VALÈNCIA. Carlos Mazón ya tiene su Consell. El Gobierno valenciano ya cuenta con las personas que pilotarán la gestión pública de los próximos años. En términos generales, se trata de un Ejecutivo de marcado perfil político aunque destaquen determinados nombramientos técnicos. También es paritario, con un equilibrio entre mujeres y hombres, y representativo a nivel territorial. El presidente de la Generalitat ha combinado a históricos del PP de la etapa de Eduardo Zaplana con caras procedentes de fuera del partido y a personas con trayectoria en la gestión. Pero todo conduce al mismo lugar: Mazón se asegura el control político –tanto en designaciones como en configuración– y marca distancias con Vox. Un reparto mucho más a medida de los populares que el que pactaron los socialistas con sus socios de Compromís en los anteriores gobiernos.
Primero resulta importante analizar el reparto de competencias. Tras el pacto con Vox, éstos anunciaron que tendrían la vicepresidencia primera con Cultura, además de las consellerias de Agricultura y Justicia. Los populares avanzaron que de esos departamentos desgajarían áreas que normalmente llevaban asociadas para que también fueran gestionadas por el PPCV. Se trataba, por ejemplo, de Medio Ambiente, Agua o Función Pública.
Ahora faltaba por ver el detalle, que es lo que se hizo público este miércoles. Y, como se preveía, Vox queda con unas competencias encapsuladas, aunque ha logrado 'rascar' algo más de lo que los populares quisieron arrebatarle inicialmente. En Cultura se incluye Deporte y estará finalmente Patrimonio: el Museo de Bellas Artes San Pío V, la dirección del Libro, el Consorci de Museus, San Miguel de los Reyes y el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i).
En Justicia tendrán Interior y las competencias de la Policía Autonómica, prevención y extinción de incendios y Emergencias. Pero no Función Pública. Por último, en Agricultura estará también Ganadería, Pesca, Alimentación, Política Agraria Común y Regadíos. Pero no caza.
El PPCV gestionará todo lo demás. En Presidencia dejará de estar Turismo, aunque se añaden otras materias. Además de las habituales –promoción institucional (el dinero que se reparte a los medios de comunicación), administración local, análisis, prospectiva, proyectos y relaciones con la Unión Europea, el Estado y las autonomías o la Abogacía de la Generalitat–, se añaden Transparencia, Participación (ambas tenían Conselleria propia en la etapa del Botànic), la gestión de los Fondos Europeos y la simplificación administrativa (plan de reducción de la burocracia).
Tendrá, del mismo modo, la Oficina de Apoyo a la Portavocía del Consell y la Oficina del Secretariado del Consell, que coordinará la acción del Ejecutivo. No se trata de algo menor, puesto que en una se ubican los funcionarios especializados en controlar la legalidad de los temas que van a la comisión de secretarios autonómicos y subsecretarios; y en otra los funcionarios expertos en comunicación institucional.
Un reparto sin mestizaje
La vicepresidencia segunda irá acompañada de la Conselleria de Servicios Sociales (dependencia, familia, infancia, adolescencia, etc.), Igualdad y Vivienda. Ésta última tenía una conselleria propia durante el anterior Gobierno, que estaba ostentada por Podem. Ahora queda integrada.
Economía y Hacienda vuelven a estar juntas, tras varias legislaturas separadas. Se les suma Administración Pública. Las competencias de Economía, sin embargo, sí quedan con menor peso, puesto que Industria se integra en otro departamento: el de Innovación, Industria, Comercio y Turismo. Tendrá sedes en Alicante y en Valencia.
El PPCV también dirigirá Sanidad y Educación, que contará además con Universidades y Empleo. Otra de las macroconsellerias será la de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio. Aquí se incluirá caza, bienestar animal, urbanismo, obras públicas, transportes, puertos y aeropuertos.
No habrá mestizaje en este nuevo Ejecutivo, de manera que tanto populares como Vox gestionarán sus departamentos de manera estanca y no habrá cargos de diferente partido en el segundo y tercer escalón.
Los perfiles elegidos, de los que ha venido informando Valencia Plaza, también resultan relevantes. Mazón ha colocado como mujer fuerte a Susana Camarero, una persona de su máxima confianza. Será vicepresidenta segunda, consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, y responsable de la secretaría del Consell. Camarero cuenta con una dilatada trayectoria política, que comenzó de la mano del expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana. Fue secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad entre 2014 y 2016 –durante el gobierno de Mariano Rajoy– y ha sido diputada en Les Corts y el Congreso.
Abogada y experta en Igualdad, atesora 25 años de experiencia en la gestión pública y conoce la legislación actual en la materia tras haber sido ponente de varias normas como portavoz de en el Congreso de los Diputados y responsable como secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. Fue ponente de la Ley 1/2004 Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género y de la Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres. Actualmente, es presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad y estaba dedicada a asesorar a empresas, administraciones y entidades en la aplicación de políticas de igualdad y diversidad como directora senior Contexto Político en Llorente y Cuenca.