VALÈNCIA. Los distritos del Marítimo, Quatre Carreres y Camins al Grau podrían considerarse las zonas calientes de València en el sector de las viviendas turísticas durante los últimos dos años antes de que irrumpiera la pandemia de coronavirus en la ciudad de València y en el mundo entero. Los distritos del este, más próximos al mar, son los que vivieron un crecimiento mayor en el número de pisos turísticos en la época prepandémica, según un informe elaborado por el Ayuntamiento de València y que la semana pasada presentó a la comisión del Consell de Turisme dedicada precisamente al estudio de las viviendas turísticas en el Cap i Casal.
Uno de los cuadros recogidos en el análisis elaborado por la concejalía de Turismo, que dirige Emiliano García, explicita la comparativa entre el año 2017 y el 2019 en los distritos con mayor presencia de viviendas de uso turístico. De mayor a menor, los que más pisos turísticos presentaban al final de ese período de estudio eran Ciutat Vella con 1.337, Poblats Marítims con 1.084, Extramurs con 544 y l'Eixample con 487. Por detrás quedaban otros como Camins al Grau (373) o Quatre Carreres (373). Los trece distritos restantes sumaban unos 1.500 pisos turísticos más a lo largo y ancho de la urbe.
Pero quizá lo más significativo no es sólo atender a una fotografía fija del sector antes del coronavirus, sino a la tendencia en los diferentes puntos de atracción para estas actividades turísticas. Y aquí se erigen como vencedores absolutos las zonas más próximas al mar. Por un lado, el distrito de Poblats Marítims, como publicó eldiario.es, con un incremento en tan solo dos años del 263%. O lo que es lo mismo, entre 2017 y 2019 los apartamentos turísticos se multiplicaron por 3,6 a partir de los 298 que había registrados en 2017. Barrios como el Cabanyal o el Canyamelar se muestran así como un polo de atracción turística inexcusable cuyos peligros, de hecho, intenta atajar el Plan Especial que tramita el Ayuntamiento de València para este ámbito.
Por otro lado, se encuentran los distritos de Quatre Carreres y Camins al Grau, no sólo ubicados al este de la capital del Túria, sino que también tienen en común como atracción turística, por ejemplo, la ciudad de las Artes y las Ciencias. Aquí, el incremento en el campo de los pisos turísticos también fue muy significativo. El primero experimentó una subida del 166% de pisos turísticos desde los 140 que había en 2017 a los 373. En el caso del tercero en la lista, más próximo a la fachada marítima que el anterior, la subida fue de un 107% -se duplicaron los anuncios- desde los 208 pisos hasta los 432 que acabó habiendo según el último análisis realizado por el consistorio en 2019.
Son datos notablemente superiores a los registrados en toda la ciudad, donde el incremento medio fue del 75%, pasando en total de los 3.464 pisos turísticos a los 6.070. De ahí que las mencionadas zonas pudieran considerarse como puntos calientes en la evolución precovid. Con un crecimiento más lento, pero crecimiento al fin y al cabo, se encuentran otros distritos como l'Eixample -de 388 a 487 pisos (+25%)- o Extramurs -de 445 a 544 (+22%)-.
Y en un menor grado estaría Ciutat Vella, que experimentó un crecimiento más sensible de los 1.187 pisos turísticos a los 1.337, de manera que, pese a ser menor la subida, continuaba siendo en 2019 la zona con mayor incidencia del sector. En el consistorio destacan las medidas puestas en marcha precisamente en el casco histórico de la ciudad para frenar la expansión de las viviendas de uso turístico, recogidas especialmente en el Plan Especial de Ciutat Vella (PEP).
El análisis municipal recoge que València es "un destino turístico que se encuentra inmerso en una tendencia de crecimiento continuada" y los pisos turísticos "son una parte más de este crecimiento, tanto en oferta como en demanda". En este sentido, explica el documento, entre 2016 y 2019 la oferta de apartamentos de alojamientos aumentó, doblándose en el caso de los apartamentos turísticos, pero sextuplicándose en los albergues y con leves subidas en pensiones (23%) y hoteles y hostales (12%).
Además, según indicó la pasada semana la Federación de Asociaciones de Vecinos , el informe del Ayuntamiento constata que "el 40% de los apartamentos turísticos de València son clandestinos al no figurar en el registro autonómico". De ahí que llamaran la atención sobre la urgencia de habilitar un plan de normalización de la oferta y la necesidad de contener la "enorme presión especulativa existente sobre las viviendas de uso residencial". Su propuesta pasa por crear un registro accesible, identificar la actividad en los portales del edificio e incentivar el pase de VUT al alquiler residencial con una ayuda económica durante cinco años con rentas limitadas.
Otro estudio presentado a finales de 2020 sobre el fenómeno de Airbnb en la ciudad de València, elaborado por Javier Gil -investigador de la Càtedra d’Economia Col·laborativa i Transformació Digital de la Universitat de València (UV) y la Fundación Las Naves del Ayuntamiento de València-, reseñaba que en total, en València había registrados más de 7.200 anuncios con casi 27.500 plazas que reportan más de 1,2 millones de pernoctaciones a lo largo de un año normal.
Era la radiografía, adelantada por Valencia Plaza, de un mercado en el que aquellos que mantienen el uso residencial de las viviendas que alquilan son una minoría: protagonizan menos de un cuarto de los anuncios (24%), de las plazas disponibles (21%) y acogen, en relación, menos pernoctaciones (16%). Además, según el estudio son los propietarios profesionales -empresas y grupos de inversión- los que dominan el mercado, pues controlan más de dos tercios (68%) de las plazas del mercado y más de la mitad (55%) de los anuncios en las plataformas digitales. Y en consecuencia, su cuota del mercado (en pernoctaciones) ronda el 63%.
El informe explicaba que, dado el carácter eminentemente comercial de los alquileres turísticos, canalizados fundamentalmente a través de anfitriones profesionalizados, "es muy probable que la gran mayoría de estas viviendas se hayan extraído del mercado residencial". De las 4.900 viviendas presentes en Airbnb -no habitaciones ni camas-, 2.700 viviendas se habrían cambiado del uso residencial al turístico, según el informe, donde se dice que este sería un cálculo "conservador".