VALÈNCIA. El cambio de década entre 1970 y 1980 marca también el paso al profesionalismo de un conjunto de autores de cómic que conformará la Nueva Escuela Valenciana. Seguidores y continuadores de la denominada línea clara, el grupo está compuesto por nombres como Miguel Calatayud —considerado el precursor del grupo—, Micharmut, Sento Llobell, Mique Beltrán o Daniel Torres, entre otros.
A comienzos de la década de los 80 estos autores ya cuentan con una trayectoria más o menos extensa: algunos han comenzado hace relativamente poco sus carreras, mientras otros cuentan ya con varios trabajos publicados a sus espaldas. Un rasgo común de estos autores es la colaboración con revistas —Cairo, Víbora...— que contribuyen a popularizar la historieta entre el gran público. Mientras que a comienzos de los 80 el género de superhéroes se encuentra en un momento de impasse previo a editoriales como Fórum o Zinco —el manga todavía no ha aterrizado plenamente en nuestro país—, el erróneamente denominado ‘cómic adulto’ goza de amplia presencia en quioscos y estanterías de librerías especializadas como Continuará (fundada por Albert Mestres en Barcelona) o Futurama (València), tienda abierta por Manuel Molero en 1981 bajo el nombre de 1984 (en homenaje a la cabecera creada por Josep Toutain).