VALÈNCIA. Las complejidades y particularidades del proceso por el que el Valencia CF vende las parcelas de Mestalla han llevado a descolgarse de la puja a al menos dos de los equipos que aspiraban a comprar los terrenos, según confirman a Valencia Plaza fuentes conocedoras del proceso. Se trata de los integrados, respectivamente, por las promotoras Neinor y Grupo Ática, si bien las razones son distintas en cada caso.
Según la hoja de ruta marcada por Deloitte, la consultora a la que el club encargó la operación conjunta para la venta de las parcelas de Mestalla y la financiación de la conclusión de las obras del nuevo estadio, este martes 13 de noviembre expiraba el plazo para la presentación de ofertas no vinculantes por parte de los interesados, y entre ellas no se encuentran ni la de Neinor ni la de Ática, dos de las firmas que habían sido invitadas a participar en el proceso.
En el caso de la primera, la compañía cotizada ha decidido finalmente no formalizar su interés por el elevado porcentaje de metros cuadrados de uso terciario que vende el Valencia. Como viene informando este periódico, se trata de un aprovechamiento de alrededor de 100.000 metros cuadrados de techo, de los cuales -a la espera de concretar el reparto con el Ayuntamiento de València, que también cuenta con suelo en dicho ámbito- aproximadamente un 40% deberán destinarse a superficie comercial, de oficinas o habitaciones de hotel.
Neinor, cuya apuesta se centra en el suelo residencial, tal solo estaba interesada en la construcción de viviendas, y el proceso del Valencia CF no ofrece la posibilidad de pujar por cada uso por separado, motivo por el cual la promotora ha rehusado, según ha podido contrastar este periódico.
El paso atrás del equipo de Grupo Ática, por contra, se fundamenta en la complejidad de la operación, no en la naturaleza del terreno. En este caso los aspirantes -entre los que se presuponía la participación de un fondo como socio financiero de la promotora valenciana- sí contaban con una solución terciaria para el proyecto.
No obstante, según ha podido saber este diario, la incertidumbre hasta poder disponer de las parcelas para construir, teniendo en cuenta los años que iban a transcurrir hasta que el club terminara el nuevo estadio, pudieran demoler Mestalla y levantar los nuevos edificios, les han llevado a considerarla una operación de elevado riesgo.
El sigilo con el que Deloitte gestiona este proceso privado hace difícil contrastar si el resto de los equipos de aspirantes sobre los que ha informado este periódico -los del grupo inversor valenciano Atitlan, el fondo Cerberus, la promotora Aedas y la constructora valenciana Bertolín- continúan o no en la disputa a fecha de hoy.
Pese a todo, las diferentes fuentes consultadas al respecto, con independencia de que pudieran existir además otros aspirantes no mencionados hasta la fecha, sitúan entre los favoritos a los equipos de Cerberus (por la liquidez con la que ha acreditado contar el fondo en numerosas operaciones en España) y al de Atitlan (en particular por la exitosa operación materializada en verano de 2017 para la adquisición de 100.000 metros cuadrados en el PAI del Grao con el respaldo del fondo británico Hayfin Capital).
Tras la presentación de las ofertas no vinculantes el cuaderno de venta de Deloitte contempla un nuevo periodo en el que los aspirantes que quieran seguir adelante deberán convertir las mismas en vinculantes, un compromiso que, según lo previsto hasta la fecha, deberán adquirir antes de que acabe el año.
Como viene informando Valencia Plaza, el club no ha puesto precio a sus terrenos, pero del análisis de precios que realiza el dosier de la consultora se desprende una valoración de los activos de alrededor de 120 millones de euros.