VALÈNCIA. ¿Cómo afecta el nacionalismo catalán a la Comunitat Valenciana? Este fue uno de los puntos de debate del II Foro Ideas Faes 'La Comunidad Valenciana ante el nacionalismo catalán', celebrado este jueves en el Hotel Valencia Palace, en el que los ponentes analizaron la "presión nacionalista" y los efectos del desafío independentista catalán en la región.
"El nacionalismo es un tema que está presente en el debate político y lingüístico. Nos encontramos con la inflexión independentista en Cataluña y en València existen los populismos de izquierda radical", señalaba Javier Zarzalejos, presidente de Fundación Faes, quien daba paso a la primera mesa, 'Política y Educación. El Estado Autonómico y el proyecto nacionalista'. En ésta se encontraban presentes Jaime Foces, doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, Pablo Nuevo, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Abat Oliva y Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana.
Los tres asistentes en la mesa compartían la postura de que existe un problema con el gobierno del 'tripartito' en la Comunitat Valenciana y las medidas tomadas en materia de política lingüística. Por un lado, Foces planteó la necesidad de sentarse a nivel estatal y ver qué hacer con la política lingüística, teniendo en cuenta la deriva que ha tomado en autonomías como Cataluña o València. "Debe haber cesión por parte de todos", recalcaba. "No hay nación que resista si no hay tracto y afecto entre sus habitantes".
Nuevo incluso aludía a la posibilidad de que las diferencias entre las políticas educativas de las diferentes comunidades afectará a la libertad de mercado, al entender que habían quien prefería no trabajar en un puesto directivo en una ciudad por la política educativa que debían recibir sus hijos. "El Estado puede tener una red de colegios para garantizar esto. No puede haber política nacional sin garantizar que haya una lengua común en la escuela", aseguraba.
"La política educativa en España es pura ideología de parte", insistía Castillejo. "Tenemos un problema, y es que somos un queso gruyer con las autonomías. La ley catalana impide que, aplicado el 155, no puedan imponer que elija usted el idioma que quiera para sus hijos, y mientras nosotros llamamos castellano al español porque estamos acomplejados", recalcaba. "En Quart de Poblet sacaban a los niños al patio con camisetas negras y a Font de Mora boca abajo y nadie hizo nada. Eso es manipulación curricular y no hay un Ministerio de Educación que pueda jurídicamente ponerle fin".
"Toda la gente que sale en los peajes son fruto del sector educativo. Las competencias no pueden estar en manos de algunas autonomías porque son leales para su causa. ¿Por qué se les permite?", lamentaba Castillejo. "Escola Valenciana, pagado por nuestro Gobierno, ha montado la Primavera Pedagógica". "¿Cómo cortamos todo esto que está sucediendo? En toda la legislación que permite que una comunidad autónoma se comporte como una nación", insistía.
¿Qué es lo que puede hacer la sociedad civil ante la situación expuesta por los ponentes? "La solución es educación siempre. Que leamos tres periódicos distintos, no solo uno. Cuando formemos a la gente, que no solo sepa valenciano, también español, inglés y chino. Crear personas críticas porque ni la bandera nacional puede esconder lo que está detrás. Hay que apartarla y ver lo qué están haciendo por mí", señalaba Foces.
"Debemos de convencernos de que estamos en un mundo global. Estamos en una confederación que se llama Unión Europea y los nacionalismos tienen que acabar en la papelera de la historia", insistía. Nuevo aseguraba que no se trata de un problema catalán, balear, del País Vasco o de la Comunitat Valenciana, sino español. "Solo podemos garantizar un futuro de prosperidad si se rearma la nación ciudadana española".
"Tenemos que denunciar como ciudadanos cualquier intento de manipulación, sea de donde sea y venga de donde venga. En el tema de Irak, en un instituto de Llíria un profesor de primero de bachillerato dijo que Aznar era un asesino. Ningún profesor puede decir semejante barbaridad", apuntaba.
En la segunda mesa, 'Ideología nacionalista y estrategia política', participaron Jon Juaristi Linacero, catedrático de Filología y exdirector del Instituto Cervantes, Miquel Porta Peral, escritor y ensayista y Tania de la Torre, periodista y experta en comunicación corporativa. Juaristi comparó la estrategia nacionalista de vascos y catalanes. "El nacionalismo catalán es más tonto que el vasco porque nacionalistas vascos quieren ser españoles pero de primera", opinaba.
Porta reforzaba esta idea asegurando que el "nacionalismo catalán es tribal y grupal, de culto a la tierra". "Tienen la mala costumbre de distinguir lo propio de lo impropio, lo catalán de lo español", aseguraba. "Cataluña tiene lengua propia, una gastronomía propia, una historia propia y esto no es verdad. Los rasgos propios no existen porque incluyen y excluyen lo que les interesa", insistía. "Es un nacionalismo que coloniza la conciencia, regimentalista y educa o reeduca a ciudadanos que están dispuestos a trabajar como se dice".
El escritor y ensayista aseguró que el efecto dominó que pretendía Cataluña con la Comunitat Valenciana ha fracasado. "Ahora están diseñando una nueva formulación pancatalanista, que no sabemos si triunfará o no", aseguraba y apuntaba a una estrategia de seducción que apela a la los intereses de las clases autónomas valencianas y que le llaman "independencia por interés", analizando fortalezas y oportunidades.
Para De la Torre el planteamiento nacionalista valenciano se enorgullece de estar sometido a Cataluña. "El nacionalismo valenciano siempre ha partido de ser catalanes", recalcaba y reivindicaba el derecho a protestar porque sus hijos puedan educarse en español.
"El catalán no va a ninguna parte como lengua porque la globalización está tan disparada que el 75% de las pequeñas lenguas va a desaparecer", apuntaba Juaristi, que acompañaba su argumento con otras ideas. "El Gobierno de Mariano Rajoy le ha hecho una oferta a los nacionalistas vascos. ¿Qué sucede con este tipo de ofertas? Son tentadoras pero desacreditan al Estado español. El proyecto nacionalista de País Vasco es de gorrones".