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AStiberri recupera la obra de cristina durán y miguel Á. giner

Otra oportunidad entre mil

Astiberri recopila en un único volumen las vivencias de Cristina Durán y Miguel Á. Giner Bou con Laia, nacida con parálisis cerebral, y Selam, la niña que adoptaron en Etiopía

26/02/2017 - 

VALÈNCIA.­– Encadenar El premio Ciutat de Palma de Cómic, la reedición de dos cómics condenados a la desaparición tras la defunción de la editorial Sins Entido, una exposición en Pepita Lumier y la posibilidad de “vivir de los tebeos, por lo menos hasta octubre”. Hay una posibilidad entre mil, otra, de que unos dibujantes les salga todo tan redondo, pero es lo que les ha ocurrido a Cristina Durán y Miguel Á . Giner. Y lo peor, como se suele decir, es que se lo merece.

Optimistas, y con razón, se veía al tándem creador de Una posibilidad entre mil y La máquina de Efrén durante la presentación, de Una posibilidad. Edición Integral, en la Librería Bartleby de Ruzafa, un lujoso volumen que recupera en tapa dura y cuidadísima edición las dos obras mencionadas hace apenas unas líneas. La primera, que vio la luz en mayo de 2009, cuenta el difícil proceso de dar a luz a una niña con una lesión cerebral. En menos de dos años, llegaba a las tiendas la tercera edición.

“Fue un proceso largo que solo pudimos empezar cuatro años después de que naciera Laia y, en gran parte, por la cabezonería de Miguel que insistía en hacerlo, pero yo no lo veía. Al final, leyendo Epiléptico. La ascensión del gran mal de Daniel B. me di cuenta de que era posible hacerlo”, explica Cristina Durán. Razón no le faltaba, y así nació uno de los fenómenos editoriales de los últimos años. “Al principio, Una posibilidad entre mil pasó desapercibido entre los habituales al mundo de los cómics, apenas había reseñas y nadie lo comentaba. Pero empezó a cuajar en el círculo de los padres que habían pasado un trance similar y luego sí se hizo más famoso”.

Tanto que consiguieron el sueño de toda editorial: un long seller, un título que se resiste a morir. “Con La máquina de Efrén (2012) fue distinto, la gente lo estaba esperando y fue bien desde el principio”. Pero, al poco de salir, la editorial Sins Entidos cerró sus puertas. Los cómics se habían quedado huérfanos y condenados al mercado de segunda mano, pese a que la demanda seguía existiendo. Eso es lo que Cristina y Miguel celebran ahora, que Astiberri ha recuperado ambos trabajos en un único volumen. Lo celebran ellos, los lectores y los que se alegran de que existan tebeos así que hagan que el medio suba unos peldaños más en la senda del reconocimiento.

En común, ambos libros tiene mucho. Por supuesto, la experiencia vital de sus autores, pero también el uso de metáforas para contar la historia y, cosa poca habitual, apoyándose en el color. Cabe destacar el uso del bitono para convertir el verde de las batas de los médicos en el telón de fondo de la historia, que se convierte en un marrón arenoso en La máquina de Efrén para trasladarnos a África a través de la luz.

“Los procesos creativos fueron muy distintos. Nos lanzamos a hacer Una oportunidad entre mil cuatro años después de que naciera Laia, una vez habíamos pasado una etapa a nivel muy personal muy intensa, y ya sabíamos lo que queríamos hacer, cómo contarlo”, explica Miguel. “En el caso de La máquina de Efrén sabíamos desde el principio que haríamos un cómic, pero no sabíamos lo que nos iba a pasar. Casi fuimos a Etiopía, para adoptar a Selam, deseando que nos pasaran anécdotas para contarlas”.

¿Una continuación? “Puede ser, en el futuro, pero de momento no. Ese sería un libro en el que no contaríamos nuestra historia sino de la Selam, y son cosas que le pertenecen a ella. Si se hace es con su autorización y, por supuesto, su participación”, apunta Cristina.

Mientras llega (o no) esa continuación, a este equipo creador no le va a faltar trabajo. Gracias a que han ganado el premio Ciudad de Palma de Cómic (dotado con 10.000 euros) podrán dedicarse a un nuevo proyecto marcado, como estos, por el compromiso social: El día tres. Será un trabajo basado en el libro Lluitant contra l'oblit, de la joven periodista de Levante-EMV Laura Ballester.

"Conocí el libro de Laura en una presentación y en seguida me di cuenta de que aquí había una historia que contar", explica Miguel, "y no necesité mucho para convencer a Cristina, a ella también le encantó". La dibujante explica cómo los tebeos se han convertido en un medio perfecto para contar este tipo de historias muy personales pero con vocación de ser contadas. "Además", añade", "pese a la fama de frikis de los lectores de tebeos suelen acoger muy bien este tipo de proyectos".

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