Esta es la típica elaboración que se le ocurre a un chef italiano que lleva viviendo mucho tiempo en España.
Será lo que le ha pasado a Alessandro Miceli, que mientras rendía homenaje a su abuela nos ha mirado a los ojos y ha llegado hasta aquí, a la pasta fresca con ragú de pulpo y chorizo.
Se mire por donde se mire nos está hablando de amor.
El ragú, el famoso ragú italiano, es paciencia y nostalgia a partes iguales. Juntar bien, con autenticidad y tradición, el tomate, la zanahoria, la cebolla, el apio, el laurel (de Jérica) y cambiar la carne por el pulpo no es fácil. Luego viene lo de pensar en el chorizo —tan nuestro y español—, el cantimpalo y el de pueblo, capaces de repartir en cada bocado un toque justo de untuosidad y crujiente. Y como me gusta arañar algún secreto, vengo con este: aquí el ragú se inicia con una salsa madre de tomate, la misma que preparaba la nonna. Obviamente, la pasta fresca está hecha a mano.
¿Y saben qué más? Que el plato brilla en un menú de mediodía de 13€.
Tal y como les sale a Alessandro y a Juanjo —mi plato lo ha cocinado Juanjo— parece que esté pensado para que me quede a vivir en él. O en otros, que el recetario del Aladroc se está convirtiendo en una de las mejores referencias culinarias de Ruzafa.
En fin, todos sabemos que los italianos son famosos por su romanticismo, lo que no sabíamos es que esta es una declaración de amor a la cocina de su país y a nosotros. Así que ti amo, e un tavolo per due!