VALÈNCIA. Ya huele a pólvora, a fiesta, a las Fallas y a la Magdalena. Semanas de ilusión, de ninots, de casales, de mascletà, de gaiatas y de fuegos artificiales. A nuestra cultura valenciana. Pero también se acarician programaciones paralelas o alternativas que quieren reformular los festejos fundacionales para darles un tono "más inclusivo". En Castellón, Queer Fest está dispuesto a que el 9 de marzo sea un día más para celebrar la libertad, la concienciación, el respeto y la visibilidad LGBTQ+.
'Queer' no serían bailes de disfraces, ni brillos o purpurina. “No es llamar la atención”, es luchar por “la normalización”. Pueden haber brillos o purpurina, y por qué no. Pero su razón de ser va más allá. Va por elevarse a la diversidad. Este colectivo nace hace tres años de la unión de otros dos gremios; Fam d’Ós y Castelló LGTBI. Juntos querían dar visibilidad al máximo número de personas, sin importar "el género o las siglas". Su principal naturaleza eran los festival, el que le da nombre a la misma asociación. No obstante, este es su primer año como colectivo con pleno reconocimiento, registrado como tal, y multiplicando así su carácter reivindicativo.
Su labor se sustenta pues en dos modelos: la celebración de Queer Fest durante junio y la programación para el resto del año de celebraciones, charlas, conferencias, asambleas o actividades culturales. "Lo que queremos es dar visibilidad no solo al colectivo LGTBI, sino a mucha más gente, como a las personas refugiadas. Nuestra filosofía es ayudar en los diferentes problemas que nos demanda la gente. Seríamos como una infraestructura para que cualquier petición se pueda hacer", explica Isaac Sempere Doménech, organizador y secretario de la asociación. Para este período el Queer Fest ha querido centrar su discurso en la transexualidad. Y es que cada vez son más "las personas mayores o incluso los niños y niñas" que demandan una especial ayuda para ser quienes realmente desean ser.
