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El ‘independentismo’ municipal valenciano: así batallan su autonomía algunos pueblos de la Comunitat

San Antonio de Benagéber y Benicull de Xúquer consiguieron independizarse; El Perelló y el Mareny de Barraquetes obtuvieron autonomía local, mientras que Puerto de Sagunto sigue reclamando la segregación total

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VALÈNCIA. En la Comunitat Valenciana hay pueblos que un día decidieron dejar de ser pedanías o barrios para convertirse en municipios con voz y gestión propia. Algunos lo lograron; otros, todavía esperan. Pero cabe preguntarse: ¿por qué un pueblo quiere independizarse de otro? ¿Y cómo se consigue?

No quieren ser barrios, ni pedanías: quieren ser pueblos. Así lo lograron localidades como l’Eliana, San Antonio de Benagéber o Benicull de Xúquer. Y ese mismo camino buscan ahora otros núcleos como Puerto de Sagunto, la urbanización Mas Camarena o las pedanías costeras de El Perelló y el Mareny de Barraquetes.

En 2003 fue la última ‘independencia’

El caso de Benicull de Xúquer, en la Ribera Baixa, es el más reciente en la Comunitat Valenciana y representa la última segregación municipal aprobada. Benicull era una pedanía de Polinyà de Xúquer, pero el núcleo fue creciendo desde mediados del siglo XX, especialmente con la llegada de familias trabajadoras del campo. Con el tiempo, los vecinos comenzaron a reclamar autonomía para gestionar sus servicios, fiestas y presupuesto.

Las gestiones formales para solicitar la independencia arrancaron en los años 90 y culminaron en 2003, cuando la Generalitat Valenciana reconoció a Benicull como municipio propio. Actualmente tiene una población de poco más de 1.100 habitantes.

En San Antonio de Benagéber, “era un anhelo colectivo”

San Antonio de Benagéber es uno de los casos más emblemáticos y polémicos de segregación municipal en la Comunitat Valenciana. Durante décadas fue una pedanía de Paterna, pero el crecimiento urbanístico experimentado desde mediados del siglo XX transformó la zona en un núcleo residencial en expansión que buscaba la independencia.

“La independencia fue un proceso laborioso, en el que Eugenio Cañizares, el primer alcalde de la localidad —que además es mi tío—, viajaba todas las semanas a Madrid para defender esta causa”, recuerda la actual alcaldesa, Eva María Tejedor Marí. La ciudadanía mantenía viva una conciencia de pueblo “desplazado” desde Benagéber, y el deseo de dejar de ser una simple pedanía era constante.

Paterna se opuso con firmeza a la segregación e incluso presentó un recurso, que se resolvió en 2004 a favor de San Antonio. “La segregación era un anhelo colectivo”, afirma Tejedor. “Lograrlo reforzó enormemente nuestro sentimiento de pertenencia. Hoy, San Antonio de Benagéber no solo es una realidad administrativa, sino también una comunidad con alma, historia y orgullo propio”.

Convertido en municipio desde 1997, San Antonio afronta ahora los retos propios de una localidad joven. El consistorio trabaja en reforzar la administración y la Policía Local, la construcción de un nuevo centro de salud, la mejora de las instalaciones deportivas —con una nueva pista y un campo de fútbol 8 más grande— y una futura Casa de la Cultura, pensada como espacio para un tejido asociativo cada vez más activo. Además, se están impulsando mejoras en el transporte público.

Pueblos, pero no del todo

La legislación valenciana permite que ciertos núcleos de población pertenecientes a otros municipios puedan ganar autonomía y margen de gestión sobre sus asuntos cotidianos. Es lo que se conoce como entidades locales menores. En la Comunitat Valenciana existen varios ejemplos: El Perelló y el Mareny de Barraquetes, en el término municipal de Sueca; la Barraca d’Aigües Vives, en Alzira; o Jesús Pobre y la Xara, en Dénia.

Estas entidades funcionan casi como pueblos. Cuentan con alcalde pedáneo y concejales, y tienen competencias limitadas: gestión de su patrimonio, tráfico local, mantenimiento de calles, jardines y caminos rurales, organización de ferias, mercados, y otros servicios menores. Sin embargo, siguen dependiendo del ayuntamiento matriz, lo que limita su autonomía real.

Por su parte, Mas Camarena y Torre en Conill, dos urbanizaciones del término de Bétera, han planteado en varias ocasiones la posibilidad de convertirse en Entidad Local Menor, debido a su crecimiento demográfico y actividad propia. Alegan una gestión insuficiente por parte del Ayuntamiento y reclaman mayor autonomía. Aunque sus intentos no han prosperado, una coalición vecinal entre ambas zonas obtuvo más de 2.300 votos en las últimas elecciones y mantiene cuatro concejales en el consistorio.

Puerto de Sagunto lucha por su independencia

Puerto de Sagunto, núcleo costero del municipio de Sagunto, lleva casi un siglo intentando convertirse en municipio independiente. Desde 1927 ha habido varios intentos formales de segregación, siendo el más significativo el promovido por el partido político Iniciativa Porteña, que en 2006 presentó más de 16.000 firmas para respaldar la causa. Los vecinos alegan una identidad diferenciada y una gestión municipal que consideran desequilibrada respecto al núcleo histórico de Sagunto.

Sin embargo, tanto el Ayuntamiento como la Generalitat Valenciana rechazaron la solicitud, y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana confirmó en 2016 la denegación definitiva del proceso. Aunque no ha habido avances recientes, el movimiento sigue vivo y el debate continúa abierto entre la ciudadanía. Iniciativa Porteña mantiene actualmente tres concejales en el Ayuntamiento, dos menos que en la legislatura anterior, cuando logró cinco ediles.

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