Foto: EDUARDO MANZANAEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a activar estos días la maquinaria para eludir su responsabilidad en el problema de la vivienda que aqueja a nuestro país. Con su típico estilo electoralista, lanza una de sus ocurrencias pensando que los españoles se lo van a creer sin más.
Anuncia la eliminación de la “Golden Visa”, que otorga el derecho a residencia a los extranjeros que realizan grandes inversiones en inmuebles en nuestro país, como gran solución para garantizar el derecho a la vivienda ante la escasez de pisos para jóvenes y familias.
Sin embargo, este anuncio populista no se sostiene si analizamos los datos. Las viviendas adquiridas con “Golden Visa” entre 2013 y 2023 han sido, de media anual, 542 pisos. En este sentido, el número de viviendas vendidas en 2023 alcanzó las 638.522 unidades. No intenten engañarnos, el impacto es mínimo.
En esta línea, el partido socialista busca desesperadamente argumentos torticeros para desviar la atención de su desastrosa Ley de vivienda, que ha perjudicado especialmente al mercado del alquiler expulsando viviendas del mercado tradicional debido a la imposibilidad de que los propietarios vinculen la cuota a la inflación y a la gran inseguridad jurídica que les ocasiona la protección a la okupación de la izquierda.
Aquí entra en escena la extensión de Sánchez en el Ayuntamiento de Valencia, también expertos en retorcer los datos para que se ajusten a sus argumentarios.
Después de 8 años de inacción en los que no se tomó ninguna medida, culpan al Partido Popular, que apenas lleva 10 meses en el gobierno, de la falta de vivienda. Y en esta ridícula estrategia, también el malvado sector privado especulativo es el origen de todos los males.
Lo primero que tiene que hacer un político antes de pedir responsabilidades a los demás, es exigírselas a uno mismo. El gobierno de izquierdas durante 8 años no puso en marcha ni un solo PAI que permitiera liberar suelo y solo fue capaz de poner en el mercado la mísera cifra de 14 viviendas sociales. No hicieron sus deberes y ahora echan el muerto al que termina de llegar.
Pues bien, con el objetivo de aumentar la oferta, el gobierno de María José Catalá, a través de la colaboración público-privada, ha lanzado su plan para construir 1.000 viviendas, ha desatascado en meses el PAI de Benimaclet que libera suelo y tiene como eje prioritario el desbloqueo de licencias para dar salida a nuevos proyectos. Desde el primer día, nos hemos dedicado a trabajar para solucionar las herencias envenenadas que nos han dejado.
Otro de los argumentos de la izquierda para desviar el tema sobre su nefasta gestión en vivienda es la proliferación de apartamentos turísticos en los últimos años. Respecto a las cifras que manipulan, lo primero que es importante aclarar es que no todos los apartamentos publicitados en las plataformas son ilegales. Tratar a todos los valencianos como delincuentes es cuanto menos amoral. Y cuando el argumento se utiliza para tapar su falta de gestión para frenar la proliferación de apartamentos ilegales en Valencia, es tener la cara muy dura.
Hemos llegado a la situación actual porque en 8 años no se ha tomado ninguna medida. El problema aquí son los ilegales y la falta de ordenación. No demonicemos. Lo que hay que hacer es actuar y en ello estamos: solo en el primer trimestre del año, la policía local ha puesto más del doble de denuncias de las que se pusieron durante todo el año 2022 con el gobierno anterior.
Es hora de dejar de lado la turismofobia y reconocer que, bien gestionado, el turismo es beneficioso para la ciudad. Hablamos, junto con el sector, de limitar el número de personas en los grupos turísticos y utilizar sistemas de audio individualizados que disminuyan la contaminación acústica, ordenar las visitas evitando espacios concurridos o desplegar decenas de sensores para registrar el flujo de visitantes en tiempo real y poder tomar decisiones más eficientes. Todo ello con el objetivo de mantener el equilibrio entre la experiencia de los turistas, el desarrollo económico y calidad de vida de los vecinos.
Así que dejen de engañar vendiendo humo. Nosotros seguiremos trabajando haciendo de Valencia un lugar magnifico para vivir, invertir y visitar.
