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VALÈNCIA. Hasta cinco personajes interpretaba el actor valenciano Miguel Torrecilla en la obra contemporánea Novecento de Alessandro Baricco, una representación teatral que ha sido preparada desde las aulas del IES Districte Marítim de València por Grupo Komos. Con tan solo 20 años el interprete se ha llevado la mayor distinción que existe hoy en día para el teatro joven; un Buero a Mejor Actor Nacional. Un premio que además no solo se plantea como un reconocimiento a su trabajo, a principios de julio Torrecilla viajará a Madrid junto a la directora artística de Komos, Marina Blando, para "ver y hacer teatro" junto al resto de premiados y a las obras finalistas del certamen: WebSite Story (Madrid), Generación Lorca (Navarra) y No hay poetas en la luna (Aragón). Así mismo, este se convierte en el único galardón que recoge la compañía valenciana tras no llegar a la fase nacional después de convertirse en la vencedora de la Comunitat.
Miguel Torrecilla está empezando a despuntar y a sobresalir, no solo es una percepción del mismo Grupo Komos donde trabaja desde hace seis años. Su paso por la interpretación le ha hecho ganar otros dos premios, otorgados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a Mejor Actor de Tragedia gracias a su interpretación de Taltibio en Troyanas (2014) y por Jasón en Medea (2016), ambos de Eurípides. La interpretación es lo que quiere y lo tiene claro. El joven valenciano empezó a probar qué era eso del teatro en el Micalet de València y este año ha terminado el primer curso en la Escuela del Actor de València. Sus inquietudes pasan por probar cosas nuevas y continuar en las artes escénicas. Hablamos con él para conocer aún más el interprete que sueña ser y sus impresiones después de llevarse el Premio Buero.
-¿Cuál es el primer recuerdo que tienes del teatro?
-El teatro lo conocí por mi hermano, porque cuando tenía tres o cuatro años él ya estaba medito en el mundillo y actuaba en una compañía de Canadá. Así que puedo decir que me he criado entre bambalinas y me he empapado de ver cómo se preparaba un texto. El gusanillo pica enseguida y más si estás tan cerca.
-¿Pensabas que tu modo de vida iba a ir ligado también a los escenarios?
-No, lo veía como una especie de hobby y de juego, pero que no se podía vivir de él. Sin embargo, al descubrir que mi hermano trabajaba totalmente del teatro, empecé a interesarme. Ahora se que es lo que más me gusta hacer y lo que mejor se me da.
-¿Ves el premio Buero como el empujón que te hacía falta?
-Yo creo que sí. Para empezar solo con ir a Madrid, actuar allí y conocer a gente nueva, es un paso más para convertirse en un profesional o, sin duda, mejorar. Nunca sabes qué va a surgir de estos encuentros. Además, te da reconocimiento, es como una llamada de atención de que vas por el buen camino. Igual todo esto me ayuda, o no, pero ojalá sí.
-¿Qué es lo más complicado de interpretar a tantos personajes en una obra como Novecento?
-Conseguir encontrar diferencias entre el papel de Tim Tooney y Novecento. Hay un pequeño matiz, pero es muy notable y es importante la conversión. El resto de personajes son más extravagantes y caricaturescos.
-No todos los actores o actrices con veinte años han ganado hasta tres premios. ¿Te dicen mucho que eres de los mejores actores jóvenes que hay a día de hoy en València?
-A ver, yo tengo una visión diferente de lo que son los premios. Está bien que reconozcan tu trabajo, pero es solo eso. Es como una alerta para que continúes por ese camino. No es que esté en contra de ellos, pero no por tener un Goya eres el mejor actor de España en estos momentos.
-¿Es el triunfo el resultado del talento innato o hace falta sí o sí pasar por una escuela de formación?
-El talento existe pero si no se trabaja, se marchita. Si no lo nutres y no tienes nada más que aprender no sirve para nada que tengas esa vocación.
-Tu carrera ha empezado marcada por obras grecolatinas, ¿quieres continuar con este subgénero o pasar a papeles más actuales?
-Interpretar un papel como Edipo siempre es bonito, te nutre mucho como actor. Por eso, el teatro grecolatino es ideal para empezar, porque ves como era el arte en sus orígenes. Convertir esto en algo contemporáneo como Novecento o en una obra de Sara Cain puede ser complicado pero a la vez interesante. Por lo que a mi respecta, intentaré hacer algún papel más que me interese del repertorio grecolatino, pero sí quiero abrirme a nuevos horizontes, aunque sin despegarme del todo. De hecho, estoy intentando crear un espectáculo con otro compañero de clase. Queremos transportar las inquietudes que tenemos para ofrecer algo que pensamos que será más actual.
-¿Te atreves con la televisión o el cine?
-No lo se... a mi la verdad es que me da más miedo la cámara que estar frente a dos mil personas. Aunque siempre se dice que el cine es mas fácil porque tienes que repetir tomas si algo no sale bien, así que creo que en realidad no me importaría.
-¿En qué títulos veríamos a Miguel Torrecilla como protagonista?
-No me importaría hacer el papel de Óscar Janeada en Noviembre, es un film que trata sobre un grupo de teatro independiente y en su momento me marcó mucho. Y si nos ponemos en plan americanos... Taxi Driver, El Padrino o alguna de Tarantino.
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