Un traslado de enseres a otro edificio de la firma pública fue lo único que alteró la normalidad en la sede de Imelsa
VALENCIA. La prensa se hacía eco a primera hora de los movimientos policiales que se saldaron con 24 detenciones y 33 registros de la operación Taula y, cómo no, la expectación era máxima en la sede de Imelsa, ubicada en la calle Conde de Trénor, junto a las torres de Serrano. Sin embargo, lo único que alteraba la normalidad en la firma pública -epicentro de la trama que se investiga- era una simple mudanza.
"Esto no es más que una mudanza, lo prometo, soy un trabajador normal", explicaba un operario mientras cargaba un camión con cajas de documentos y muebles. "De verdad que no trabajo para la poli, ya me lo han preguntado varios", añadía. El destino de los enseres era la calle Avellanes.
El empleado, cansado de las fotos y preguntas de los medios, explicaba que su empresa ya le había alertado de que le esperaba una mañana peculiar. "Nos han dicho que igual coincidíamos con la policía, pero de momento nada", indicaba, al tiempo que pedía "no salir en el periódico".
Por su parte, trabajadores de la firma preguntados por este diario lamentaban que los registros no hubieran llegado a su sede. "Que vengan y busquen, ya era hora de que engancharan a aquellos chorizos", espetaba un empleado.