VALÈNCIA (EFE). La ONG valenciana Juntos por la Vida ha logrado evacuar en los primeros diez días de la invasión rusa de Ucrania a unas 250 personas -la práctica totalidad mujeres y niños-, lo que supone cerca del 20 % del total previsto inicialmente, aunque su presidenta, Clara Arnal, asegura que esa cifra quedará obsoleta porque las peticiones de ayuda no cesan.
En declaraciones a EFE desde la frontera entre Polonia y Ucrania, Arnal explica a EFE que, además del autobús que ha llegado a València la pasada madrugada, en unas 40 horas se espera la llegada del segundo, y que otros dos saldrán este martes de Polonia.
Además, a finales de semana se fletará un avión cedido por la aerolínea valenciana Air Nostrum que partirá desde València con ayuda humanitaria y regresará con 90 refugiados.
"Pedimos a la gente que se contenga de enviar ayuda, comida o medicinas por su cuenta, porque los almacenes están ya muy saturados y hay bastante ropa de abrigo -ha advertido Arnal-. Hay que tener en cuenta que quienes salen de Ucrania lo hacen con una mochila o maleta pequeña, que no se pueden duchar ni cambiar aquí en la frontera y que tampoco pueden llevarse esa ropa".
"Se agradece mucho esa colaboración, pero la capacidad logística a este lado de la frontera -Polonia- está ampliamente excedida", ha añadido la presidenta de Juntos por la Vida.
Preguntada por cómo entra toda la ayuda humanitaria internacional en Ucrania, Arnal ha explicado que hay transportes autorizados que diariamente acuden a dos grandes almacenes logísticos en Polonia y llevan mercancías a diferentes ciudades de Ucrania.
Sin embargo, ha alertado sobre las dificultades que encuentran esos convoyes. "Hay zonas totalmente ocupadas, como la de Chernóbil, donde no llega absolutamente nada. En esa zona tenemos vínculos especiales con mucha gente y sabemos que lo están pasando mal, se les acaban los suministros y no pueden salir a la calle", según Arnal.
"No se está respetando, en absoluto, el derecho de los civiles, ni se están estableciendo corredores humanitarios. Sabemos que a grandes ciudades como Kiev u Odesa sí está llegando la ayuda, pero no a otros puntos, y a la gente que conocemos que está en ellos, personas que hemos visto crecer, les pedimos que no salgan, porque no es seguro".
Respecto a las previsiones del personal de la ONG desplazado a Polonia y hasta cuándo continuará su trabajo en la zona, Arnal ha explicado que están cansados, que afrontan largas esperas a temperaturas bajo cero y en medio de un gran caos, pero que les reconforta comprobar que su labor empieza a ser efectiva y que, por el momento, seguirán atendiendo las peticiones de ayuda.