sino en la historia reciente de los últimos siglos, tiene mucho que ver con la judicialización del Partido Popular de la Comunidad Valenciana y su relación con múltiples casos de corrupción”. Ribó recordó que desde la dirección del Partido Popular han realizado un cordón sanitario en torno a los populares valencianos. “En la Comunidad Valenciana permanecen en sus cargos aun estando imputados, pero fuera de ella no se cuenta con ellos”.
Como segundo ejemplo citó “el retraso constante y sin previsión de ejecución del Corredor Mediterráneo, que se ha transformado en el tercer carril, al que un dirigente empresarial bautizó muy acertadamente como el carril bici. El lunes el ministro de Fomento anunció que las obras del tercer carril estarán listas a lo largo de 2019, la pregunta es: ¿hasta dónde llegará?”. En este sentido recordó que el Secretario Autonómico de Infraestructuras desveló que “los fondos europeos para el Corredor Mediterráneo se han invertido en el túnel pasante entre Atocha y Chamartín. La estrategia ha sido clara: el eje Barcelona-Zaragoza-Madrid –Algeciras se ha convertido en el prioritario del Gobierno del Estado, dejando de lado el eje natural por la costa en un segundo plano. Clama al cielo y causa estupor, no solamente entre algunos partidos políticos, sino también en el ámbito empresarial y en la sociedad civil valenciana”.
Se refirió más tarde a los obstáculos “sin previsión de ser salvados” que, en su opinión, tiene en este momento el Corredor Mediterráneo, el tercer ejemplo, entre los cuales ha dicho que el más preocupante “es el paso por la ciudad de la que soy alcalde”. “La única solución viable para esa situación de estrangulamiento”, dijo, “es la construcción del túnel pasante en la ciudad de Valencia por las grandes vías, y la liberación del túnel de Serrería para mercancías, así como su ampliación en el nivel subterráneo fuera del ámbito urbano, con conexión con el puerto de Valencia por ancho europeo”.
En este sentido recordó que ésa era la solución contemplada en el convenio firmado en 2003 por parte del Ministerio de Fomento, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de València. “Pero en cambio ahora sólo tenemos una entrada del AVE de Madrid en superficie y además en una estación provisional. Mientras tanto, en el Ministerio de Fomento parece que están intentando adaptar el proyecto de 2003, pero continuamos sin dotación presupuestaria. Veremos qué se plasma en los próximos PGE si los hay”. Por el momento, Fomento se ha olvidado.
El alcalde afirmó que “empresarios, políticos y toda la sociedad civil valenciana tenemos la responsabilidad de exigir un nuevo sistema de financiación justo, desde el consenso de todas las fuerzas políticas, de todas las entidades empresariales, ocupe quien ocupe la Moncloa”. Igualmente ha reseñado que “la financiación autonómica es prioritaria y se ha de encontrar un modelo justo, que trate de igual manera a todos. Pero la financiación local, de la que apenas se habla, al contrario que de la autonómica, es injusta para todos y cada uno los municipios”.