VALÈNCIA (EFE). Ana María Ortiz es una adolescente valenciana de 14 años que nació sin mano izquierda y que ha decido poner a la venta las joyas que ella misma elabora para poder adquirir una mano biónica, ya que su familia no dispone de dinero suficiente para poder costearla.
La joven, a quien todo el mundo llama Anita, explica a EFE que lleva como algo "muy natural" el no tener una mano -de hecho asegura que a veces ni se acuerda de ello- y que quiere ponerse una mano biónica cuando termine de desarrollarse porque tiene dolores de espalda y la cadera desnivelada.
La idea de esta iniciativa surgió en el mes de septiembre, cuando hablando con su madre se le ocurrió que podía crear sus propias joyas y venderlas con el fin de pagar una prótesis biónica que, según explica, cuesta "de 60.000 euros para arriba".
Ofrece sus productos en Facebook, TikTok e Instagram bajo la marca "Pero qué bonita eres", un nombre que ha recuperado de una línea que tenía su madre, quien creaba joyas cuando ella nació pero luego la cerró, como una forma de "seguir con su legado".
Solo en Instagram, la red social con la que más se maneja y donde ella misma hace en ocasiones de modelo de sus pulseras, anillos pendientes o colgantes, cuenta con más de 7.700 seguidores.
Anita relata desde la mesa-taller que ha instalado en el salón de su casa que todo lo que obtiene de la venta de estas "joyas hechas con una mano" lo guarda para la prótesis biónica, y se muestra "muy contenta" con la respuesta que ha obtenido, pues confiesa que no pensaba que la gente iba a "empatizar tanto" con ella.
Mensajes como "ánimo luchadora", "qué bonito" o "voy a ayudarte" que recibe al exponer sus creaciones en las redes sociales le dan más ganas de seguir con su proyecto, que aunque va "poco a poco" está logrando un respaldo que asegura que no se esperaba.
La joven valenciana indica que no lleva la cuenta del dinero exacto que ha conseguido hasta el momento por este "trabajo" que le gusta, pese a que requiere de "mucha paciencia" y de "mucho tiempo", y explica que siempre está pensando en los colores o en las combinaciones que puede para sus joyas, incluso cuando está durmiendo.
"No me inspiro en nada, me surgen así" los diseños, señala Anita, quien en su cuenta de Instagram asegura que va a "darlo todo" para conseguir un propósito que le ha llevado a coger las riendas de su propio negocio y en el que va a volcar todo su esfuerzo.
Aunque es una intervención poco invasiva, requiere la experiencia de un médico especializado para evitar complicaciones