VALÈNCIA. “Un acontecimiento cultural”, “un hito”, “una fecha importante”. Ayer, el director artístico del Palau de Les Arts, Jesús Iglesias Noriega, no paraba de subrayar que el próximo estreno del ciclo de ópera, Enemigo del pueblo (Sala Principal, 5, 7 y 9 de noviembre), era una fecha señalada. No es para menos: se trata del primer estreno mundial del auditorio, que además es un co-encargo junto al Teatro Real al compositor español con más proyección internacional de la actualidad, Francisco Coll.

El valenciano ha adaptado, con libreto de Àlex Rigola (el primero de su extensa carrera), una de las obras maestras del dramaturgo Henrik Ibsen, que además tiene claros reflejos sobre la sociedad actual: un pueblo vive del turismo que atrae un balneario de ensueño; cuando se descubre que las fábricas de alrededor han contaminado las aguas, hay que tomar una decisión, o cerrar el establecimiento y asumir la devastación económica que supondría o no decir nada y exponer a los clientes al peligro.

Esta crisis servirá para exponer el poder político, social y mediático, pero también el popular. Señala Coll que quería “acabar con un mensaje optimista y de esperanza”, pero ha dejado un mensaje oculto en las últimas notas de la obra, una “Sonata de Schumann destilada” que, a través de su propia biografía, quiere recordar que uno no siempre consigue lo que quiere.

Coll, que empezó su vida musical tocando en la Sociedad Musical L’Amistat de Quart de Poblet, aprovecha la importancia de “lo popular” (en el sentido que la trama depende de la decisión del pueblo) para rescatar tradiciones musicales que “se califican como triviales y no lo son en absoluto”. Un pasodoble “grotesco y cojo (le falta una corchea), que habla de las desigualdades sociales” marcará la obra desde el inicio y coserá la ópera.

“Es una música popular, reconocible y festiva, que a la vez denuncia la sociedad del espectáculo, la civilización del espectáculo. Por otra parte, muestra también su cara B: ese exceso de espectáculo que puede transformarse en una especie de complot anticultural y que quizás sea el verdadero enemigo del pueblo; una sociedad sin cultura es, en realidad, una invitación a la tiranía”, explicaba el propio Coll en una entrevista reciente en Culturplaza.

Personajes en tensión

Àlex Rigola firma el libreto y la dirección de escena, que sucede en un único espacio: una playa con el mar y el cielo al fondo, que podríamos entender como paradisiaca, pero que esconde la amenaza que han de decidir ocultar del todo o desvelar.

Rigola también intenta equilibrar, desde la escenografía, esa tensión que crecerá progresivamente desde casi el mismo inicio de la obra. Y conforme vaya pasando el día y la historia avance, ese paisaje empezará a oscurecer. El equipo de Rigola se completa con la escenografía y vestuario de Patricia Albizu, iluminación de Carlos Marquerie y videocreación de Álvaro Luna.

El compositor será el director musical; el libretista, director de escena; y el reparto también se implicó antes de los ensayos para poder sumarse a una oportunidad escasa: vivir la creación de una gran ópera desde cero.

El barítono José Antonio López (Doctor) encabeza el reparto, que incluye a dos antiguos artistas del Centre de Perfeccionament de Les Arts: el tenor Moisés Marín (Alcalde) y el barítono Isaac Galán (Mario, director del periódico). Completan el elenco: la soprano Brenda Rae (Petra, hija del doctor) y la mezzosoprano Marta Fontanals-Simmons (Marta, empresaria), mientras que el actor Juan Goberna interpreta a Morten, suegro del doctor y abuelo de Petra. 

Junto a ellos, la Orquestra de la Comunitat Valenciana ha asumido, según explicaba Iglesias Noriega, con “entusiasmo” el encargo de este estreno mundial. También el Cor de la Generalitat Valenciana jugará un papel crucial en la obra poniendo voz al pueblo.