Los fondos que han batido récords presupuestarios en la historia de la Unión Europea se han empezado a repartir en España a tres meses de finalizar el año. La cuenta atrás ha comenzado.
VALÈNCIA (VP). El 21 de julio de 2020, el Consejo Europeo adoptó el acuerdo sobre las ayudas Next Generation EU, el programa más importante y ambicioso de la Unión Europea que, juntamente con el marco financiero plurianual 2021-2027, ayudarán a abordar la emergencia económica de la covid-19.
El objetivo del programa es estimular una recuperación sostenible desde el punto de vista económico, ambiental y social. Con este se van a movilizar enormes recursos que alcanzan el 37% de los fondos para favorecer la transición energética y la lucha contra el cambio climático, y el 20% para fomentar la digitalización, entre otras iniciativas.
¿Qué hace histórico a este nuevo programa?
Los primeros desembolsos de fondos del Next Generation EU ya se han hecho realidad aunque con cierto retraso. España, uno de los países que más fondos van a recibir, ya cuenta con los primeros 9 mil millones de euros, tras la evaluación de los planes nacionales de recuperación y resiliencia que los gobiernos presentaron a la Comisión Europea, y que representan el 13% de las trasferencias previstas para nuestro país.
Siendo España el estado más atrasado de la UE en la gestión de los fondos de cohesión del último presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020, habiendo ejecutado un 43%, el porcentaje más bajo de la Unión, tenemos el reto de ejecutar a tiempo una ingente cantidad de recursos en un tiempo limitado. Como ejemplo, en España se han presupuestado para este año más de 24 mil millones de euros de Next Generation, de los que se ha ejecutado aproximadamente el 18%, y solo quedan tres meses para finalizar el año.
El Plan de Recuperación y Resiliencia ha despertado muchísimo entusiasmo, por su alcance y su poder innovador, pero será la capacidad de gestionarlo y ejecutarlo lo que medirá el éxito o el fracaso de Next Generation. Como todo lo que empieza, debe progresar y superar las dificultades que vayan surgiendo antes de evaluar los progresos alcanzados. Sería muy prematuro plantear posibles reformas del presupuesto comunitario. Por eso los países deben concentrarse en implementar de forma efectiva los planes previstos y no en la premura de ejecutar los fondos como un fin en sí mismo.
Esta es la manera con la que se asegurará el éxito de Next Generation EU. Tras haber comprobado en qué medida el programa ayuda a la recuperación, modernización, competitividad y sostenibilidad de los países miembros, quizás sea posible abordar un nuevo uso futuro del modelo Next Generation.