Puig junto a Ábalos, Botella, Such y Boix, la noche electoral. EVA RIPOLLVALENCIA. El PSOE no quiere cambiar las candidaturas, comúnmente denominadas listas, de cara a la repetición de las elecciones generales salvo causas "sobrevenidas" o, lo que es lo mismo, excepcionales. De esta manera se expresaba la dirección del partido respecto al Comité Federal convocado para este sábado donde se fijarán las pautas de cara a la próxima cita con las urnas.
Así, desde Ferraz muestran su intención de mantener a los mismos candidatos salvo que se produzca alguna petición expresa desde la dirección autonómica de turno. Una circunstancia que, de llevarse a cabo, debería pasar por la comisión federal de listas: es decir, Madrid tendría la última palabra para algún cambio a riesgo, eso sí, de soliviantar a un comité federal en el que no disponen de una mayoría clara.
En el PSPV, como no podía ser de otra manera en este tipo de procesos, ya ha saltado la liebre. Las candidaturas designadas -sin régimen de primarias- para los comicios del 20D ya provocaron debate interno: el fichaje como cabeza de lista por Valencia de Ana Botella, la posición de segundo de abordo de José Luis Ábalos, la incorporación de la joven Maria Such como número tres y la plaza del histórico Ciprià Ciscar como cuatro, generó cierto revuelo por parte de afines y detractores.
Ahora, la repetición de las elecciones reabre un debate que en su día fue cerrado en falso. El entorno del secretario general provincial de Valencia y público defensor de Pedro Sánchez en la Comunitat, José Luis Ábalos, asegura tener enterrada el hacha de guerra... salvo que desde Blanquerías se inicie algún movimiento. En este sentido, subrayan que el líder provincial debería ocupar por cargo orgánico y puesto en el Congreso -secretario adjunto del grupo-, el número uno de la candidatura.
Así, y aunque desde la dirección nacional del partido se inclinan por no abordar cambios, ya surgen voces críticas que reflexionan sobre la necesidad de impulsar alguna reforma en una candidatura que perdió casi 170.000 votos respecto a los comicios generales de 2011 y casi 90.000 sobre las autonómicas de 2015.
Ahora bien, las críticas que recibe Ábalos por parte de determinados sectores próximos a la dirección actual, son similares a las que se aplican a la cabeza de lista Ana Botella o a Maria Such, número tres de la candidatura y miembro de Joves Socialistes. A todo ello hay que sumar el cierto malestar interno producido por el cuarto puesto adjudicado para el histórico Ciprià Ciscar, con más de 25 añosaños a cuestas en el Congreso y que finalmente quedó fuera.
Con este escenario, desde el entorno de Ábalos se recuerda que las listas las eleva la dirección provincial a Ferraz, donde hay sintonía por la próximidad del dirigente con Pedro Sánchez. En cambio, de la misma manera, dirigentes socialistas recalcan que estas candidaturas llevan aparejado un informe de la cúpula autonómica del partido y, subrayan, que las modificaciones según la convocatoria hecha por Ferraz deberán venir de las direcciones nacionales.
