Música y ópera

ENTRE LAS BAMBALINAS DE 'FAUST'

La ópera silenciosa: así trabajan los figurantes tras el telón

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VALÈNCIA. En la ópera cuidar cada mínimo detalle es importante, hasta aquellos que no se ven. El vestuario, el diseño de luces y la escenografía son factores clave para llevar al espectador al universo imaginario en el que se sitúa el relato. Todo gesto cuenta y sirve para abrazar la historia a la que le cantan las sopranos y los tenores sobre el escenario. Junto a ellos se encuentran también otros especialistas llamados figurantes, que tienen como labor recrear con su presencia un ambiente o una escena con motivo de contribuir a la atmósfera del relato y hacerlo aún más único si cabe.

Un trabajo crucial que da cuerpo a la historia y que sirve para dar credibilidad a los dramas y las tragedias cantados en todos los idiomas: desde el italiano hasta el alemán. La labor del figurante, silenciosa, pero imprescindible, lleva meses de preparación y trabajo para, a veces, aparecer menos de un minuto en escena. Un minuto que puede ser clave para los protagonistas o que ayudar a explicar el grueso de la trama.

  • Una de las imágenes del ensayo de 'Faust'

Entre las bambalinas de Faust, de Charles Gounod (que podrá verse el 3, 5, 8, 11 y 15 de octubre en Les Arts), se encuentran estos días algunos de los figurantes que bajan al infierno que se retrata en esta ópera que habla de la vejez, la eternidad y la juventud. Justo antes de uno de los ensayos de esta producción, que cuenta con Johannes Earth como director de escena y Lorenzo Viotti como director musical, dos de estos figurantes (de un total de 10 con los que cuenta la producción) estiran y se preparan en la sala de ballet antes de subir al ensayo general.

Ellos son José Dopateo y Marta Ferrer, de 44 y 29 años respectivamente. Ambos han llegado a este peculiar trabajo gracias a su obsesión por la ópera, y a su fijación por trabajar en una desde dentro, aunque “no se les dé muy bien cantar”. Ferrer ha encontrado en el puesto de figurante la manera de conocer los recovecos de la ópera, ya que este año ya le resulta imposible acceder a las preestrenas para jóvenes menores de 28 años: “He ido a todas las óperas que he podido y siempre me he preguntado cómo sería estar sobre el escenario, y que se esconde en los interiores de Les Arts”, explica emocionada.

  • José Dopateo y Marta Ferrer en la sala de Ballet

En sus estiramientos le acompaña Dopateo, que ya ha perdido la cuenta de las veces en las que ha hecho de figurante; un trabajo que le resulta muy interesante para mejorar sus “dotes de interpretación”. “Siempre que veo un casting y encajo me apunto. Nunca sabes qué te va a tocar y a veces ni sabes qué ópera va a ser, esa incertidumbre siempre es estimulante”.

Le pasó también con esta producción, en la que ambos desconocían que estaban en las audiciones para formar parte del universo de Fausto porque “aún no conocía la programación de Les Arts” y solo sabían que estaban haciendo un casting para hacer de artistas circenses. Ante la petición de hacer todo tipo de piruetas y movimientos para acceder al papel, ambos explican que el casting fue “muy a ciegas” y solo se les había mostrado una pequeña parte de la escenografía y del escenario para comprender el universo del que formarían parte.

  • José Dopateo durante el ensayo

Un “bocadito” que para Ferrer fue más que suficiente para emocionarse con su papel, que ayuda a que se comprenda el universo de Faust. Descendiendo a sus infiernos, y con unos ensayos en los que bailan al son de todo tipo de músicas, la figurante ve en este trabajo una oportunidad única para conocer los recovecos de la ópera y sus historias: “Es increíble ver como Johannes Earth sigue creando mientras trabaja con nosotros. Vemos los procesos de que va siguiendo y nos adaptamos a lo que nos pide, incluso a veces nos pregunta por nuestros puntos de vista”.

Algo que el propio Earth coprende como parte de su trabajo vivo, en el que se deja llevar por su instinto musical y en el que impulsa a los figurantes a "sorprenderse a ellos mismos con sus movimientos": "Me gusta empezar con un ejercicio de improvisación para que los figurantes se adapten a la escena y regulen sus emociones. Este ejercicio me ayuda a comprender todas sus habilidades, hasta las más ocultas. Es la forma que tengo de descubrir sus rasgos y emplearlos a favor de la historia": 

Para Ferrer esto se traduce en un sentimiento único, en el que contempla que son "una escenografía viva que da forma a la ópera y a la historia que se cuenta en esta": "Todos los ejercicios que hacemos nos acercan poco a poco a la historia final de Faust, y mientras puedo ver como es el proceso de crear una ópera”. Un proceso al que Dopateo está más acostumbrado, aunque le sigue fascinando, más en este caso tan especial en el que se les exige hacer todo tipo de acrobacias para dar vida a los “artistas circenses” que forman parte de la historia: “Es un trabajo muy grupal en el que todos tenemos que ir en sintonía. Desde dentro ves cómo todo encaja a la perfección: desde vestuario hasta maquinaria, pasando por cada uno de nuestros gestos”.

  • Johannes Earth da indicaciones al equipo de 'Faust'

Con muchísimo respeto y puntualidad, los diez acróbatas que forman parte del equipo de Faust, junto a otro mimo que también hace de figurante, quedan las tardes de septiembre para ensayar para esta ópera en la que todo tiene que estar coordinado al dedillo. “Si falla algo se fastidia todo el mundo, tenemos que estar muy pendientes a lo que nos dice el director para que el universo que creamos tenga sentido tal y como se lo imagina. Los figurantes tenemos que trabajar como una sombra de los protagonistas mientras hacemos acrobacias de riesgo”, explica Dopateo.

Combinando estos movimientos con su vestuario “que es muy expresivo” tienen también que fijarse en cada pequeña mueca que hacen, que tiene que poder percibirse hasta la última fila de los palcos de Les Arts. Su movimiento, sigiloso, pero imprescindible, hace que la ópera se revista de arte y de talento y consigue que el espectador, mire donde mire, encuentre un pedacito de la historia que se le desvela entre saltos y acrobacias. Acciones que parecen algo menor, pero que ayudan a construir al personaje completo: al igual que no se puede entender a Peter Pan sin su sombra, no se puede comprender una buena historia sin su tropa de figurantes.

  • Los figurantes estiran antes de salir a escena

 

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