VALÈNCIA. Cinema Jove vuelve a pulsar el audiovisual independiente mundial hecho por cineastas de menos de 40 años. Lo hace este año con una selección ecléctica que, si bien comparte algunas preocupaciones, no marcan una tendencia clara. Por el contrario, en términos de sector, el Festival Internacional de Cine de València abre las puertas como nunca al audiovisual valenciano. “No es casualidad. El cine valenciano está viviendo un boom y lo estamos viendo en la cantidad de películas que están viajando a festivales internacionales”, explicaba ayer Carlos Madrid, director del certamen.
Desde que empezó su nueva etapa, solo una película valenciana había inaugurado el festival (Animal Crackers, en 2017) y otra en competición (Seguidores, en 2018). Este año dos películas coinciden en competición de la Sección Oficial de Largometrajes, Los carga el diablo, de Guillermo Polo, y Valenciana, de Jordi Núñez. La primera, además, inaugurará el festival. Pero no se te trata de una coincidencia, y si bien los ojos del festival quieren estar especialmente atentos al cine valenciano, Madrid avisó ayer que, tanto en largometrajes como en cortometrajes, los títulos de cineastas locales están porque lo merecen.
Lo carga el diablo es una road-movie que sigue la estela del universo que van construyendo poco a poco los Hermanos Polo. En esta ocasión, “un escritor frustrado cuya rutinaria vida cambia el día que acepta, bajo misteriosas circunstancias, transportar el cuerpo congelado de su conflictivo hermano Simón desde Asturias hasta Benidorm para cumplir su última voluntad: ser enterrado en la casa donde ambos crecieron”, según reza la sinopsis.
Por otra parte, Valenciana, de Jordi Núñez, es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro de Jordi Casanovas, que relata a través de la vida de tres periodistas las vergüenzas y oscuridades de la València de los 90: la corrupción, las drogas y la televisión en la era del Crimen de Alcàsser.
Más allá de lo valenciano, otras ocho películas pelean por la Luna de València. A pares, hay otros dos filmes japoneses: Shô Miyake presenta una “atípica fábula sobre la amistad” estrenada en la pasada Berlinale, All the Long Nights. El director ya presentó en el festival su anterior trabajo, El combate de Keiko. Por su parte, Takuya Kato firma su tercer largometraje, Fly On, un drama intimista sobre una mujer casada que pierde a su amante en un accidente de tráfico.
Más coincidencias geográficas: la antigua Yugoslavia también forma parte de dos películas. 78 Days, de Emilija Gašić, es un falso diario documental rodado con cámaras de vídeo caseras que retrata la vida cotidiana de una familia serbia durante el bombardeo de la OTAN en 1999. Por su parte, Excursion, de Una Gunjak, reflexiona sobre la losa social en el despertar sexual de una adolescente, que acaba atrapada en una espiral de mentiras.
Completan la selección Girls will be girls, de Shuchi Talati, un drama premiado en Sundance que sigue el viaje de una adolescente cuyo sexy y rebelde paso a la vida adulta se ve interrumpido por su joven madre. En El Paraíso, de Enrico Maria Artale, la relación maternofilial está determinada por la marginalidad y la precariedad.
Birdeater, la ópera prima de los australianos Jack Clark y Jim Weir, es una apuesta por las nuevas voces dentro del género. En la película, que triunfó en el SXSW, una novia se une a la despedida de soltero de su prometido. En otras coordenadas estilísticas, la directora suiza Katharina Lüdin explora las relaciones románticas a través de una actriz de teatro de mediana edad que sufre el rechazo de su pareja en Of Living Without Illusion, rodada en 16 milímetros, fue seleccionada en el Festival de Locarno.
La Sección Oficial de Cortometrajes incluye 58 títulos procedentes de 20 países (56 de ellos en competición), “reflejan una gran riqueza de lenguajes y estilos narrativos, desde la ficción hasta la animación y el documental experimental”. Muchos de los trabajos han sido programados y premiados en algunos de los principales festivales del mundo, como Cannes, Locarno, Clermont-Ferrand, la Berlinale, El Cairo y Sundance. Este año, además, el festival ha anunciado récord de cineastas de esta sección que visitarán Cinema Jove.
En la selección de cortos, que siempre ofrecen un collage diverso en estética, tono, técnica y, en definitiva, naturaleza, también se abren paso hasta cuatro títulos valencianos: Este es el diario no tan secreto de Raquel, de Raquel Agea Ramos; Capitanes, de Kevin Castellano y Edu Hirschfeld; Azul Meteoro, de Marta Guillén; y Zona cero. Autorretrato de un maltratador de océanos, de David Gaspar.
Por otro lado, la sección de series (que abandonó el nicho de webseries hace un par de ediciones) aborda ocho títulos, de los que se podrán ver los primeros capítulos. Destaca, por ejemplo, la serie australiano-neozelandesa After The Party, un drama familiar sobre una mujer que sospecha que su marido ha cometido abusos sexuales y que fue premiada en Series Mania. O la noruega Dates in Real Life, de Jakob Rørvik, donde se abordan las relaciones amorosas en entornos virtuales.
Otra vez, habrá acento valenciano con Ignorant, serie documental de 12 capítulos que pone el foco en la doble precariedad que sufren los jóvenes de la generación Z y milenial dedicados a la cultura.