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con 264 concejales en la provincia, cambian gobiernos y logran importantes cesiones

Partidos locales, esos socios imprevisibles y cada vez más necesarios

21/01/2024 - 

VALÈNCIA. Son heterogéneos, imprevisible y con denominaciones de lo más variopintas. Abundan en las comarcas pequeñas y de interior y escasean hasta casi no existir (salvo contadas excepciones como Massalfassar o Massamagrell) en la populosa Horta.

Quizás por ese motivo pasan más desapercibidos desde la óptica de la capital y su área metropolitana. No obstante, su presencia ha crecido en el último año. El pasado mandato, el que abarca el periodo 2019-2023, el PSPV ganó en concejales en la provincia con 1.084 frente a los 870 del PP, los 475 de Compromís; los 153 de Ciudadanos o los 24 de Vox.

El apartado ´Otros´ -que no encuadra ni a Podemos ni a EU tampoco- del listado por partidos de la Generalitat ofrecía la cifra de 236 ediles. En él incluía Ens Uneix y sus 17 concejales en Ontiyent, pero también la agrupación de Torrella o el pujante Ciutadans per Alberic, que arrasa en esta localidad de la Ribera.

Casi el 10%

Si en el pasado mandato esos ´otros´ suponían alrededor del 8% del total, en este han ascendido un punto largo y se acercan al 10%. En concreto reúnen a 264 concejales en la provincia de Valencia, 28 más que hace un año. El PP en la actualidad lidera la clasificación de ediles, con 1.077, frente a los 1.022 del PSPV. Compromís ha perdido 74 y Ciudadanos, 124; mientras que Vox ha subido 91 y alcanza los 115.

De ese total de 264 concejales del apartado ´otros´ apenas una cuarentena corresponde a dos formaciones que han superado la esfera local: Ens Uneix, con su diputada provincial por la Vall d´Albaida; y Ucin, con 14 concejales en la provincia, algunos tan clave como sus duetos que decantan los gobiernos de Oliva y Alzira y las alcaldesas de San Antonio de Benagéber y Loriguilla.

Projecte Oliva, tras ganar las elecciones locales.

El resto, alrededor de 220, milita en partidos ultramunicipales, entre ellos algunos tan exitosos como Projecte Oliva, que, liderado por Yolanda Pastor, ganó las últimas elecciones con diez concejales en uno de los dos municipios -el otro es Ontinyent- de más de 20.000 habitantes del ámbito provincial en que gobierna una formación que no es de ámbito nacional ni tampoco Compromís.

En algunos casos, como los citados, o como Algimia, Segart o Torrella, por enumerar más ejemplos concretos, cuentan con la alcaldía; y en otros resultan socios necesarios para gobernar. De esa forma, con un pacto suscrito con el Partido de Requena y Aldeas (PRyA) dirige Requena la popular Rocío Cortés.

El PP constituye la fuerza que más beneficio ha obtenido de estos pactos en el actual mandato. En gran medida ha sucedido porque algunas de estas formaciones, como Activa Chiva o XBuñol, nacieron precisamente para cambiar el statu quo reinante y, tal como rubricó ante notario la primera a modo de medida inexcusable, pactaron con quien suponía la renovación respecto a lo anterior tras los comicios de 2023.

Buñol, La Pobla, Turís...

Bajo esa premisa se han sucedido pactos como los anteriores, o el de La Pobla de Vallbona, que ha encumbrado a Abel Martí, uno de los alcaldes más pujantes del PP, con el apoyo de sendas formaciones locales (ambas con dos ediles): Centrats en La Pobla y CUPO. O el de Turís, que ha descabalgado al PSPV por una alternancia entre la agrupación local PIPT, que tendrá la vara de mando hasta 2025, y el PP. Otro, como el de Puçol, se ha prorrogado respecto al pasado mandato.

Incluso se han producido acuerdos teóricamente contra natura o contra mentalidad ideológica estándar. El epítome lo supone Piles, localidad saforeña en la que se han juntado PSPV, Compromís y PP, con seis ediles entre los tres, para que no gobierne la fuerza autóctona Independents per Piles, dirigida por David Morant, con cinco concejales.

Los partidos locales no responden, en general, a una lógica tangible desde una óptica externa. Obedecen más a intereses exclusivamente municipales. O incluso en muchas ocasiones de una parte del término. Como sucede, por ejemplo, con la coalición Más Camarena Torre en Conill, que decanta la alcaldía en Bétera.

En el pasado mandato y el actual lo ha hecho a favor de Elia Verdevío, primera edil del PP; no obstante, con anterioridad pactó con Compromís. "No cumplió los acuerdos y el Partido Popular sí que lo hizo. En 2023 nos volvieron a buscar", señala Carlos Abad, candidato de esa coalición, en referencia a la formación compromisaria. Su objetivo final estriba en incrementar las inversiones en las urbanizaciones de Bétera. Para lograrlo son versátiles.

Los cuatro concejales del PP en Montserrat pactaron la moción de censura con AIGUA.

Como el partido local de Montserrat Agrupación Independiente General de Urbanizaciones y Asociaciones (AIGUA), que en anteriores mandatos respaldó al socialista Josep María Mas y en este votó, el pasado mes de diciembre, una moción de censura contra el mencionado primer edil, de manera que respaldaba su sustitución por el popular Sergio Vilar.

La base, de nuevo, se centra en las inversiones parciales en su zona, en sus urbanizaciones. De hecho, el actual pacto de gobierno lo hizo mediante un documento de compromiso de fondos y acciones para una porción del término municipal de Montserrat.

La reafirmación más evidente de que la mayor parte de formaciones locales no responde tanto a cánones ideológicos como a pragmatismo local se halla en la propia Ens Uneix antes citada. Pese a fundarla exmilitantes socialistas, empezando por su actual presidente y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, ha entrado en el gobierno -pese a que no le votó en la investidura- de Vicent Mompó en la Diputación y ha establecido acuerdos con el PP en la Mancomunitat de la Vall d´Albaida. De nuevo sobre el pilar de inversiones para la comarca.

Jorge Rodríguez y el resto de alcaldes de Ens Uneix, todos de la Vall d´Albaida.

Y a ese factor de tirar hacia lo suyo, lo propio, se suma la faceta personal, con sus filias y fobias. En Alzira, por ejemplo, Ucin surgió por una escisión del PP opuesta a la designación, por parte de la dirección regional de esta formación, de José Luis Palacios como candidato a alcaldía.

Esa determinación la llevaron hasta el extremo de que -tal como adelantó en exclusiva Valencia Plaza-, con sus dos ediles, suscribieron un pacto que, con el apoyo del PSPV, renovaba la alcaldía de Compromís. De no haber sellado ese acuerdo, Palacios, que ganó los comicios empatado a ediles con la coalición compromisaria, hubiera sido primer edil.

Su caso, a menor escala, se reedita en Alginet año tras año con Socialistes d´Alginet, una escisión del PSPV que en el pasado mandato tuvo la alcaldía con el apoyo del PP y en que en esta hacen de báculo de la joven máxima munícipe popular Elia Ferrer.

El origen y la venta

"Suele existir una 'caída' de los fundadores de estos partidos. Vienen de otra formación de la que se han marchado. Esa 'caída' resulta muy importante porque sin ella no existen ni identidad ni una ubicación en la escala ideológica", señala un destacado consultor en comunicación política que trabaja en diferentes municipios de la provincia.

"A partir de esa identidad ha de saber diferenciarse pacte con quien sea y tener la capacidad de vender ese acuerdo. Mirar con quién le conviene hacer y en qué situación se halla en el municipio. No pueden cerrarse las puertas, siempre sobre la base de esa identidad, de pactar con quien sea", concluye. 

Una reflexión que explica pactos tan abigarrados como algunos de los antes reseñados que, posiblemente, se comprendan en todos sus matices únicamente con una visión estrictamente localista.

Y esa perspectiva resulta cada vez más importante desde la óptica de los grandes partidos para lidiar, convencer o pactar con socios municipales tan imprevisibles como cada vez más necesarios en los acuerdos de gobierno.

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