VALÈNCIA. (EFE). El ex director general de Feria Valencia Rafael Olcina ha señalado este jueves que en la modernización del recinto ferial estaba prevista alguna "desviación" sobre el presupuesto inicial, algo "lógico" que ocurre en todas las obras, "pero no esta barbaridad".
Olcina ha comparecido por segunda vez en la comisión de Les Corts que investiga la gestión de Feria Valencia, donde ha explicado que si cuando se reforma el baño de casa se va "la mano un 40 o un 50 %" en el presupuesto, "y el que diga que no miente como un bellaco", en una obra de esta envergadura, presupuestada en 360 millones, "es lógico que aparezcan problemas".
Según ha indicado, en ningún momento se contempló la posibilidad de que se les iba "a ir de las manos" cuando se presentó la maqueta de la reforma, que se correspondía "exactamente con lo que fue después Feria Valencia", aunque en la parte dotacional es "donde se fue la mano mayormente".
Olcina ha explicado que no se hizo "ningún estudio" sobre la viabilidad de las obras de modernización de la Feria, pues era "evidente" por el mal estado de las instalaciones, y ha desvelado que llegaron a buscar otra ubicación para Feria Valencia, como unos terrenos propiedad de la Generalitat en Sagunto, cerca del mar.
A su juicio, era "una locura" y "letal para la continuidad de algunas ferias" hacer las obras mientras se continuaban celebrando certámenes feriales, como finalmente se hizo y gracias a ello se perdió "parte del futuro" de una institución cuyas obras deberían haberse hecho por fases, empezando por dos o tres pabellones de los ocho previstos.
Preguntado sobre si tenían claro que la Generalitat se haría cargo del coste de la modernización si surgía algún problema ha indicado que "por supuesto", porque "la Feria era la Feria", y había una "conciencia de que si pasaba algo ahí estaban la Generalitat y Bancaja y la CAM".
"La Feria es muy particular; era otro mundo, y continúa siendo otro mundo", ha indicado Olcina, quien ha aseverado que Feria Valencia "ha muerto, ya no es una feria, es otra cosa", y ha acabado haciendo conciertos de Alejandro Sanz, un congreso de acupuntura o "maratones de zumba".
Sobre el papel del patronato de la Feria, ha indicado que "tenía la información que tenía", muy "milimetrada" y sin bajar al detalle, y ha admitido que existía un "control político", entre otras cosas porque el 80 o 90 % de los miembros del patronato los nombraba la Generalitat y alcaldía, la cual no ponía "un duro".
"En cada inauguración se hacía allí la hoguera de las vanidades, era un poco ridículo", ha asegurado Olcina, quien ha afirmado que se jugó "el bigote" cuando le cuestionó a la alcaldesa Rita Barberá obras no previstas inicialmente, como el túnel pasante o el centro de eventos, que eran un compromiso electoral del alcalde pedáneo de Benimámet, Esteban Cuesta.
Por su parte, el ex director general de Feria Valencia Carlos de Vargas ha explicado que se contrató con Orange Market para tres años tras seleccionarla entre una serie de empresas que apoyaban en "marketing" a Feria Valencia, un contrato que fue aprobado por el comité ejecutivo y firmado por el presidente.
De Vargas ha indicado que a Orange Market se le encargó desarrollar todo el plan estratégico de mercadotecnia y se le iban pidiendo cosas intermedias, como promociones del centro de eventos, y que se rescindió ese contrato porque la policía intervino el despacho de esa empresa de la trama Gürtel y la presidencia decidió "zanjar todo tipo de relación".
Álvaro Pérez, Pablo Crespo y Francisco Correa no contestan a ninguna pregunta sobre Feria Valencia "al tener causas abiertas podrían perjudicarles", pero hacen las delicias de los presentes con sus comentarios