VALÈNCIA. La exvicepresidenta de la Generalitat Mónica Oltra ha rechazado este domingo que vaya a ser cabeza de lista al Congreso por Compromís en 2023 si la causa judicial en la que está investigada le fuera archivada, aunque ha comentado que nunca va a renunciar a sus ambiciones políticas. "España es demasiado grande y yo soy de tierras chiquitas. Voy a contribuir a las políticas de cambio desde donde sea. Eso lo puedo hacer desde muchos ámbitos, sin ser cabeza de lista necesariamente", ha señalado durante una entrevista en el programa 'Salvados' de LaSexta.
Oltra, quien dimitió de su cargo el pasado junio, ha sido preguntada sobre el caso en el que se encuentra imputada junto a 15 cargos más de la Conselleria de Igualdad por posible encubrimiento de los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada. "Yo no he hecho nada ni ilícito, ni inmoral ni ilegal; actué con integridad", ha manifestado. En la entrevista, ha opinado que "la justicia ha comprado el relato de la extrema derecha" que la acusa, en referencia a la exdirigente de Vox Cristina Seguí y al líder de España 2000, José Luis Roberto, que ejerce de abogado de la chica abusada.
Un "conjunto de intereses" que, cree, han provocado el ataque judicial contra ella y en el cual incluye al directivo de Ribera Salud Alberto de Rosa. Y sobre lo cual, ha reconocido a su vez, no tiene "pruebas" y por eso no lo ha denunciado en los juzgados.
Ante la posibilidad de admitir errores en el momento de la dimisión, Oltra ha señalado: "¿Autocrítica, de qué? ¿Mayor autocrítica que dimitir? ¿Qué autocrítica tenía que hacer ya? ¿Qué tenía, que ir allí a flagelarme?". "No creo que en este proceso haya cometido algún error. Si lo cometí, lo he pagado con creces", ha añadido.
Precisamente acerca de la renuncia, ha argumentado que fue una decisión que tomó para que no se "rompiera" el gobierno del Botànic y que "el PSOE tuviera la tentación de gobernar en solitario". "Lo que pasó esos días (en los cuales primero se resistió a marcharse y finalmente anunció que sí lo hacía) fue la presión de asumir el relato falso. El PSOE amenazó con sacarme del Gobierno y eso hubiera sido una bomba que lo hubiera roto. El PSOE fantaseaba con la idea de gobernar a solas, y yo sé lo que es un gobierno en solitario del PSOE y lo mucho que se parecen a aquellos contra los que hemos combatido", ha apuntado.
Oltra, quien ha explicado que actualmente vive de la prestación por desempleo y que se ha apuntado a un curso de soldadura de grupo electrógeno que ofrece el Servef, ha valorado también el polémico baile en un acto de Compromís dos días después de que se conociera su imputación. Una actitud que posteriormente desde la coalición admitieron que no fue acertada y que provocó la frase del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de "no estoy para fiestas". "He llegado a la conclusión de que hubiera hecho lo que hubiera hecho hubieran dicho algo. Llega un momento en el que piensas: 'mira, me da igual lo que digan'. Yo voy a seguir bailando le pese a quien le pese. No fue una celebración", ha destacado.
La exvicepresidenta de la Generalitat ha insistido en negar los hechos que se le atribuyen en la investigación judicial. "No hay ni un solo indicio. La justicia tiene un problema gordo porque no se puede probar lo que no existe. No se hizo nada malo, ya pueden buscar que no van a encontrar nada", ha dicho.
Al igual que en ocasiones anteriores, ha negado haber encargado el expediente administrativo paralelo al judicial de agosto de 2017 que la instrucción considera que pudo obstaculizar las indagaciones judiciales sobre los abusos, que tuvieron lugar meses antes. En él se incluyeron los informes del Instituto Espill que otorgaron poca credibilidad a la víctima. Sin embargo, las explicaciones sobre el objetivo de ese informe siguen sin quedar claras tras las declaraciones de Oltra. Según la exvicepresidenta, se encargó "para ver qué actuaciones había realizado la administración, para hacer un seguimiento, para ver qué había fallado" en la Conselleria.
Ante la pregunta de por qué se buscó entonces cuestionar en él la veracidad del relato de la víctima, ha justificado que no se buscó cuestionar la veracidad, sino que hubo "una intervención psicológica con unas conclusiones" y que los técnicos "actuaron como consideraron" y ella no puede "juzgarlo". "Así es como se funcionaba, en este y en otros casos. No había ningún protocolo", ha remarcado. A día de hoy, ha repetido, no ha visto ese informe porque no era su función.
En cuanto a los asuntos políticos actuales, ha evitado opinar sobre el proyecto político 'Sumar' que impulsa Yolanda Díaz porque todavía es "un embrión". "Dejémosle crecer. Cuando esté la criatura opinaré", ha declarado, y ha negado que ella diera el pistoletazo de salida en el acto que compartió con la vicepresidenta del Gobierno, con Ada Colau y con Mónica García.
Preguntada por las famosas camisetas que utilizaba en Les Corts cuando estaba en la oposición, ha asegurado que no se ha arrepentido de llevarlas y ha considerado que no son comparables con las que utilizaron recientemente los diputados de Cs con el lema 'Oltra vete ya', un gesto que ha calificado de "patochada".
A modo de balance, ha defendido que como portavoz ha estado obligada estos años a ser "escudera" de sus compañeros en el Consell: "He cubierto la espalda de cuestiones que yo no habría hecho así, pero los pactos están para cumplirse y mi parte es la lealtad. Siempre ha sido así y siempre lo será".