VALÈNCIA. La Conselleria de Educación y Cultura de José Antonio Rovira recupera finalmente el proyecto de Capital Cultural Valenciana con la convocatoria de una nueva edición para este mismo 2025, una convocatoria que despeja la duda en torno al futuro de la iniciativa tras los retrasos en los pagos a las localidades elegidas para ostentar el sello en 2024 así como en el propio impulso del propio proceso de selección, que tras meses de dudas se retoma este mismo mes de julio.
El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) publica este mismo miércoles las bases del concurso de reconocimiento de capital cultural valenciana para 2025 en sus dos modalidades: municipios de la Comunitat Valenciana de menos de 5.000 habitantes y de más de 5.000 habitantes. El procedimiento de participación en el concurso es abierto y de libre concurrencia y las localidades que deseen participar tienen un plazo de un mes para presentarse.
Para ellos deberán remitir una descripción del municipio, de su patrimonio cultural e infraestructuras, número de habitantes, inversión municipal en materia cultural de los últimos cinco ejercicios presupuestarios, que se valorará con hasta un máximo de 20 puntos; un proyecto de actividades culturales previstas para el año 2025, con el presupuesto y equipo de gestión previsto para llevarlo a término, y un plan de promoción y difusión, que valdrá 50 puntos; así como un análisis de la incidencia social que puede tener la celebración de la capitalidad en el municipio y en la comarca, que se valorará con máximo de 30 puntos.
La comisión de valoración estará presidida por la secretaria autonómica de Cultura mientras que la vicepresidencia la asume la dirección general de Cultura. Los vocales serán el director general del Institut Valencià de Cultura, los jefes de los servicios territoriales de Cultura de Castellón, València y Alicante, el jefe del Servicio de Fomento de la Actividad Cultural y una persona designada por la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.
Cabe recordar que fue en 2016 cuando el gobierno del Botànic puso en marcha esta distinción con el objetivo de “incentivar la vertebración de la cultura”, una primera convocatoria que dio como vencedora a Gandia y que, más adelante, se reformuló para elegir a dos municipios por año: uno de más de 5.000 habitantes y uno de menos de 5.000 habitantes