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La jueza de la Dana tira de surrealismo al alucinar con la 'bunkerización' del Cecopi durante la catástrofe

  • Imagen del Cecopi aportada a la causa
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VALÈNCIA. Cerca de siete horas, con dos recesos incluidos, duró la comparecencia del presidente de la Diputación de València, Vicent Mompó. ante la jueza de la Dana este jueves. Un interrogatorio lo suficientemente extenso para que se vivan momentos tensos, cortes inapropiados, preguntas reiterativas o comentarios imprudentes. Incluso escenarios surrealistas. Al menos esto último le pareció a la magistrada, que considera que la descripción que hacen tanto testigos como investigados del funcionamiento del Cecopi durante la catástrofe era más propia de una película de Buñuel que de la reunión de los máximos responsables para la gestión de una emergencia.

Lo que todavía nadie alcanza a entender es cómo durante aquella tarde, en el Cecopi nadie fuera consciente de lo que estaba ocurriendo en el barranco del Poyo, centradas todas las miradas en la posible rotura de la presa de Forata. En la reunión, presidida por la exconsellera Salomé Pradas, y con la presencia del ex secretario autonómico Emilio Argüeso, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, el presidente de la CHJ, Miguel Polo, y numerosos jefes de cuerpos de seguridad y técnicos de emergencias como el subdirector general de Emergencias, Jorge Suárez, nadie informó de la catástrofe que se estaba produciendo en ese barranco pese a las miles de llamadas atendidas por el 112, los registros de caudales de la Confederación Hidrográfica del Júcar y los servicios de rescate practicados por los bomberos.

En ese sentido, parte de las preguntas de la magistrada fueron dirigidas a entender esta 'bunkerización', la falta de conexión con el exterior. "Cuesta creer que los miembros del Cecopi no supieran lo que estaba pasando fuera", llegó a espetar durante el interrogatorio la instructora, que preguntó si había pantallas de televisión en la sala. ¿Había posibilidad de ver À Punt? "No lo sé, era una reunión y no íbamos a estar pendientes del móvil", aseguró en ese sentido Mompó, según el cual tampoco se habló de enviar la alerta masiva a la población hasta las 19h, mientras que en la sala técnica anexa, esta posibilidad ya se planteó por Suárez pasadas las 18h.

Es por todo ello que la jueza, en una de sus intervenciones, tiró de referencias cinematográficas y llegó a asemejar el Cecopi con 'El ángel exterminador', la película de uno de los máximos exponentes del surrealismo español, Luis Buñuel. La mención es curiosa porque el film retrata a un grupo de burgueses que durante una cena se queda encerrado en el salón de una mansión pese a que no hay ninguna barrera física que les impida salir. Una escena del todo irracional que da buena cuenta de la significación que le quiso atribuir la titular del juzgado al panorama de aquella tarde, hasta el punto que ha suscitado algunas críticas por excederse en sus consideraciones.

La jueza ya se había prestado a la ironía en otras ocasiones para referirse a la misma extrañeza. En uno de sus autos, dijo que los máximos responsables eran "ajenos a las llamadas del 112, a las previsiones meteorológicas de la AEMET, a las comunicaciones sobre el estado y el caudal de los barrancos, ya fuera a través de correos o a través del SAIH, a los medios de comunicación, se afirma que no habían pantallas en la sala del Cecopi". De manera que el encuentro parecía ser un lugar donde "nadie poseyera teléfonos, en el que los técnicos no les informaban o lo hacían mal, y en el que eran igualmente ajenos a las decisiones de instituciones de tanta relevancia como la Universitat de València".

Así, aprovechó entonces para señalar que parecía "que los presentes permanecían en una burbuja, aislados del mundo exterior, sin posibilidad de abandonar la sala y en el que el tiempo transcurría lentamente, demorándose la toma de decisiones, mientras el agua y el barro se desbordaba de los barrancos y de los cauces de los ríos, y en la que las llamadas de auxilio no traspasaban el umbral de la sala". "Un lugar -insistía- en el que ninguna información les llegaba, ningún consejo acertado se les proporcionó y en la que, quienes entraban, perderían la conciencia o la memoria de la gravedad de la situación", remachó con no poca sorna.

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