VALÈNCIA. Aurelio Martínez sigue adelante con la ampliación del Puerto. El presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) anunció este viernes que en marzo se adjudicará definitivamente al grupo MSC la explotación durante 50 años de la nueva terminal de contenedores. Martínez considera que su renuncia al dragado del canal de acceso y a la prolongación del dique de abrigo, las dos actuaciones más polémicas de la obra, hacen "aún menos necesaria" la tramitación de una nueva declaración de impacto ambiental (DIA) que retrasaría varios años el proyecto.
El presidente del Puerto confirmó este viernes lo que el jefe del Consell adelantó en Les Corts un día antes, que el proyecto constructivo de la parte de la obra que debe ejecutar el Puerto no incluirá ni el dragado marino de 350 hectáreas frente a El Saler para aumentar el calado del canal de acceso ni la prolongación del dique de abrigo porque ya no los considera necesarios.
Aunque justificó que la decisión está avalada por informes técnicos, destacó que se trata de una "concesión" ante Compromís y los colectivos que se oponen a la ampliación, a quienes conminó a tener en cuenta la mano tendida por el Puerto. "El Puerto ha hecho un esfuerzo de acercamiento y de diálogo porque ha sido nuestro talante. Nos gustaría que la otra parte hiciera lo mismo. No se trata de saber quién tiene razón, sino de acercar posiciones", manifestó.
"El Puerto ha hecho un esfuerzo de acercamiento y de diálogo. Nos gustaría que la otra parte hiciera lo mismo"
Y hasta ahí llegan las cesiones. La hoja de ruta de Aurelio Martínez para la ampliación del Puerto se mantiene invariable, de manera que la próxima vez que se reúna el consejo de administración, a finales de marzo, será para adjudicar definitivamente la concesión a TIL, la filial de MSC que ha presentado la única oferta con el compromiso de invertir 1.100 millones en la nueva terminal.
Aunque Compromís y la Comissió Ciutat-Port insisten en la exigencia de una nueva DIA, el presidente de la APV considera zanjado el debate. De hecho, según recordó este viernes, la mayoría de las alegaciones que se han recibido en contra se centraban en las dos actuaciones que han desaparecido del proyecto, que aún está en fase de redacción y no estará concluido hasta mayo. Como mucho se tendrá en cuenta algún detalle que pueda mejorarlo, pero en ningún caso nada que implique un retraso y, ni mucho menos, parar las obras.
Martínez se expresa desde la certeza de que a priori cuenta con la mayoría del consejo. El único voto en contra asegurado es el del recientemente nombrado consejero Iván Castañón, mano derecha de Mónica Oltra, quien este viernes intervino ante el consejo para expresar que, en su opinión, las modificaciones no descartan automáticamente la necesidad de una nueva DIA que su partido seguirá reclamando.
No obstante, se mantiene la duda sobre la posición que adoptará finalmente el alcalde de València, Joan Ribó, quien en septiembre ya emitió el único voto en contra de la admisión de la oferta y este viernes ni siquiera asistió a la reunión en la que Aurelio Martínez explicó los motivos por los que con este diseño la DIA es "menos necesaria que antes".
Con todo, la determinación de Aurelio Martínez por otorgar de manera inminente la concesión resulta llamativa porque la APV ni siquiera ha respondido por escrito a los colectivos que presentaron las más de 205 alegaciones recibidas al proyecto de MSC, ocho de las cuales son contrarias y aportan informes técnicos que justificarían una nueva DIA.
Según explicó, la APV ya ha analizado las alegaciones y redactado las respuestas, pero antes de entregarlas debe elevarlas a Puertos del Estado para que las valide y realice sus aportaciones. De esta manera, el nuevo presidente de Puertos del Estado, Francisco Toledo, tendrá que enfrentarse y resolver su primera patata caliente en apenas un mes para llegar a tiempo de responder a los interesados y cumplir los plazos marcados por la APV.
Se trata de una variable nueva de la que el presidente de la APV no había hablado hasta ahora. De hecho, según él mismo explicó en el momento en que fueron presentadas, el objetivo era poder contestar alegaciones en apenas un par de semanas, un plazo que ya ha excedido de manera clara y que aún será mayor con la elevación de las mismas a Puertos del Estado para que las avale.
Pero más llamativo resulta si cabe que la APV vaya a otorgar definitivamente la concesión sin contar todavía con el proyecto constructivo definitivo sobre las obras que le corresponde ejecutar antes de entregar la nueva terminal de contenedores al concesionario.
Ese proyecto, que está siendo elaborado por Typsa y que será entregado entre dos y tres meses después de que se otorgue la concesión, deberá incorporar los últimos cambios solicitados por la APV, que alterarán notablemente tanto el coste público de las obras como los plazos de ejecución.
Según lo previsto en el anteproyecto constructivo, el coste de las obras asumidas por la APV asciende a 466 millones de euros. Según explicó Martínez, la renuncia a la prolongación del dique de abrigo supone ahora un ahorro de entre 40 y 50 millones sobre esa cifra.
A ellos habría que añadir el coste en que el Puerto de Valencia iba a incurrir para el dragado del canal de acceso. Según un informe del Tribunal de Cuentas, esto le iba a costar al Puerto 108 millones de euros. Pero en este caso, a diferencia del dique, no se trata de un ahorro directo, porque la renuncia al dragado obliga al Puerto a buscar alrededor de 21 millones de metros cúbicos de material de relleno para la nueva terminal en otras zonas. Y eso, evidentemente, tendrá un coste que incluso puede ser mayor, según reconoció Martínez, porque el Puerto aún no sabe de dónde tendrá que sacar este material ni lo que costará transportarlo.
Lo que sí garantizó el presidente de la APV es que no habrá problema de falta de material, aunque el coste "pueda ser mayor". "Puedo asegurar que el relleno no es un problema", zanjó Martínez.
Pero la incertidumbre introducida con los últimos cambios en el proyecto no se ciñe solo al coste, sino que también afecta a los plazos.
Según el cronograma que explicó este viernes Martínez, la concesión a MSC se otorgará en marzo y el proyecto constructivo de las obras que debe ejecutar la APV antes de entregar la terminal a la empresa concesionaria no estará terminado hasta mayo o junio.
A partir de ahí, la APV tendrá que convocar un nuevo concurso para seleccionar a la empresa constructora que ejecutará la obra, un proceso que entre la licitación, la valoración de las ofertas y la adjudicación requiere varios meses. A partir de ahí, habrá que sumar el plazo de ejecución de esta obra, que no será menor dada la magnitud de la obra: una explanada de 138 hectáreas, un muelle de atraque de casi 2 kilómetros y el dragado de la dársena interior para aumentar el calado.
Esta realidad choca frontalmente con lo que establece la Ley de Puertos del Estado, que obliga a las autoridades portuarias a que, en los casos en los que las concesiones demaniales requieran de obras previas por su parte, no puedan transcurrir "más de dos años desde el acuerdo de otorgamiento de la concesión hasta la efectiva puesta a disposición de los terrenos".
De esta manera, con el otorgamiento de la concesión previsto para el próximo marzo, el propio Puerto pone en marcha un contador que le obliga a tener lista toda su parte de la ampliación en veinticuatro meses como máximo para poder entregale la terminal a MSC en marzo de 2022. Y ello sin ni siquiera contar hoy con el proyecto constructivo definitivo.
Por otro lado, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, valoró este viernes en València como "positiva" la renuncia del Puerto a los aspectos más polémicos de la ampliación. Según dijo, Fomento estudiará "bien" los últimos cambios en el proyecto de ampliación norte, teniendo en cuenta la "actitud política de llegar a un acercamiento" entre desarrollo económico y medio ambiente.
El ministro garantizó que Puertos del Estado estudiará el proyecto cuando lo reciba y recordó que ya abogó por "un acuerdo institucional que equilibrara las exigencias medioambientales con las del propio crecimiento del puerto".
Más allá del puerto de València, el ministro socialista ha deseado "la mayor suerte" al nuevo presidente de Puertos del Estado, Francisco Toledo, hasta ahora presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón.