VALÈNCIA. A las puertas del Museu de Belles Arts se agolpan muchas más personas que de costumbre. Es una tarde de sábado, hace calor y hay un grupo de lo más variopinto que espera descubrir algo que siempre permanece oculto: los almacenes. Este pasado fin de semana el Belles Arts ha decidido abrirse por completo, con motivo de la celebración del Día Internacional de los Museos y de la Noche Europea de los Museos, en una visita apta para curiosos que quieran adentrarse en las entrañas del museo. El paseo lo guía Pilar Gramaje, del departamento de registro, y le sigue muy de cerca Jose, el guarda que en este recorrido hace de amo de llaves para abrir las puertas que ocultan “los misterios”.
Antes de dar comienzo a la visita, una señora se acerca con cara simpática y hace una petición a Pilar, una pregunta con voz dulce: “¿Podríamos unirnos a la visita? Sólo si falta alguien” a lo que la guía responde con cara de pena que no será posible, el grupo ya ha aumentado de 20 a 23 personas, y “resulta imposible” añadir a más gente. La visita, de poco más de media hora de duración, obliga a los visitantes a serpentear por los almacenes del Museo con sumo cuidado, en fila india y sin tocar ni fotografiar nada.