Hoy es 15 de octubre
VALÈNCIA. El melón abierto por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para afrontar los congresos del partido en los próximos meses también obliga a una nueva reflexión interna para los socialistas valencianos liderados por la ministra Diana Morant.
A finales del mes de noviembre tendrá lugar en Sevilla el cónclave federal, al que posteriormente le seguirán los diferentes congresos autonómicos, provinciales y locales. La federación valenciana ya celebró el pasado mes de marzo una cita extraordinaria para elegir a Morant como sucesora de Ximo Puig y reconfigurar la dirección del partido, por lo que podrían haber buscado la manera de evitar el proceso o limitarlo a una mera convención política. No obstante, la decisión es de celebrar un congreso ordinario como el resto de federaciones, por lo que Morant deberá ser reelegida en el cargo -si es que no existen candidaturas alternativas- y la ejecutiva también podrá ser rediseñada.
Es cierto que la propia Morant, preguntada este viernes por los posibles cambios que podría acometer cuando celebre el cónclave, previsto para principios de año, recalcó estar "contenta" con la dirección alumbrada en marzo. Ahora bien, esto no significa que no vayan a producirse modificaciones, y algunas incluso pueden ser de peso por la propia situación excepcional creada en aquél cónclave extraordinario de marzo.
Así, la principal incógnita que rodea al futuro congreso es ver el papel que juegan los líderes provinciales de Alicante y Valencia, Alejandro Soler y Carlos Fernández Bielsa. En su día, ambos amagaron con presentarse a la Secretaría General del PSPV frente a Morant, si bien la presión de la dirección federal del partido y el propio papel de favorita que ostentaba la ministra invitaron a alcanzar un acuerdo para que no se produjeran unas primarias. Eso sí, Morant integró a ambos en su ejecutiva: Soler como presidente -un cargo honorífico- y Bielsa como vicesecretario general.
Esta situación dejó una composición algo excepcional y poco ajustada a los estatutos, dado que ambos dirigentes han seguido ostentando sus puestos como líderes provinciales, cuando las normas del PSOE rechazan la duplicidad de cargos. Es por ello que la lógica indica que si Soler y Bielsa quieren seguir optando a mantenerse al frente de sus respectivas provincias deberían dar un paso a un lado de los cargos autonómicos que ahora ostentan. Una circunstancia que permitiría a Morant un mayor control orgánico de la ejecutiva del PSPV.
No obstante, ya han comenzado a aparecer otras especulaciones. Por ejemplo, que alguno de estos dirigentes pudiera ser incluido en la ejecutiva de Pedro Sánchez en Ferraz, lo que siguiendo las reglas estatutarias también les descartaría a priori para seguir al frente de las estructuras provinciales.
Otra de las posibilidades es que tanto Soler como Bielsa puedan intentar mantenerse en la dirección autonómica o, en su defecto, situar a dirigentes afines con el objetivo de seguir como secretarios provinciales. Esto llevaría a primera línea uno de los dilemas que circula en el entorno de la ministra: si tratar de alcanzar el control territorial en esas demarcaciones o seguir confianzo en los actuales líderes. En estos últimos meses, los roces de Morant y los suyos con Soler han sido más leves y discretos, mientras que sí han tenido carácter más público y llamativo con Bielsa, si bien en las últimas semanas la situación parece haberse atemperado.
En cualquier caso, y aunque la prioridad de este congreso ordinario del PSPV debe centrarse en la ponencia política que no puedo realizarse en marzo por ser una cita extraordinaria, parece evidente que el cónclave que viene también ofrecerá claves importantes de la línea orgánica que quiera mantener Morant, que puede dirigirse a renovar los acuerdos con los líderes provinciales Soler y Bielsa alcanzados en marzo, o apostar por un mayor control retocando la cúpula pactada hace unos meses para darle un carácter más propio como secretaria general.