VALÈNCIA. La colección de un museo moldea su discurso y conforma un relato del pasado, presente y futuro. Por eso, no solo es importante analizar los artistas que ‘entran’, sino también las narrativas y las causas. El IVAM, por ejemplo, tenía una laguna en su memoria: el trauma del VIH/sida no estaba apenas presente en su colección, a pesar de ser uno de los grandes temas que sacudieron el mundo en los 90. El artista Pepe Miralles y la mediadora Alba Braza llenan finalmente este vacío con Efecto de una fuerza aplicada bruscamente, un proyecto que se ha materializado en un archivo.
El encargo del museo nace, no tanto desde la voluntad de la compra o donación de un archivo concreto, sino por la necesidad de generarlo. Miralles y Braza recogieron el guante y aprovecharon el proceso para moldear y desafiar las convenciones del mismo museo. Si había que abrir hueco por fin a los seropositivos, el museo debía adaptarse a su memoria.
El primer gran debate de la creación de cualquier archivo en una institución cultural es equilibrar los pros y los contras de patrimonializar una memoria colectiva. Por una parte, “cuando entras en un museo siempre se quedan cosas fuera”, nunca la memoria es completa. Esta crítica ha sucedido en otros discursos que se han incorporado a la misma colección, como ocurrió con el fanzine o con la Ruta. Por otra parte, “nos seguía pareciendo importante entrar”, explica Miralles a este diario. La memoria de los ignorados durante tantos años por las instituciones se cuela por una brecha: la del patrimonio, una palabra que transforma el hecho en algo a proteger.
A partir de entonces, Miralles y Braza desarrollaron un proceso de creación del archivo a través de varias fases. La primera, tal vez la más invisible, la propia formación de cómo abordarlo. “Hicimos varios procesos de mediaciones y nos formamos nosotros mismos a través de entrevistas a casos de éxitos”, cuenta el artista. Y añade: “La mayor mediación no ha sido tanto con el público como con el propio museo”.
Junto al proceso de esa materialización, también se creó un grupo de pensamiento que se reunía de manera mensual, y que sugirió algunas de las obras que se han producido ad hoc para el archivo. Por ejemplo, una bandera del colectivo LGTBIQ+ que incorpora una franja negra: “era una manera de evidenciar no solo a los muertos por el sida, sino también toda la violencia que se ha sufrido por la homofobia”.
El archivo también lo conforma un buen número de libros, revistas y artículos. Una bibiliografía que abarca desde los números de Zero, la primera revista gay de información y estilos de vida, o Lo+ Positivo, otra revista de distribución gratuita a la comunidad desde finales los 90. También una colección de libros que reúne tanto la literatura y la creación artística como los ensayos y la literatura académica: “Muchas veces nos centramos solo en la creación artística, pero las ciencias sociales han ayudado mucho a abordar el fenómeno, aunque sea menos visible”, puntualiza Miralles. A partir de los ensayos y novelas, se conformó una serie una talleres de lecturas, que grabaron para el archivo.

- Reclamaciones desde el sling. Lectura de Ética Marica de Paco Vidarte -
- Foto cedida por Pepe Miralles
Testimonios anónimos
Pero tal vez uno de los pilares del proyecto sean los 18 testimonios que han recogido para conformar esa memoria del impacto. La idea era generar “una genealogía de los relatos orales, las vivencias privadas y la memoria histórica de los impactos que el VIH y el SIDA causaron en los años 90 en los cuerpos y los espacios psicosociales de las comunidades de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres”.
Otra vez, el proceso obligaba al IVAM a adaptarse en favor del archivo: “A veces, grabábamos en momentos en los que solo se podía entrar al museo a través del acceso con DNI, pero algunas de las personas que nos daban su testimonio querían ser anónimas. El protocolo tuvo que adaptarse para que, si Alba y yo entrábamos con alguien, no se le pidiera la documentación. El museo pudo priorizar el anonimato a sus propios protocolos de control”.
Además de 18 testimonios individuales, el archivo recoge otras mesas redondas y no solo sobre el VIH/sida, sino abordando el fenómeno del impacto de manera más amplia, como una entrevista a la última presidenta de la Asociación de Víctimas del Accidente de Metro de València del 3 de julio de 2006 (AVM3J), Rosa Garrote. La pregunta siempre era la misma: ¿cuáles han sido tus impactos? Y a partir de ahí, una escucha “completamente pasiva”.
Las conclusiones, ya centrados en las personas seropositivas, “eran lo previsible” y se confirmaron: los grandes traumas vienen del entorno familiar, principalmente, y de manera secundaria, también del ámbito laboral, de amistades, y de la dificultad de encontrar nuevas parejas. El museo ahora guarda por primera vez estos testimonios, ciertamente, patrimonio y reflejo de cómo la sociedad ha abordado este problema.
Por otra parte, al archivo también su suma una colección de carteles, revistas y ephemera del propio Miralles, principalmente de campañas de concienciación y reivindicaciones políticas: “Los carteles no están por ser bonitos o buenos, hay algunos que tienen mensajes horribles, que no hablan a la población que lo sufre, que estigmatizan, que son muy tibios… Esto también tiene que estar en el archivo”.
Un sling en la biblioteca del IVAM
El proyecto tuvo también su traducción en una exposición, que en ese momento no podía abrir el archivo porque aún no estaba conformado. La sala adyacente a la biblioteca se convirtió en un laboratorio de mediaciones que, otra vez, desafían las dinámicas del museo. Para generar reflexión y conocimiento, Miralles y Braza se sirvieron de algunas de las prácticas del sexo homosexual clandestino.
Por ejemplo, unas declamaciones en un sling, para lo que el museo tuvo que comprar uno, que ayer ocupaba la biblioteca. O Conversaciones en modo cuarto oscuro, en los que se inspiraron en los locales de socailización del colectivo para horizontalizar las reflexiones.
El archivo se presentó ayer al público general, con motivo de las celebraciones por el 36º aniversario del IVAM. Efecto de una fuerza aplicada bruscamente demuestra que el museo no solo recibe patrimonio sino que lo puede generar. La memoria es caprichosa y encuentra las grietas, no para colarse, sino para llegar donde merecía y se le he había negado hasta ahora.