Ignacio GonzálezMañana jueves entra en vigor el Área de Libre Comercio Continental de África, es decir, el proyecto más ambicioso de los últimos 25 años del continente africano
VALÈNCIA. Mientras vemos como la Administración Trump cuestiona casi todas sus alianzas aduaneras y comerciales transnacionales, el Reino Unido sale de la Unión Europea (UE) y las bases del libre comercio amenaza a gran parte del mundo, África prepara el acuerdo aduanero y comercial más ambicioso de los últimos 25 años. Mañana 30 de mayo, el Área de Libre Comercio Continental de África (AfCFTA) será una realidad. Cincuenta y dos de los 52 países africanos se unirán en una área de libre comercio que afectará a mas de 1.000 millones de personas y un PIB de mas de 2 billones de dólares. Si finalmente entran Benín, Eritrea y, sobre todo, Nigeria -la economía más grande de África- el proyecto todavía seria más robusto.
Actualmente, África es un mosaico de regulaciones y aranceles que ha hecho muy complicado las relaciones comerciales entre países de la región. Por ejemplo, solo el 10% de la actividad comercial de Nigeria es con otros países africanos. A nivel general, la actividad comercial entre países africanos se sitúa en torno al 17% y si las comparamos con Europa o Asia, que están cerca del 69% y 59% respectivamente, deja bastante claro que África está fuera de las cadenas de valor y de suministro trasnacionales.
Con la entrada en vigor del AfCFTA, los países deberán reducir el 90% de sus aranceles para las transacciones entre estados africanos. Según Naciones Unidas, esto podría impulsar el comercio interafricano en más de 50%. Durante los 10 próximos años se permitirá mantener algunos aranceles para proteger industrias clave; habrá una lista de exclusión total y otra lista sensible que tendrá distintos tipos de aranceles que irán desapareciendo paulatinamente. Asimismo se prevé que después de esa década la zona de libre comercio africana duplicará su comercio interno.
El problema de las economías del continente es el pequeño tamaño de sus economías y su gran fragmentación. Las grandes inversiones externas no llegan porque el tamaño las hace poco atractivas. También el comercio basado en países externos tiende a tener gran dependencia del envío de productos básicos y materias primas a fabricas en países destino, lo que se traduce en menos empleo en origen y una gran exposición de las economías a los precios de estos productos básicos.
La zona de libre comercio es, sin lugar a duda, el proyecto básico y estructural de una Unión Áfricana, que ha recibido el impulso del presidente de Ruanda, Paul Kagame, consiguiendo el acuerdo de la mayoría de países africanos ha sido clave para el éxito del proyecto. Nunca nadie en el continente había conseguido poner de acuerdo a tantos países con un único objetivo. De cualquier manera, esta zona de libre comercio no hará que de manera fácil e inmediata el comercio y los problemas de África mejoren de manera considerable porque el proyecto se enfrenta a grandes retos y problemas.
Uno de los grandes obstáculos son la malas infraestructuras que tiene el continente y que dificulta mucho las operaciones comerciales. La mejora de estas infraestructuras y comunicaciones será la piedra angular donde cimentar el éxito de este acuerdo, pero esto llevará tiempo y sobre todo grandes inversiones.
Desde la colonización, las pocas infraestructuras que se han ido construyendo se organizaron para llevar mercancías del interior a la costa para canalizarlas a los puertos o al país colonial del que dependían por ello existe muy poca infraestructura que interconecte países africanos entre ellos. Según el Banco Mundial, África necesitará más de 150.000 millones de dólares en infraestructuras por año, lo cual representa también una gran oportunidad como región para inversores externos.
Otro de los grandes retos a los que se enfrentan los países del continente es al riesgo regulatorio o la inseguridad jurídica a la que se enfrenta cualquier inversor. Los países deberán adecuar sus normativas para que las empresas puedan operar de manera segura a través de las fronteras.
Un problema importante es la posición de Nigeria, dado que siendo la economía mas importante del continente -su PIB supone el 17% de África- y con una población de casi 200 millones de habitantes se muestra reticente a suscribir el acuerdo. Aunque formalmente el presidente Buhari nunca se ha negado al mismo aunque hay muchas presiones del sector privado. En estos momentos todavía se encuentra en una fase de deliberaciones internas que no han llevado todavía a sumarse al acuerdo. Sin duda, la inclusión de Nigeria en la zona de libre comercio Africana seria fundamental para el éxito de la misma.
El acuerdo de libre comercio africano abre una gran oportunidad para el continente pero también para los inversores extranjeros, que siempre habían visto en África un mercado demasiado pequeño y fragmentado para sus intereses y ahora la oportunidad regional se hace mucho más atractiva. De ahí que el AfCFTA abra el camino hacia un frente africano unido donde los siguientes pasos deberían ir hacia una unión aduanera de mercado común, una unión monetaria y económica y por qué no a una unión política. A pesar de que -como apuntaba al principio- este paso que esta dando África sea algo a contracorriente, la Historia nos dice que a África nunca le fue bien la fragmentación.
Ignacio González Ochoa es socio director de AVD Consultores
