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EL HACHAZO

Lanzamiento de hachas, la tradición canadiense reconvertida en ocio para frikis y citas de Tinder

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VALÈNCIA. Aunque está rodeado de parafernalia vikinga y referencias iconográficas al mundo medieval y de fantasía, el origen histórico del lanzamiento de hachas se remonta a las competiciones de leñadores canadienses de finales del siglo XIX. Fue precisamente en ese país norteamericano donde, muchas décadas después, se encendió la espita del ax throwing como entretenimiento para urbanitas. Un fenómeno que saltó a Europa poco después y llegó a España de la mano de dos jóvenes empresarios franceses establecidos por entonces en Madrid.

Valencia fue la segunda ciudad española que se subió al carro de esta modalidad de juego que gana adeptos en todos los continentes, especialmente entre los frikis aficionados al universo de Tolkien, George R. R. Martin y sagas similares. Esa es la impresión que extraemos de nuestra visita a El Hachazo, el centro pionero en esta disciplina que abrió sus puertas en 2018 en la calle Dr.Sumsi.

“Yo y mi socio tenemos bastantes cosas en común, además de haber estudiado marketing -nos explica Vincent Benac, cofundador de la franquicia y responsable de la sede en Valencia-. Los dos fuimos scouts y siempre nos ha gustado el mundo de los caballeros, las hachas, los bosques, la madera y todo eso. Pero es que además los dos somos muy manitas. Somos un poco disléxicos, pero se nos da muy bien la carpintería”. Al parecer, esa extraña combinación de filias y talentos les dio el arrojo necesario para replicar en España el concepto de centro especializado en lanzamiento de hachas que habían visto en París.

El primer centro en Madrid, situado en la zona de El Retiro, fue un éxito absoluto. “Venía gente de todas las partes de España y llegamos a salir en El Hormiguero y todo”, comenta Vincent, nacido en la ciudad de Toulouse. El negocio, a pesar de estar enfocado a un público de nicho, va viento en popa. Están trabajando en la apertura de una nueva sede en la ciudad marroquí de Casablanca, así como en A Coruña y Las Palmas de Gran Canaria. En Valencia es muy difícil conseguir plaza durante los fines de semana sin reserva previa, y durante nuestra visita, que se produce un lunes por la tarde, comprobamos que hay una afluencia nada desdeñable de grupos de amigos.

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