Más cultura

La cultura un año después del barro: entre la recuperación y la inestabilidad

El colectivo Sedajazz, la librería Somnis de Paper, la artista María Tinaut y la compañía Yapadú Artística hacen balance de su presente tras la Dana

  • Librería Somnis de Paper.
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VALÈNCIA. “Parece que hace mucho tiempo, pero solo fue hace un año. Creo que la mente lo bloquea porque no puede vivir con ese dolor”. Aunque desde antes de verano los trabajadores de la compañía valenciana Yapadú Artística operan con relativa normalidad desde su sede, los ecos del agua siguen manipulando el tiempo a su antojo. Parece lejano y, a la vez, es presente. Tanto es así que hace apenas unos días, moviendo un mueble, Javier Sahuquillo, su director artístico, se sorprendía encontrando barro seco. Todavía. "Te hace recordar que no ha terminado", relata a Culturplaza. "Todo lo que se había construido en veinte años lo vimos destruido en apenas unas horas. Eso te hace sentir el ser más pequeño del universo. Pensamos que era el fin”, recuerda. 

Durante días el espacio quedó inaccesible, perdiendo la práctica totalidad de su material técnico y de escenografía. La posibilidad de recuperar el servidor y algo de material permitió el teletrabajo mientras se llevaba a cabo una limpieza que solo era el principio de la recuperación del espacio, al que pudieron regresar a principios de año. En paralelo, preparaban el estreno de El agua de Valencia en La Rambleta, una pieza basada en la estancia de Lope de Vega en la ciudad y que, pese a todo, pudo verse a finales de noviembre. El telón, no sin dificultades, volvió a alzarse. 

  • Antes y después de la sede de Yapadú Artística. 

El escenario en este inicio de curso es bien distinto y hasta cabe una palabra mágica, “esperanza”, que Sahuquillo repite hasta en tres ocasiones durante nuestra charla. “Ha ido todo bastante rápido porque tampoco te puedes permitir parar”. La gira nacional de Afectuosamente suyo, Jack el Destripador, que actualmente se puede ver en el Teatro Español de Madrid, o el estreno mundial de Los Duelistas en el Teatro Fernán Gómez, una pieza que mira a las guerras napoleónicas, son algunos de los motivos por los que abrazar la temporada 2025/2026, en la que también inician un nuevo proyecto educativo, pues gestionarán la Escuela Municipal de Teatro de Paterna, impartiendo clases de interpretación a grupos de diferentes niveles y edades.

Las distintas asociaciones del sector de las artes escénicas cuantificaron en seis millones los efectos de la Dana, una primera fotografía tras la que ahora se dibuja un escenario de recuperación generalizada, aunque todavía quedan algunas -grandes- cuentas pendientes, como el TAC de Catarroja, para cuya recuperación se invertirá 9 millones. El regreso a la ‘normalidad’, sin embargo, también tiene sus retos, algunos manchados por el barro y otros agravados por la emergencia. “No hay normalidad en el mundo de la cultura. Se están implementando una serie de cambios desde las instituciones que o no acaban de cuajar o no se acaban de entender”, analiza Sahuquillo.

En similares términos se expresa Joanfran Rozalén, miembro de la junta de la Associació Valenciana d’Empreses d’Arts Escèniques (AVETID): “El sector está arrancando en el inicio de esta temporada con una normalidad un poco extraña teniendo en cuenta las circunstancias”. Unos y otros subrayan que las partidas de ayudas han llegado aunque no con la agilidad esperada e insisten en la “inestabilidad” generada por el cambio de modelo del Circuit Cultural Valencià que, señalan ambos, ha provocado una “cierta parálisis” en un año ya complicado.

Somnis de Paper reescribe su historia

  • Librería Somnis de Paper. -

La librería Somnis de Paper, situada en el Carrer Major de Benetússer, perdió todo lo que tenía. Su local se derrumbó, se quedaron sin stock y la inundación arrasó con todos los libros a su paso. Aunque se plantearon cerrar la librería, Jorge Cabezas, uno de los encargados, fue la ayuda de los vecinos lo que ayudo a dibujar una segunda oportunidad para el espacio. Este sentimiento de barrio fue crucial para levantar de nuevo el negocio y, claro, también el ánimo en el momento en el que más lo necesitaban: “Fue un subidón de energía". Quienes preguntaron vinieron con nosotros a celebrar la reapertura”. 

Los nuevos cimientos de la librería se comenzaron a poner en enero, siendo en verano cuando pudieron reabrir sus puertas, acompañados de esos vecinos que les acompañaron en el proceso, una reapertura que se dibuja como un reinicio del proyecto. “Económicamente, haremos como si este año no hubiera contado, porque ha sido muy complicado, aunque eventos como la Fira del Llibre eran como un abrazo y nos dejaban ver cada vez más cerca la recuperación. Gracias a las ayudas y a nuestros amigos hemos conseguido salir adelante, a través de pequeñas acciones que se han vuelto cada vez más grandes”, relata Cabezas. “Las editoriales fueron muy comprensivas con nosotros y nos ayudaron a volver a formar nuestro fondo. Aun así no nos ha dado tiempo a llegar para la campaña de texto de septiembre, pero poco a poco retomamos el pulso”.

Pedro F. Medina, presidente de la AEPV (Associació d'Editors del País Valencià), señala que en términos generales se podría decir que poco a poco el sector del libro ha conseguido recuperarse tras la Dana, aunque aún queda trabajo por hacer más allá de las librerías: “El sector editorial valenciano ha conseguido recuperarse del desastre, pero ahora toca posar la mirada en las bibliotecas que siguen cerradas o las que han perdido gran parte de su catálogo. Si algo aprendemos de este año es que cada pequeño gesto ayuda y que si unimos nuestra fuerza somos imparables”.

  • Antes y después de la librería Somnis de paper. 

Sedajazz vuelve a sonar

El 29 de octubre la escuela, las oficinas y la sede del colectivo valenciano Sedajazz quedaron anegadas bajo el agua y el fango. Cientos de instrumentos y partituras de más de los 200 alumnos a los que impartían clases quedaron inservibles. La escuela, situada en la Entrada Alquería Coca, lleva más de treinta años formando a músicos de jazz en València y “nunca se había visto en una así”. El coordinador y profesor de piano, Juan Tamarit, recuerda que el día de la Dana vieron como todo por lo que habían trabajado durante años se venía abajo, mientras el lodo arrasaba con todos los instrumentos, los “grandes acompañantes de sus alumnos”, insustituibles en términos emocionales. 

Ahora, un año después de la Dana, Tamarit siente que son unos afortunados por tener la mayoría de los espacios rehabilitados, aunque algunas salas sigan contando con “algunas humedades con las que aún se están peleando”. En términos generales, la escuela ha recuperado la afluencia de los alumnos, aunque aún hay algunos que no se han visto capaces de volver, aunque hayan conseguido volver a tener sus instrumentos: “Nos sentimos unos afortunados, pero también hay casos de alumnos que perdieron sus instrumentos y el local de ensayo y no han vuelto a apuntarse este año, aunque nosotros intentamos seguir con el ciclo educativo con la misma normalidad que hace un año”.

  • Sedajazz. 

La recuperación ha sido posible, insiste el coordinador, solo gracias al 'milagro' de la colaboración de voluntarios y a las donaciones que recibieron durante las primeras semanas, que alcanzaron los 27.000 euros, que repartieron con otras entidades vecinas como el centro ocupacional de la Torre. “Fue un susto todo lo que vivimos y ha sido un camino emocionalmente agotador, pero pudimos recuperarnos rápido. Hemos superado esa sensación de incertidumbre y hemos podido recuperarnos y avanzar. Ahora queda que pase el tiempo y podamos volver a disfrutarlo todo como antes”. 

También Daniela González, presidenta de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana (FSMCV), subraya la recuperación del sector doce meses después. Así, las veintitrés sociedades musicales que se vieron afectadas han podido recuperar su actividad y “volver a sonar con más fuerza”: “Todas las sociedades afectadas han podido reactivar su actividad y volver a sonar gracias a los conciertos y las actividades solidarias. También recibimos muchísimas donaciones de instrumentos y los músicos pudieron volver a tocar, aunque no fuera con sus propios instrumentos, esa parte emocional no se puede subsanar. Las bandas se siguen ayudando entre ellas y si algo hemos aprendido de la Dana es que cuando a alguien le falta una cosa siempre hay otra persona que está dispuesta a dársela y ayudar”. 

  • Nueva sede de Sedajazz. -

El reto de crear tras la Dana

Artistas visuales como la valenciana María Tinaut se han visto desplazadas emocional y físicamente de sus espacios de trabajo tras la Dana. Situado en Benifaió, su estudio -que compartía con otros artistas- ha quedado parcialmente destruido por el temporal, aunque no por las inundaciones: “No nos llegó el agua, pero sí que hubo un tornado que arrasó con nuestro estudio. Nos arrancó la cubierta y mi zona de trabajo fue una de las más afectadas”. Aunque las pérdidas materiales fueron “mínimas” el susto se le quedó en el cuerpo y ahora ha establecido su espacio de trabajo en València, aunque crear de nuevo está siendo todo un reto.

“Algunos nos marchamos del estudio y otros se quedaron, pero para todos está siendo muy difícil crear. Te sientes asustado y con menos confianza. S nos ha quedado en el cuerpo ese miedo de guardar nuestra obra y moverla en alto para que no le pase nada. Hemos tenido que aprender a la fuerza sobre cómo trabajar con la catástrofe, pero aún nos cuesta producir”. Un trabajo doble, el de producir y el de preservar la obra, del que asegura que les queda mucho por aprender, aunque tiene esperanzas en poder retomar con su producción artística pronto. 

Y es que los aprendizajes que deja la Dana son, en gran medida, intuitivos y, un año después, la realidad es que todavía hay mucho por hacer en materia de prevención. “Meses después, muchos artistas siguen sin espacios seguros para producir ni almacenar su obra. De repetirse un episodio similar, el sector se encontraría en la misma situación de vulnerabilidad, sin protocolos de emergencia ni inclusión en los planes de protección civil”, analizan desde la Associació d'Artistes Visuals de València, Alacant i Castelló (AVVAC). En total, más de cien artistas y 49 talleres fueron afectados, una fotografía que puso negro sobre blanco la “precariedad sistémica” de un sector que demanda un mayor apoyo, tanto por lo que respecta a la protección de patrimonio como a nivel psicológico.

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