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grand place / OPINIÓN

Pasillo sin retorno

1/10/2019 - 

¿No les ha pasado nunca cruzar un pasillo, una puerta, un umbral del que ya no hay vuelta atrás? En los aeropuertos hay un momento en que se cruza un pequeño pasillo acristalado en el que se abren dos puertas automáticas, que se cierran a la espalda, mientras sigues un corto trecho hacia adelante, con la esperanza de que se abran las de enfrente. En el suelo, reza la leyenda escrita en letras negras: “Pasillo sin retorno”. Casi me da un ataque de pánico, cuando pensé… “¡no hay vuelta atrás!”

¿No les ha pasado nunca haberse arrepentido de lo hecho, de lo dicho, de lo escrito? Bueno, tal vez no tanto de lo escrito, porque aquí, desde que existe mi dios-Mac, hay vuelta atrás. Trabajo con un ordenador Apple Mackintosh desde 1989 y no lo cambio por nada en el mundo. Puedo cambiar de novio, pero no de sistema operativo. El motivo es simple: el teclado te da la opción de volver atrás con el “Comando-Zeta”. Es decir, presionando la tecla “command" y la de la letra zeta borras lo escrito antes de guardarlo. ¿Lo entienden? Borra cualquier error y te deja en el punto de partida, inmaculado y preparado para volver a empezar. Siempre he querido un comando-zeta en mi vida, con el que poder borrar todos los errores y volver atrás cuando me equivoco. Con los novios no hay vuelta atrás. 

Dicen que hay tres cosas que nunca vuelven: una bala disparada, una palabra dicha y un beso perdido. Y dicen que nunca te arrepientes de lo que has hecho, sino de lo que no has hecho: de las oportunidades perdidas. Que se lo pregunten a David Cameron… No hace falta. El ex Primer Ministro británico entona su “mea culpa” en su libro de memorias, “For The Record”, que recogía este domingo un reportaje de El País: “Han pasado ya tres años desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No ha habido un sólo día en el que no haya pensado en mi decisión de convocar esa consulta, ni en las consecuencias que acarreó hacerlo”.

Nosotros tampoco. Y eso que les hemos dado opciones para la vuelta atrás y el comando-zeta. El Brexit, la salida del Reino Unido del club de los privilegiados del mundo, tiene una cláusula de retorno en el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. Es decir, el inglés que lo redactó, tal vez pensando en lo que podían ser capaces de llegar a hacer los suyos, estableció la posibilidad de pedir volver a entrar. Y estamos a tiempo, en tiempo de prórroga de baloncesto, es decir, con posibilidad incluso de volver a pedir la prórroga. El que se atreva…, porque están en periodo preelectoral. 

Como nosotros… ¿Cuántas veces no se habrán arrepentido PSOE y Unidas Podemos de los desamores del verano? Porque no ha sido un ligue de playa, sino un divorcio malavenido, lo vivido en los prolegómenos de la no-investidura. ¿Cuántas veces no se habrá arrepentido Pablo Iglesias de no haber aceptado el gobierno de coalición que le ofreció en julio hasta el minuto de descuento el presidente socialista Pedro Sánchez, con tres ministerios y una vicepresidencia? ¿Cuántas veces no se habrá arrepentido Pedro Sánchez de su “no es no” a la petición de Pablo Iglesias de volver a negociar en septiembre “un ‘ministerito’, mi ‘arrrma’…”? Lo sabremos en el próximo capítulo, el 10 de noviembre.

De arrepentimientos y arrepentidos está el cielo lleno… Algo bueno tenía que tener la religión católica, que te lo perdonan todo, pero ¡ojo! previo examen de conciencia, dolor de los pecados, confesión, propósito de enmienda y cumplir la penitencia. Que se lo pregunten al “President” Puigdemont, que esta semana nos regala con un inicio de campaña para un otoño caliente, pre-sentencia del Procès, en el aniversario del referéndum del 1 de octubre. ¿Cuántas veces no se habrá arrepentido de haber declarado la no-DUI -Declaració Unilateral de Independència- aquel 27 de octubre, en lugar de haber convocado elecciones? 

En una entrevista realizada en público hace unas semanas en el Casino de Koksidje (Flandes), por el periodista Karl Drabbe, Puigdemont dio muestras de arrepentimiento al afirmar que “desconocía cómo de contundente iba a reaccionar la maquinaria del Estado contra el independentismo”. Creí entender en inglés… Yo lo intuí aquél día de 2017 y me llevé las manos a la cabeza. Al día siguiente les aplicaron el artículo 155 de la Constitución y suspendieron la autonomía catalana. Sin comando-zeta. Sin retorno. Sin perdón…

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