VALÈNCIA. ¿Alguien imagina comer en un restaurante y, en el momento de pagar, pedir que le aplacen la cuenta hasta dentro de unas semanas? “Verás, es que ahora me viene fatal, porque acaba de llegarme el recibo del alquiler”. ¿Cómo reaccionaría el tendero si, cuando recoges la carne, le pides costearla el lunes? “Resulta que me ingresan la nómina ese día”. A cualquiera le parecen disparatadas estas situaciones que, sin embargo, ciertos sectores profesionales han terminado por normalizar, como sucede con los proveedores de la hostelería. Hasta que la deuda supera los 50.000 euros en pagos a más de 90 días y, entonces, hablamos de una morosidad que amenaza la estabilidad de sus negocios.
Este es el motivo de que algunos nombres esenciales que abastecen a la gastronomía valenciana, posibilitándola desde segunda fila, hayan optado por hacer frente común. La semana pasada tuvo lugar la primera reunión de las muchas que se pretenden llevar a cabo, e incluso se ha planteado la creación de una asociación para perseguir la morosidad en la hostelería. En esta primera cita estuvieron presentes David García, quien provee todo tipo de productos restauradores desde DG3 Gastrónoma; Nacho Lurbe, especializado en los uniformes y más conocido como Nacho Unipro; Edu Torres, detrás de los arroces de Molino Roca; y Raúl Barrios, dediado a la venta de productos gourmet. También la firmante.