El miércoles 15 de enero de 1992, España entera se conmocionó con el asesinato de Manuel Broseta Pont. Uno de los ciudadanos más ilustres de nuestra tierra, fue vilmente tiroteado por la banda terrorista ETA en la Avenida de Blasco Ibáñez. La sociedad valenciana recordó su figura en el XXIV aniversario
El verano de 1992 para la inmensa mayoría de españoles fue el de las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, pero para un grupo de honrosos valencianos fue el de la constitución formal, en un acto solemne en el Palau de la Generalitat, de la fundación que iba a recordar la figura del jurista, político y profesor Manuel Broseta Pont. En concreto, el 16 de julio de 1992 se constituyó la Fundación Profesor Manuel Broseta. La iniciativa tuvo como gran valedor e impulsor a otro de los prohombres de la sociedad valenciana, que en esa época presidía la Confederación Empresarial Valenciana, José Mª Jiménez de Laiglesia.
El mismo José Mª definía a Manuel Broseta como “uno de los grandes valencianos del siglo XX” y sin duda lo fue. El profesor Broseta es el símbolo de una época, la de grandes hombres en todos los aspectos: profesional, personal y social. La de hombres de palabra y principios. Luchador infatigable por dignificar al pueblo valenciano, una tierra a la que amaba profundamente y por la que entregó su vida con la inocencia de los hombres de buena voluntad. Y digo esto porque él podía haber tenido escolta, pero su bondad y generosidad, como el otro día me recordaba su hijo Pablo, le hacían manejarse con tranquilidad por la vida y asumiendo el riesgo con una valentía encomiable.
Recuerdo la figura de Manuel Broseta Pont porque es de justicia hacerlo como valenciano, jurista, catedrático, político, humanista y hombre de bien que fue, máxime cuando acaba de cumplirse el XXIV aniversario de su asesinato. Pero también la recuerdo con cariño y cercanía, porque desde mi adolescencia me impactó la brutalidad del terrorismo yen una nación democrática como España y, cosas de la providencia divina, años más tarde tuve el privilegio de trabajar en la Fundación Broseta y conocer a sus familiares.
“Nadie puede negar que el pueblo valenciano está desconcertado. Hay quien piensa que la ‘clase política’ que actúa en Valencia, y en cierto modo los partidos políticos y las centrales sindicales, han iniciado un clima de desgaste e incluso de un cierto grado de desprestigio".
Manuel Broseta Pont, 26/07/1979
En los últimos tiempos se habla mucho de la Transición española, antes consagrada y ahora vilipendiada; también se reivindican los acuerdos y pactos entre ‘hombres de Estado’ con ‘altura de miras’. Para nuestra desgracia, los actuales responsables políticos distan mucho, muchísimo de aquellos que trajeron la democracia y la libertad a la España post-franquista. Y entre otros muchos, hubo valencianos destacados como Emilio Attard, Fernando Abril Martorell o Antonio Palomares, todos ellos amigos de Manuel Broseta.
Y es que así lo definió otro histórico valenciano, compañero de estudios y tristemente también asesinado por ETA, Francisco Tomás y Valiente, quien escribía en un prólogo de un libro sobre derecho mercantil: “Manuel Broseta fue un hombre de amigos”. Y aquí me atrevo a añadir, que también fue un hombre ‘de Terra i Mar’, como rezaba el eslogan turístico de la provincia de Valencia. Pues a su montañosa Bañeres de Mariola natal, unió su amor y pasión por Jávea y su mar, así lo recordaba la escritora Fernanda Zabala Rodríguez-Fornos: “Sólo el mar de Jávea conoce las claves maestras de su personalidad, las que explican el universo de un hombre cuya vida dejó huella en la historia colectiva de una tierra, amada y hermosa pero ingrata a veces con sus hijos”.
Su actividad como profesor, o mejor dicho, como maestro es recordada por otro gran catedrático, Juan Martín Queralt quién escribió: “por encima de todo, para mí, fue un profesor ejemplar. Un miembro de una especie en extinción, la de los Maestros.” No tuve la suerte de ser discípulo del malogrado Manuel Broseta, pero sí que fui alumno de Martín Queralt, quien también es ‘miembro de esa especie de los Maestros’, pues te enseñan sobre el Derecho y también sobre la vida.
Manuel Broseta tuvo muchas facetas pero todas encaminadas a mejorar la vida de los valencianos y los españoles, a través del derecho, de la enseñanza, de la política y también de la comunicación, pues fue un gran columnista. En diarios locales como Las Provincias y nacionales como El País firmó interesantes artículos, que por su brillantez y visión siguen de total actualidad, pues muchos de los problemas del pueblo valenciano están aún sobre la mesa. Quiero destacar entre los muchos artículos, que espero algún día vean la luz en forma de libro recopilatorio, una serie de ellos publicados bajo el título ‘La vía valenciana’. El primero comenzaba con un párrafo que sirve para cerrar este Tintero con esperanza en el futuro y con la ilusión de recordar a uno de los nuestros, a alguien que nos hace sentirnos orgullosos de ser valencianos.
“Si queremos ser políticamente fuertes, debemos hacer sentir y vibrar nuestra condición de valencianos. De lo que hemos sido, de lo que somos y de lo que podemos hacer. Debemos resaltar y sentir el orgullo de serlo. Debemos formar a nuestros jóvenes para ejercer –dentro y fuera– de valencianos. Y todo ello en toda Valencia, Alicante y Castellón”.
Manuel Broseta Pont, 29/09/1991