Parafraseando al admirado Rafa Benítez, y si nadie lo evita, nos aprestamos a vivir cuatro meses de tediosas negociaciones, desencuentros, fotos, ruedas de prensa y demás acontecimientos mediáticos, que nos lleven a unas nuevas elecciones generales
Si no fuera porque estamos hablando del futuro de nuestro país, estos próximos meses se nos van a hacer muy, pero que muy largos. Son dos meses hasta que finalice el 2 de mayo, el período preceptivo para elegir al nuevo Presidente del Gobierno, más otros 54 días, como marca la ley, hasta ese 26 de Junio. Como en el caso de Benítez y sus pupilos del Valencia CF (Abril del 2003), aquí habrá que aguantar el tipo para ganar la liga, aunque los jugadores sean díscolos.
El día después del debate menor al que hemos asistido, algo debe de haber que nos hayamos perdido, porque los líderes políticos juran y aseguran que siguen con la “mano tendida” para negociar y alcanzar un acuerdo de gobierno. Y digo debate menor, porque hay que reconocer que el nivel parlamentario de nuestros próceres es bastante bajo, por no decir ínfimo. Después de rasgarse las vestiduras, insultos mediante, parece que empezarán de cero. O sea “pelillos a la mar” que aquí no ha pasado nada y vamos a restablecer puentes, eso sí a partir de la próxima semana, después de pasar por la segunda intentona. Si no media sorpresa de última hora, todo se aplaza.
"No sé si estábamos ante un Debate de Investidura o una Moción de Censura, por la puesta en escena de los distintos líderes"
Durante las sesiones parlamentarias, he tenido dudas, muchas dudas. No sé si estábamos ante un Debate de Investidura o una Moción de Censura, por la puesta en escena de los distintos líderes. He tenido la sensación de cambio de papeles y si me descuido no sabemos quién defendió mejor el pacto de PSOE/C. S, si Sánchez o Rivera. Y además la sobreactuación o “postureo”(maldito palabro de la modernidad) de sus señorías, me ha provocado desasosiego, porque pocos se han dirigido a los ciudadanos . El calificativo de bronco y duro que muchos han acuñado, parece que se ha quedado en las formas. Y por si no fuera bastante, el director de orquesta, el Presidente del Congreso, Patxi López, tampoco ha estado a la altura. No sé si a modo de “novatada”, algunos veteranos (Rajoy, García Margallo, Fernández Díaz) y algún novel como Pablo Iglesias o Xavi Domenech, intentaron reventarle la función. Habrá que disculparle por ser su “primera vez”, aunque su ya dilatada experiencia política, debía procurarle mayor diligencia en su tarea.
Para que no sea todo negativo, al menos, ahora hemos visto a los líderes políticos debatir, donde tienen que hacerlo, en el parlamento, y no en un plató televisivo. Un Congreso de los Diputados, muy renovado, con nuevos portavoces, nuevas maneras, y muchos, muchos periodistas (espero que pronto se tranquilice la profesión, porque aquello parecía la Puerta del Sol en hora punta . Estaban acreditados ¡800! periodistas, cámaras, productores,…).
Por cierto que la esperada próxima semana, es una incógnita, al menos legislativamente. La Constitución no recoge el supuesto en el que estamos. Tampoco se dice nada de cual debe ser la tarea del Jefe del Estado, el Rey Felipe VI y como serán los próximos movimientos. Así las cosas repasemos de un vistazo como está el tablero político:
El Candidato, Pedro Sánchez:
No dio la talla. Muy flojo en su discurso, aunque mejoró en las réplicas. Por la derecha-centro le superó con creces, su socio, Albert Rivera. Y por la izquierda sin duda, Pablo Iglesias con su estilo faltón y a veses ofensivo también le comió el terreno. Asumió pocos riesgos y ahora se enfrenta a una nueva decisión: Seguir con Ciudadanos o buscar el pacto de izquierdas, capitaneado por Podemos. No convenció, ni a los suyos, que lo vieron poco proactivo a la hora de defender a Felipe González, de los ataques de Iglesias. Daba la sensación que estaba ante un “marrón” porque incluso llego a decir que daba por “perdida” la votación. Algo inaudito. Esperemos a ver cuales son sus próximos movimientos, una vez finiquitada la investidura fallida. Y como detalle casi “exótico”, la alcaldesa de Madrid, Manuel Carmena ha tenido que salir en su auxilio: “Seria bonito que hubiera este apoyo a quien está solicitando la investidura” -Carmena dixiti-.
Mariano Rajoy:
Don Tancredo, Mariano Rajoy , fue directamente a por Sánchez y Rivera. Consiguió levantar a los suyos, que como es sabido están muy necesitados. Fue contundente y con fina, muy fina ironía . Displicente con Sánchez. Le afeó su bisoñez e inexperiencia. Aunque demasiado arrogante, daba la sensación de que estaba allí para pasar el trámite. La verdad, que dada su puesta en escena, quedaba claro que el tiempo se le ha acabado, resultaba fuera de tiempo y de sitio porque no ofrecía mensajes nuevos. Dicho todo esto, el diálogo es el diálogo y Rajoy llamará a Sánchez y Rivera. Veremos que respuestas obstiene.
Pablo Iglesias:
De manera intencionada, se mostró enfadado (como es su natural) agresivo y soberbio. Jaleado por sus huestes, recuperaba el megáfono del 15M. Minimizó a Ciudadanos y por supuesto a Sánchez. Sus palabras más ofensivas fueron para Felipe González al que recordó su supuesta vinculación con la guerra sucia (cal viva). Aunque se dice que Iglesias ha volado puentes con Sánchez, el discurso es el del diálogo. Sus excesos y prepotencia pueden quedarse en nada. A partir de ahora entrará en funcionamiento la Clave Carolina. A saber, los sondeos y prospecciones electorales que Carolina Bescansa controla en Podemos, marcarán su actuación. Sin son malas las encuestas, apostarán por el diálogo y sin son buenas, irán directamente a por las elecciones.
Albert Rivera:
Probablemente su talante conciliador y su intervención en la que vendió mejor que Sánchez el acuerdo, lo han hecho ganador del debate. Siguió equidistante en el centro, aunque fue muy directo con el PP y con su líder Mariano Rajoy, con el que marcó raya “el futuro no puede depender de quien le dijo no al Rey”. El riesgo de Rivera está en su posición privilegiada en el centro. Puede acabar “muriendo de éxito”, si finalmente el PSOE llega al pacto de izquierdas.
Joan Baldoví:
El portavoz de Compromís ha conseguido tener visibilidad en Madrid y hacer oír los problemas de los valencianos. Se confirma que la decisión de la formación de Mónica Oltra, de desgajarse de Podemos ha sido acertada. Con tono calmado, le recordó a Sánchez que están mucho más cerca y lo saben (le recordó el Pacte del Botànic y su lealtad institutcional) y también reconvino a Podemos por su discurso duro. Propuso una nueva reunión con IU y Podemos para elaborar un documento que presenten al PSOE.
Alberto Garzón:
Al igual que Baldoví, y haciendo frente común, el portavoz de IU aseguró que hay mimbres para llegar a un acuerdo de izquierdas porque hay que aprovechar la oportunidad. Aseguró que el pacto del PSOE/C,s plantea un falso dilema. Rajoy está fuera, pero Ciudadanos es la continuidad de Rajoy y este hilo se mantiene en el documento de PSOE/C,s. Recuerdó que los cuatro partidos de izquierda suman 161 diputados.
Y puestos analizar, las clases de marketing ofrecidas por sus señorías han sido muy ilustrativas: Sin lugar a dudas, Pablo Iglesias y su formación, como siempre son los maestros. Su puesta en escena, bronca y dura, con un lenguaje incendiario, sacando a relucir su agri pop algo rancio y pasado de época. La verdad es que resultaba antiguo., aunque efectista para su público. Por su parte Sánchez con todo escrito y su socio Rivera, sin papeles eran el contraste del acuerdo al que habían llegado. El registrador Rajoy, también con papeles, fue efectista para los suyos, con un lenguaje que casi resultaba decimonónico, al lado de los demás contrincantes.
Y en cuanto al fondo de armario, vimos a Pedro Sánchez con su traje de la suerte. Terno azul, camisa blanca y corbata roja. Albert Rivera, impecable de gris (corte moderno), camisa azul celeste y corbata con topos como Rajoy; será la derecha que se mimetiza. Porque Rajoy también iba de gris, pero oscuro y camisa blanca. Muy previsible. Y Pablo Iglesias con su indumentaria habitual, con una impoluta camisa blanca, que simbolizaba la pureza de la izquierda. También como Rajoy, lo esperado.
Y en medio de abucheos y aplausos en las distintas bancadas, el gesto del día vino de Podemos. El beso de Pablo Iglesias y el representante de Barcelona En Comú, Xavier Domenech, ante la atónita mirada de los ministros (Guindos, Alonso y García Tejerina). El caso es que hasta la prensa internacional más sesuda se quedó prendada de la circunstancia, e incluso lo titulaban con mayor riqueza tipográfica que la propia investidura de Sánchez. En fin, es un detalle más de la estrategia programada de los podemitas. Como decía al principio, “nos quedan cuatro meses de aguantarnos”.