VALÈNCIA. Cuando se cae una moneda al suelo genera un tintineo, tal vez similar al de un platillo; si a una ventana le da el aire muy fuerte esta puede “silbar” de alguna manera, y cuando las hojas se mecen por el viento pueden hacer música. Cualquier elemento dispuesto en el entorno es capaz de generar una melodía, que puede estar esperando ser escuchada. También puede ser capturada, tal y como lo pretende el taller Diálogos Sonoros, una formación impartida pornIgnacio Guillén Guillamón, por la investigadora postdoctoral en arte contemporáneo y artista Mar Juan Tortosa y por Alberto Quintana, ingeniero acústico e investigador del Centro de Tecnologías que tiene como objetivo generar Paisajes Sonoros en el Campus de València a partir del próximo 29 de abril y en cuatro sesiones repartidas en dos semanas.
Un taller en el que descubrir el sonido de las cosas prestando atención al aprendizaje en sí mismo. Quintana explica que esta formación nace del interés por escaparse de la contemplación de lo únicamente visual y centrarse en el entorno y en este caso el “paisaje acústico” con lo que logran dar voz y espacio a “lugares y personas relativamente silenciados”: “Queremos que esto sea un foco a partir del que se expanda la idea, es un taller abierto con el que buscamos que cualquier persona se acerque al lenguaje sonoro y enlazarlo con todo tipo de conceptos”. Uno de ellos es el arte en sí, donde entra Juan Tortosa conectando los paisajes sonoros con el lenguaje de las artes plásticas: “Vemos cómo estimular la escucha y cuáles son las claves para desarrollar un proyecto sonoro, ya sea a nivel artístico como a nivel contemplativo. Al igual que la pintura refleja una realidad de nuestro medio con los diálogos sonoros se puede hacer un registro de lo que está pasando en el propio medio”, añade.