VALÈNCIA. "La actual tendencia bajista de Oryzon Genomics (ORY) no tiene mucho sentido la verdad. Y menos tras empezar este año con mucha fuerza, reducir sus pérdidas durante 2021, que la FDA americana aprobara su ensayo clínico para pacientes con leucemia y su intención de cotizar en el mercado electrónico estadounidense Nasdaq, el mayor del mundo. Lo mejor del mal tono bursátil de la biotecnológica catalana es que los descensos que acusa en las últimas semanas no vienen acompañados de elevados volúmenes de contratación". Así respondían ayer a la llamada de este diario desde una firma financiera valenciana.
Y no le falta razón en todo lo que dice porque la compañía presidida por Carlos Buesa se mueve en la zona de mínimos de finales de marzo de 2020, es decir, cuando había estallado la pandemia de la covid-19. 'Oryzon Genomics vuelve a pisar terreno positivo en bolsa gracias a Estados Unidos' titulaba Valencia Plaza el pasado 23 de marzo. El motivo no era otro que la autorización de la Agencia Regulatoria del Medicamento de los Estados Unidos (FDA), lo que llevó a sus acciones a tocar los 2,83 euros... para volver a desinflarse hasta los 2,25 euros del cierre de ayer. Y eso que ORY había empezado el presente ejercicio con mucha fuerza, dado que despedía la sesión bursátil del 17 de enero en los 3,20 euros elevando su ganancia anual hasta el 18,70%.
Pero lo cierto es que la biofarmacéutica centrada en la epigenética para el desarrollo de terapias para enfermedades con importantes necesidades médicas no resueltas se deja este año un 16,67% tomando el cierre de la segunda jornada de la semana. O lo que es lo mismo: casi el 22,86% que cedió durante todo 2021 frente al 25,90% de subida de 2020.
Sin embargo, y como advertían desde la firma financiera del 'cap i casal', los retrocesos de las últimas semanas no están viniendo acompañados de elevados volúmenes de negociación en el parqué. En este sentido su media diaria anual situada en los 125.379 títulos, según datos de Infobolsa, no los supera desde el pasado 10 de mayo cuando intercambió de manos 143.652 acciones. Todo ello sin bajistas con nombre y apellidos en su capital, por aquello de no igualar o superar el mínimo legal establecido en el 0,50%.
Una ORY que está preparando el terreno para cotizar en el Nasdaq estadounidense, tal y como se recoge en el punto séptimo del orden del día en la convocatoria de su junta general, que tendrá lugar de forma telemática el próximo 29 de junio. "Delegación en el consejo de administración de la facultad de solicitar la admisión a negociación de las acciones de la sociedad, a través de ADSs (American Depositary Shares), en el Nasdaq" reza textualmente en el hecho relevante remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La firma catalana fundada en el 2000 por Carlos Buesa y Tamara Maes en Barcelona, que con el paso de los años se ha convertido en el líder europeo en epigenética, publicará sus resultados semestrales a finales del mes de julio. Y todo apunta a que seguirán por la senda de la recuperación, dado que en el primer trimestre redujo sus pérdidas un 10,2% hasta los 1,63 millones de euros en comparación con el periodo enero-marzo de 2021. ORY explicó entonces que dichos 'números rojos' eran acordes con la especificidad del modelo de negocio de la biotecnología. Lo hacía en referencia a la fase de desarrollo en la que se encuentra, que se caracteriza por un periodo de maduración de sus productos a largo plazo y sin recurrencias desde la perspectiva de ingresos.
Por su parte, los ingresos procedentes de trabajos realizados para el propio inmovilizado de la empresa ascendieron hasta los 3,4 millones, un 14,2% más que el año anterior; mientras que la partida destinada a aprovisionamientos por el consumo de materiales y mercaderías se situó en los 106.252 euros, un 55% menos. De su lado, los gastos de personal se situaron en los 844.166 euros (-40,5%); mientras que otros gastos de explotación alcanzaron los 4 millones (+31,4%). En este punto, el resultado de explotación cerró el trimestre con un saldo negativo de 1,57 millones, un 9,8% menos.
Las inversiones en I+D ascendieron a 3,8 millones, de los cuales 3,4 millones correspondieron a desarrollo y 400.000 a investigación. Los recursos destinados a sendas partidas aumentaron en un 4% interanual. Al cierre del trimestre, el efectivo y las inversiones financieras disponibles de ORY alcanzaban los 25,2 millones de euros.