VALÈNCIA. El proyecto que finalmente llevará a cabo el Ayuntamiento de València para la remodelación de la avenida de Pérez Galdós conllevará la supresión del carril bus en los dos sentidos para evitar la afectación al tráfico privado. Así, la ampliación de aceras y la construcción de un carril bus segregado se hará mantenido los dos carriles de coches donde, tras la reforma, tendrán que convivir el vehículo privado y el transporte público. Así, la concejalía de Movilidad, que dirige Jesús Carbonell, admite que este cambio supondrá "una menor fluidez" para el servicio de la EMT.
El departamento de Movilidad del consistorio optó por mantener dos carriles de tráfico privado suprimiendo el carril bus segregado para no afectar a la circulación de coches en hora punta, que sería "forzada" en la mayoría de los cruces de la avenida, según los cálculos realizados por los técnicos municipales. De este modo, como explicó Valencia Plaza, tras comparar ambas situaciones hipotéticas la concejalía había descartado la construcción de un vial de coches y otro de bus (1+1), si bien todavía no había explicado cómo afectará esto al tránsito de autobuses.
Ahora, el departamento asume, en una respuesta a preguntas del grupo municipal del PSPV, que de los estudios realizados "cabe esperar una menor fluidez en la circulación de los autobuses". A la postre, los vehículos de la EMT tendrán que compartir espacio con el tráfico privado, lo cual hacía prever una afectación a la velocidad de operación de los autobuses. Con todo, todavía se desconoce cuál será el grado de afectación.
"Cuando hablamos de prioridad del transporte público, la prioridad se debe mostrar con hechos y los hechos desde luego en el caso de Pérez Galdós no van a favor del transporte público", explicó en ese sentido la edil socialista María Pérez, que había formulado la pregunta al gobierno municipal en la comisión de Seguridad. "La señora Catalá ha preferido eliminar un carril bus para que los coches puedan circular con cierta fluidez en hora punta y perjudicar así al conjunto de la red de autobuses durante todo el día, donde se verá afectada, como ellos mismos reconocen, la calidad y la velocidad de la línea", afeó la concejala del PSPV.
Con todo, más allá del 'estrangulamiento' que pueda haber en el servicio, la concejalía subraya que habrá "algunas mejoras evidentes en cuanto a la calidad del servicio" de la EMT, teniendo en cuenta que ahora "comparte espacio con el carril bici sin que exista separación física entre ambos". Esto, dice la concejalía hace que no se pueda considerar que exista "un carril bus exclusivo", y genera "un triple efecto negativo en el servicio prestado por la EMT" que se solucionaría tras la reforma.
Por una parte, señala que las bicicletas obligan "a reducir la marcha del autobús" cuando coinciden en el trayecto, "lo que repercute directamente en un incremento de los tiempos de recorrido". Además, añade, genera "un estrés superior" en los conductores de la EMT, a lo que se suma la "evidente falta de seguridad" de los usuarios ciclistas. "Con la remodelación de la avenida se segrega físicamente el carril bici del resto de carriles de circulación, por lo que los efectos anteriores dejan de existir, mejorándose, de esta forma, la calidad del servicio en lo que a esos tres parámetros se refiere", explica el departamento de Carbonell al respecto.
Asimismo, resalta que la mayor amplitud de las aceras, ganadas precisamente al carril bus, permitirá "la instalación de marquesinas en la totalidad de paradas de esa avenida, lo que se traducirá directamente en una mejora importante en cuanto al confort y la accesibilidad para las personas que esperan al autobús". Esto, subraya, supondrá un "incremento muy notable" de la calidad del servicio en los tiempos de espera, teniendo en cuenta que sólo dos de las 17 paradas de la avenida cuentan actualmente con marquesina.