VALÈNCIA (EP). El grupo municipal Compromís ha denunciado este jueves que el Ayuntamiento de València ha concedido licencia para el derribo de una nave industrial en la calle Lliri número 11, en el barrio de Camins al Grau, datada en 1925 según el Catastro y "representativa del patrimonio industrial de la ciudad", para permitir la construcción de 22 apartamentos turísticos con piscina. La coalición asegura que se trata de una nave "histórica", aunque fuentes del consistorio afirman que no tiene protección patrimonial.
La coalición ha asegurado que ha recibido quejas del vecindario que les han alertado del inicio de los trabajos de derribo y del "temor creciente a una nueva oleada de turistificación en el barrio". Para la portavoz de Compromís, Papi Robles, este caso demuestra que la alcaldesa de València, María José Catalá, "está acelerando la turistificación de la ciudad y es una clara promotora de la especulación".
"Por el camino, propicia la pérdida de patrimonio, una imagen de València que ya no volverá", ha lamentado y ha indicado que, aunque este edificio no esté incluido en los supuestos de la moratoria vigente, "ya hemos conocido muchísimos casos en los que esta norma es papel mojado y no está sirviendo para nada".
La concejala valencianista ha advertido de que los apartamentos turísticos "no paran de crecer en València y seguirán haciéndolo porque el PP decidió reservar hasta un 3% de cada barrio para estos usos, una decisión que está expulsando al vecindario de su propia ciudad".
Robles ha subrayado que cuando el Ayuntamiento quiere, "puede frenar proyectos especulativos", como ocurrió con las naves de Guatla, en la Saïdia. "Pero lo que estamos viendo es que Catalá ha puesto València en venta. La turistificación ya no es una amenaza futura: está provocando la mayor expulsión de vecindario en décadas, sustituyéndolo por personas con rentas muy altas que pueden asumir precios absolutamente desorbitados".
Compromís también ha criticado la "contradicción" del gobierno municipal "que habla de poner límites, pero autoriza apartamentos turísticos con piscina en antiguos espacios industriales e impulsa rascacielos en el Puerto con usos compartidos como hotel, desvirtuando por completo el paisaje portuario y, además, cediendo suelo municipal a la Autoridad Portuaria". "Esto no es planificar ciudad, esto es venderla a trozos", ha denunciado Robles.
La coalición valencianista ha reiterado que defender el patrimonio, la vivienda y los barrios "no es una cuestión ideológica, sino una obligación institucional", y ha advertido de que continuará "fiscalizando cada licencia y cada decisión que contribuya a convertir València en una ciudad cada vez más inaccesible para la mayoría de su gente".
Sin embargo, fuentes municipales han asegurado que la nave "no está protegida" y "no cuenta con ninguna protección patrimonial". "Si tanto valor histórico tiene como dice Compromis, ¿ por qué durante ocho años no la incluyeron en algún catálogo de protección patrimonial?", se han preguntado.
En esta línea, han asegurado que las obras tienen licencia de derribo y las autorizaciones para apartamentos turísticos "no están afectadas por la moratoria".