Una imagen promocional de Abradelo de su página de fans en FacebookVALENCIA. Un casting en el año 1996 hizo que el camino profesional de María Abradelo (Madrid, 1969) se cruzara con el de Canal 9. Canta Canta rozaba los 350.000 espectadores de inicio, una cifra insólita para un programa de nuevo cuño en Radiotelevisión Valenciana y la ex azafata del Un, dos, tres... ex Canal Sur y ex Telecinco, una todavía joven veinteañera se ligaba a un lugar donde acabaría instalándose para siempre, casándose, teniendo hijos e hilvanando proyectos profesionales.
Hija de madre artista (Isabel Patton) y de padre jefe de programación en TVE, Abradelo se instala en Valencia y para cuando se inicia la década de los 2000 ya es el rostro franquicia de Canal 9. Pese a esta vinculación, ella no se siente 'manchada' por lo sucedido: "yo no dirigía la tele ni era la presidenta del Consell. Evidentemente, no soy culpable de nada y, además, desde el año 2009 ya no vuelvo a trabajar en la televisión".
Su último proyecto es El picú, "que cuando me lo ofrecen ya es un proyecto herido de muerte". Antes hubo años en los que llegó a combinar hasta cuatro programas de forma simultánea para el canal, como en el año 2002 del que proceden las denuncias de Compromís y PSPV por distintos gastos que señalaban unos emolumentos para Abradelo de 270.000 euros. Además de presentar varios contenidos, en aquella época se convertía en la presentadora para Fallas, Fogueres o Festes de la Madalena de forma indistinta; a veces, aparecía en hasta tres programas distintos en un solo día.
Abradelo asegura que "dejaron de confiar en algo que funcionaba", en referencia al cese de su participación en Canal 9. Algo que desliga de cualquier posible vinculación política: "nunca he ido con el carné de ningún partido en la boca, nunca he hablado de mi ideología, no hay ni una declaración mía en ese ámbito en ningún sentido. Sólo de esa forma se puede explicar que haya trabjado en Castilla-La Mancha Televisión (CTM) o Canal Sur con otros partidos políticos y a la vez que en Canal 9, sin ningún problema".
La cuestión política, de hecho, le es "indiferente. Yo remo en la dirección hacia la que va la cadena". De hecho, asegura que el uso del valenciano ("claro que hacía espardenyaes al principio") fue un empeño personal: "la televisión pública valenciana siempre debe ser en valenciano, toda en valenciano e, incluso, si es posible, sumar algo para los niños en la formación de inglés. Y, además, por supuesto, ha de ser entretenida y no un muermo".
Y va más allá: "la nueva Canal 9, que espero que algún día llegue, ha de vertebrar la Comunitat. Como lo hacía o mejor, y ha de estar blindada ante enchfufismos y politizaciones". Lo dice con esperanza, aunque "triste por los compañeros con los que sigo compartiendo espacios de trabajo, triste por el endeudamiento y triste por la gestión del cierre". Lejos de estar desconectada de la realidad televisiva, repasa de memoria el gasto de la BBC y las televisiones públicas europeas por habitantes: "no son solo las miles de familias las que se han quedado sin trabajo, sino la población que se ve afectada por todo esto".
Abradelo, no obstante, recuerda que percibía cómo el modelo era el inadecuado: "he trabajado en CTM, en Canal Sur, en Telemadrid, mañana y noche sin dormir, y lo que allí hacían con 10 aquí se hacía con 45. Cuando te das cuenta sabes que algo se está haciendo mal". En su empeño por no desarraigarse de Valencia, la presentadora también de Babalà y de Festa en Festa colabora desde hace dos años en un programa muy similar a Canta Canta en Canal 7 Televalencia. Además, es la promotora de un musical infantil que activa en las Navidades, con especial incursión de niños participantes en talent shows televisivos en España. Ella dirige y supervisa desde el vestuario a la gestión de los 13 artistas y las casi dos horas de espectáculo.
Además de su empresa promotora de eventos, Abradelo también hace carrera en el mundo inmobiliario, "y soy esposa y madre, sobre todo". Una actividad frenéitca que no le ha llevado a olvidar "los primeros días de Canta Canta en Cocentaina, compitiendo en audiencia con Médico de Familia de Emilio Aragón. Igualmente, ni me creí ni me creo ni me creeré nadie por lo conseguido. Siento que sólo he dado el servicio y que en cada programa he tratado de involucrarme al 100% con las raíces de cada sitio en el que he estado. Me ha avalado la audiencia, siempre, y jamás en mi vida he pasado el mejor peaje personal para llegar a ningún sitio".
-¿Babalà fue tu mejor época más dulce como profesional?
-"Fue una de la época más satisfactorias, sin duda. Sobre todo por el afecto de los niños, que supieron captar ‘ese algo’, difícil de explicar, pero que algunas personas tienen. Ahora sigo trabajando en musicales, cerca del público infantil. Aparecer a nivel nacional en el ranking de presentadoras infantiles [en referencia al ranking de VerTele], pese a estar en una televisión autonómica, fue todo un mérito".
-¿Volverías a una futura Canal 9? ¿Con que formato?
-Hoy en día, por supuesto que volvería, teniendo en cuenta que el formato se adapte a mi versatilidad. Y que la gente piense que no siempre hay que ir a algo nuevo, que a veces puede funcionar lo de toda la vida.
