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Objetivo, pasar del papel a la pantalla: las editoriales y productoras buscan su 'match'

18/11/2022 - 

VALÈNCIA. ¿Sueñan los y las escritoras con películas mientras llenan el folio en blanco? ¿Cierran los ojos y ven la ciudad y las acciones como si tuvieran una cámara en el cerebro que traduce una mente creativa? Las visiones, por ahora, se traducen en imágenes colectivizables a través del audiovisual. Por eso, el camino del papel a la pantalla, que exista desde el principio de las segundas, otorga una nueva vida, más o menos popular, más o menos acertada, pero en todo caso una nueva vida, a las palabras de las que nacieron entonces las historias.

En la sala 7 del Edificio Rialto se celebró ayer la gran jornada de Adapta Market, unas jornadas profesionales que se centran precisamente en ese viaje al audiovisual y que busca dotar a las editoriales y autores de herramientas para aquella nueva vida, y de historias genuinas a las productoras audiovisuales. Un match, que en el caso de los sectores valenciano, por tamaño y altavoz mediático, es más complicado que los premios Nobel o los cómics de las grandes marcas de superhéroes.

Es la tercera edición de estas jornadas, que empezaron en plena pandemia y de manera online, pero que se ha asentado rápidamente y que en unas semanas prueba suerte también en Madrid. Se han seleccionado nueve novelas publicadas por editoriales valencianas —colabora en la organización la Associació d’Editorials del País Valencià— y han acudido a escuchar a las editoriales y a los responsables de las historias 12 productoras, que abarcan desde las valencianas The Fly Hunter o Turanga Films, hasta transatlánticos como SecuoyaStudios.

A lo largo de dos horas, por cada libro tiene lugar un pitch de cerca de 15 minutos para contar la historia o destacar cuáles son sus puntos fuertes. Los productores, mientras hacer anotaciones para recordar qué les interesa porque, por la tarde, un formato one-to-one busca establecer posibles alianzas que se traduzcan en proyectos futuros. 

¿Tan fácil es? Ni mucho menos. “Hay que picar mucha piedra. En caso de que salgan de aquí con un posible acuerdo, aún les queda hacer la adaptación del guion, buscar financiación, que haya un equipo creativo que lo aborde, derechos de antenas, presentarse a ayudas… Los recorridos son largos, pero pueden empezar por aquí”, explica Joana Chilet, directora del evento.

Aina Fullana, autora de Els dies bons, una de las revelaciones de la literatura en catalán del año pasado, i Marc Senabre, editor de Bromera, participaban en un evento como este por primera vez: “nos vamos muy contentos porque hemos aprendido mucho de cómo funciona ese otro mundo. Muchas veces no hay un avance en este tipo de relaciones por puro desconocimientos, y hoy hemos tenido la oportunidad de presentar nuestro proyecto e interesar a varias productoras”.

Un momento de la pasada edición de Adapta Market. Foto de la organización.

Els dies bons es una historia sobre cómo la drogadicción deja huella hasta en tres generaciones diferentes, ambientada en la Mallorca de los 70 hasta la actualidad. Fullana, en su pitch, cree sin embargo —como otros autores—, que su historia es universal. También contaba en su presentación que, a la hora de escribir, no han sido pocas las influencias cinematográficas, además de las literarias. Senabre y Fullana piensan en una serie, pero el formato ya lo decidirá la posible productora que lo lleve a la realidad. Su única línea roja es “mantener la esencia del libro”.

Mercè Climent participó en la primera edición como editora y en esta lo ha hecho como autora de No hi havia a València…, una novela juvenil publicada por Sembra Llibres, que aborda una historia de amor y cuestiona los marcos heteronormativos. “La historia está funcionando: las críticas, los premios, el número de lectores, el número de ediciones, lo corroboran. Lo que he hecho ha sido preguntar a algunos lectores del libro y cinéfiles si veían la historia de Jade y Àlex en la gran pantalla. Y la respuesta ha sido un sí rotundo. Las verdad es que yo también la puedo llegar a ver”, confiesa Climent. Otra vez, ella también puede visualizar en imágenes lo que ha escrito. Pero además, le ilusiona que, tras “increpar sobre muchos aspectos de la sociedad actual, antipática muchas veces con la diferencia” a sus lectores, ahora puedan conocerlos el público audiovisual.

Por su parte, Vicent Baydal ha acompañado a Guillermo Colomer para representar L’últim dels valencians, Premi Lletraferit de Novel·la 2019. La saga de los Daràs también daría para una serie, según cree el que es uno de los responsables de Llibres de la Drassana. “Podría ser el Patria valenciano, una manera de contar los problemas políticos y sociales de nuestra sociedad en los últimos 100 años. Además, creemos que puede funcionar muy bien cinematográficamente: tensión política, contextos históricos y también actuales, y la oportunitad de contar una parte de nuestra historia que sigue siendo un tabú”. En el caso de Baydal, si bien no a través de Adapta Market, ya están familiarizados con ese match con el audiovisual: hay un germen de adaptación de Noruega, el gran éxito editorial escrito por Rafa Lahuerta; y también podría llegar a la pantalla una de las historias del propio editor que plantea en su último libro, Matèria de València.

El resto de proyectos y autores seleccionados en esta edición han sido Lorenzo Delgado Santos con Alma, de Olé Libros; Irene Estrada con Alameda 54, de Editorial Sargantana; Anna Lis con Darreres oportunitats, de Balandra Edicions; Josep Usó con El carrer era de terra, de Onada Edicions; Aina Fullana con Els dies bons, de Edicions Bromera; Mònica Richart con La dona invisible, de Edicions del Bullent; Juan Bolinches con La ley del Dogal, de Editorial Gusanillo; Guillermo Colomer con L’últim dels valencians, de Drassana, y Mercè Climent con No hi havia a València, de Sembra Llibres.

¿Tan lejos parece la retroalimentación entre el mundo editorial y el audiovisual? 

Para ello, dos respuestas. Vicent Baydal cree que “lo normal en otros territorios es que una televisión pública apoye historias locales que cuenten temas propios. En nuestro caso, vamos con un retraso evidente, básicamente por la historia reciente de descrédito, cierre y vuelta a empezar de nuestra radiotelevisión pública. Por tanto, Adapta Market viene a ser un paso más algo que debería ser habitual”.

Mercè Climent, por su parte, cree que “lejos no es la palabra. Imagino que los productores y productoras que han asistido hoy tendrán agendas complicadas y la cabeza llena de proyectos presentes y futuros. Igual que los autores y las editoriales. Pero, en realidad, solo haría falta pequeña chispa que propicie el milagro. Una especie de clic o enamoramiento con la historia que se ha explicado. Creo sinceramente que hay libros valencianos con mucho potencial cinematográfico. Solo hace falta que se de esta sincronicidad”.

Las ayudas culturales allanan el camino

El potencial affair entre la literatura y el cine tiene un potente aliado: el de las ayudas culturales. El pasado mes de agosto, este diario se hizo eco de la publicación, a través del Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, de la consulta pública de las bases de una futura ayuda para la adaptación de novelas a obras audiovisuales. Se trata de subvenciones de hasta 5.000 euros, que en 2022 tenía previsto ayudar hasta a siete proyectos.

Pero además, las ayudas al desarrollo y escritura de guion del Institut Valencià de Cultura también compensa sumando puntos los proyectos que son adaptaciones, premiando especialmente las obras que han sido galardonadas en premios de prestigio mediático como el Planeta o el Nadal.

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