MADRID (EP). La asamblea de socios del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) ha elegido por unanimidad a Marc Puig como nuevo presidente, en sustitución de Francisco Riberas, que culmina ahora su periodo de dos años como máximo responsable de la organización.
Puig, que entró a formar parte de la junta directiva del IEF en 2009 y accedió a la vicepresidencia en 2014, estudió Ingeniería en la Universidad Politécnica de Cataluña, es miembro de la junta del Círculo de Economía, del cual además es vicepresidente, así como del Harvard Business School European Advisory Board y del IESE International Advisory Board.
También es el presidente ejecutivo de Puig, empresa familiar de moda y fragancias (Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier, entre otras) con sede en Barcelona, dirigida en la actualidad por la tercera generación de la familia y que, en 2018, obtuvo unos ingresos de 1.933 millones de euros.
En su primera intervención ante los socios, el nuevo presidente ha señalado que los momentos actuales que se están viviendo "son tremendamente delicados" y que la mayor parte del esfuerzo de los próximos años, tanto del Instituto como del conjunto de las empresas familiares, deberá dedicarse a la lucha contra la crisis provocada por la pandemia del Covid-19.
En concreto, ha planteado sus propuestas para los próximos dos años de presidencia del IEF en orden temporal. A corto plazo, superar la crisis; a medio plazo, compaginar prosperidad económica y valor social; y a largo plazo, articular mecanismos de traspaso generacional.
"Quizás no puedan salvarse todas las empresas que existían antes de la crisis, pero muchas de ellas podrían sobrevivir con una batería de medidas adecuadas. Si desaparecen aquellas que podrían haber sobrevivido, no solo se perderá tejido empresarial, sino también muchos puestos de trabajo y la recuperación será infinitamente más lenta", ha asegurado.
En este sentido, Puig ha anunciado que, manteniendo la independencia y la autonomía de criterio y acción, su prioridad será aunar esfuerzos con otras asociaciones empresariales y apoyarse en el peso de sus socios y de las Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar, para desarrollar propuestas al Gobierno que permitan al mayor número de empresas familiares posibles sobrevivir a esta crisis.
Riberas, por su parte, en su discurso de despedida ante la asamblea, ha querido lanzar un mensaje de optimismo: "Es cierto que el Covid-19 nos ha traído una gran tragedia humana, con la pérdida de miles de vidas y también nos ha sumido a todos en un estado de gran preocupación por el futuro"; pero también "está sirviendo para poner en valor nuestras empresas ante la sociedad y ante los trabajadores".