Mi gran objetivo

“Punto final”. Así terminaba mi último artículo hace dos semanas en mi columna el cielo aguarda. Tristemente los acontecimientos desde entonces solo han hecho que certifique el fin de un proyecto político de centro que entusiasmó y encandiló a muchos españoles que nos revelábamos contra el statu quo establecido. Queríamos cambiar las cosas, resolver los problemas que la clase política evitaba abordar de una forma sincera. Estábamos cansados de escuchar promesas que no se cumplían, había que pasar a la acción, evitar el conformismo y la resignación, teníamos que hacer algo.

Queríamos arreglar España. No queríamos que se rompiera. Había que salir de ese círculo vicioso de confort en el que nos encontrábamos. Dimos el paso. Y, efectivamente, estuvo en nuestras manos, gracias al apoyo de una ciudadanía que quería ser libre, que soñó y que gozó. 

Sinceramente creo que lo conseguimos, pero por desgracia no fuimos capaces o, mejor dicho, no supimos transformar esa fuerza que nos habían otorgado los españoles con sus votos en cambiar nuestro futuro. El futuro de nuestro presente, pero sobre todo el futuro de nuestros hijos y de las nuevas generaciones que están por llegar.

Creo que todos coincidimos en querer una sociedad valenciana con el mayor grado de libertad posible y que además sea la más igualitaria y solidaria con sus conciudadanos.  Yo quiero una sociedad que sea más justa y equitativa, y para ello me gusta recordar lo que dijo Adolfo Suárez en su primer discurso de investidura el 30 de marzo de 1979 acerca de la Constitución, para que “no sea únicamente una solemne declaración de derechos, sino el fundamento efectivo de una democracia estable y justa”.

Uno de mis objetivos será conseguir que nuestra Comunitat en el año 2023 deflacte la tarifa del IRPF en todos los tramos y para todos los valencianos, con la finalidad de evitar esa injusta progresividad en frío que se produce con la inflación. Una inflación del 10,2% en estos momentos, el nivel más alto desde hace 37 años, y la cual este gobierno es incapaz de corregir. Las rentas medias, que son el grueso de la recaudación valenciana, serían las más beneficiadas. Esta medida debe ir acompañada de la actualización de los mínimos personales y familiares por ese nivel de inflación y que afecta a las rentas más bajas impidiendo que se grave a esa renta mínima que lleva tanto tiempo sin actualizar. Tampoco me olvido de los gastos deducibles de los rendimientos del trabajo que también deben actualizarse.

Es indignante e indecoroso que un gobierno exprima al ciudadano subiendo su recaudación por la inflación. Lo que da en una mano al contribuyente se la quita de la otra multiplicado por diez.

Las encuestas ya han cambiado el color del Consell en nuestra Comunitat y mucho me temo que no es culpa de la inflación.