Hoy es 6 de octubre
Auroras boreales manando desde el interior de la Tierra a través de los polos, ruinas de civilizaciones antiquísimas y reinos ocultos que rigen la vida de la superficie. ¿Qué hay allí abajo?
VALENCIA. A muchos, cuando estudiábamos en el colegio, nos dijeron que La Tierra era como una naranja, y que la corteza terrestre era como la piel de esta fruta tan nuestra. Resultaba asombroso entonces y resulta asombroso ahora constatar que el suelo que pisamos directamente es simplemente una ligera monda de cinco a setenta kilómetros de espesor bajo la cual se encuentran unos seis mil trescientos kilómetros de infierno de presiones y temperaturas inimaginables, si descendemos cruzando el manto hasta el núcleo. ¿O no? Pese a que hoy la ciencia tiene bastante clara la estructura interna de nuestro planeta, muchos siguen manteniendo viva una tradición que nos habla de túneles, pasadizos, accesos desde volcanes, misteriosos portales en los polos y desconocidas razas originarias de un subsuelo, que lejos de ser hostil para la vida, la ha preservado de la destrucción.
Fruto de esta curiosidad por conocer qué pasa exactamente bajo nuestros pies fue un experimento llevado a cabo por la URSS desde el inicio de la década de los setenta hasta el año noventa y dos. La idea era sencilla y potente, una revisión de un comportamiento infantil pero con muchísimos más medios: hacer el agujero más profundo que se hubiese hecho nunca y mirar por él. Tras más de dos décadas de perforación en la península de Kola, habiendo realizado un pozo de doce mil doscientos sesenta y dos metros, hubo que abandonar a causa de los inesperados ciento ochenta grados de temperatura que hacían fluir constantemente una masa de fango e hidrógeno que dificultó las cosas hasta el punto de hacer imposible alcanzar la meta de los quince mil metros. En la actualidad, el agujero más profundo excavado por nuestra especie forma parte de un proyecto cerrado definitivamente por falta de apoyo financiero.
En esta era caracterizada por la proyección hacia las estrellas seguimos desconociendo casi todo de nuestra propia casa. Proyectos como el de la península de Kola carecen totalmente de interés hoy día en comparación con nuevos horizontes como la minería de asteroides, una empresa que ya hace salivar a muchos ante las posibilidades económicas que representa. La fiebre del oro será estelar. Mientras, las profundidades marinas y los entresijos de la Tierra siguen siendo un misterio, carne de teoría. ¿Qué sorprendentes restos pueden esconderse enterrados más cerca de lo que pensamos? ¿Qué datos que todavía no conocemos, qué detalles que hemos pasado por alto? ¿Hay vida del tipo que sea más allá de las profundidades que ahora contemplamos como límite? La fascinación por lo subterráneo no se acaba nunca: siempre hay una inquietud nueva cuando tomamos conciencia de lo que somos y lo que habitamos.
Mundo subterráneo. Puertas secretas, ciudades sumergidas y utopías bajo tierra, publicado por La Felguera Editores, es una maravillosa muestra de aquellas explicaciones -algunas más rigurosas, otras más creativas- que hemos ido dando a ciertos fenómenos que hemos considerado propios de las profundidades, además de un breve repaso a la mitología que durante siglos se ha generado producto del afán de entender, pero también, de disponer de algo mágico y desconcertante que admirar. Porque en muchas ocasiones, nos hace más felices la expectativa que la constatación. Desde los innumerables volcanes en la literatura de Verne hasta la firme creencia en la teoría de la Tierra Hueca por parte del capitán del ejército estadounidense y astrónomo aficionado John Cleves Symmes Jr., este libro homenajea a esos profundinautas que han llevado nuestra imaginación a otros mundos dentro del nuestro, una suerte de mundo matrioska capaz incluso de albergar soles en su interior.
Junto a los textos de autores actuales como Josep Lapidario, Frank G. Rubio, Javier Urdanibia, Javier Calvo, Elena González, David Bizarro, Grace Morales o Álex Portero, en este volumen se incluye la primera traducción al castellano de un extenso fragmento del Mundus subterraneus (1665) del aventurero jesuita Athanasius Kircher, acompañado de un estudio introductorio del experto Eduardo Sierra Valentí. Merece la pena perderse en las observaciones de este erudito que asistió muy de cerca a cataclismos y que recopiló sus conclusiones respecto a lo que se extiende bajo tierra en esta obra monumental: “Subí al Etna, que es como la fuente de todos los prodigios que hay en Sicilia, para comprobar por propio experimento las maravillas que los historiadores de todos los siglos habían escrito, y luego fui a las islas eolias o hefestias y ante todo a Stromboli, y también al estrecho mamertino al que llaman de Vulcano y que es muy peligroso por los cambios de las corrientes y lo exploré durante tres años, y luego, con gran esfuerzo, me dediqué a estudiar los maravillosos movimientos, ebulliciones, y toda clase de síntomas de las famosas Escila y Caribdis. Todas las cosas que llamaban mi atención las confiaba luego al papel en casa, ponderándolas con la mayor exactitud, y esta relación es la que el lector encontrará en el curso de esta obra y podrá así comprobar lo que en ella se describe”
Pero no todo lo que se narra en Mundo subterráneo tiene que ver con un pasado arcaico o al menos bastante alejado del momento en que vivimos. Los misterios del subsuelo nos acompañan todavía, por ejemplo, bajo nuestras ciudades. ¿Cuántas reliquias de gran valor han sido destruidas con el soterramiento de carreteras como la M-30 en Madrid? Por lo que sabemos, muchas, por tanto imaginemos qué se habrá perdido sin que nos hayamos enterado. Fósiles, documentos históricos, esculturas, fosas, cámaras, construcciones insólitas. El crecimiento de nuestras urbes no es compatible con el mantenimiento del legado de nuestros antecesores: a ningún político le hace gracia que se le paralice un proyecto urbanístico por unos simples huesos de Elephant Antiquus como los aparecidos en Villaverde Bajo a finales de los cincuenta, mucho menos que las excavadoras pongan al descubierto un gigantesco yacimiento de flora y fauna del Mioceno. Un auténtico desastre para los plazos y el bolsillo.
El increíble hombre pez llamado Peje Nicolao y su versión nacional, de nombre Francisco de la Vega Casar, los Mariños gallegos, los monstruos marinos de distintas eras, las criaturas oceánicas más extrañas que ha dado la literatura; las profundidades de las aguas e incluso las de la mente humana se exploran también en este tratado que al fin y al cabo, de lo que se encarga es de interpretar el mensaje de esa voz tan grave que emerge del seno de la tierra cuando esta decide hablarnos con un terremoto.
En el catálogo de Siruela se encuentra esta joya de la narrativa italiana en la que asistimos al nacimiento de la vida en sí misma y a su evolución en el sentir
Capitán Swing publica esta extraordinaria y audaz obra de divulgación científica del psicoanalista y neuropsicólogo Mark Solms que encuentra la experiencia de ser en el sentir