VALÈNCIA (EFE). La "extrema movilidad" de los menores de 30 años ha provocado el aumento de casos de covid en las últimas semanas, un "incremento brutal" que ha "roto" la desescalada pero que no tiene nada ver con anteriores oleadas gracias a la vacunación que permitirá que "lleguemos bien" a septiembre.
Así lo ha asegurado en declaraciones a la Agencia EFE Salvador Peiró, investigador de la Fundación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), quien advierte que la capital valenciana y su área metropolitana son las zonas más afectadas por este aumento de casos.
Según señala, no son solo casos debidos a los viajes a Mallorca, sino quedadas o fiestas de despedida en chalets que están teniendo un "resultado demoledor" y, a partir de ahí, "la transmisión es mucho mayor de lo que vemos porque la mayoría ni se entera".
Según el epidemiólogo, el coronavirus no es un virus estacional y cuando hay contactos se transmite, aunque subraya que la actual situación "no tiene nada que ver con las anteriores olas".
"La vacunación ha hecho su papel, hemos llegado al 85 % por ciento de los mayores de 40 años con al menos una dosis y se está vacunando aceleradamente a los que nos quedaban de Astrazeneca", destaca para añadir que los hospitales "están bastante tranquilos" y la mortalidad "se ha frenado un poco".
Además, indica, la mayoría de los jóvenes contagiados son asintomáticos o leves y aunque los vacunados también pueden contagiarse, "un vacunado de 80 años acaba teniendo los riesgos de uno de 30 sin vacunar".
No obstante, advierte de que se están produciendo problemas en Atención Primaria. "Están reventados, haciendo PCR todo el día y seguimientos de casos, mientras que en Salud Pública están intentando trazar lo intrazable porque ya son montones de casos".
Insiste en que la transmisión "ya no quiere decir lo mismo que antes, ya no se traduce como esas oleadas de hospitalizaciones y de funerarias llenas. Esto ha cambiado totalmente, aunque no podemos minimizar su impacto".
Considera que hay "un doble mensaje constante: de que la transmisión es alta y de que no pasa nada", pero indica que aunque no se van a llenar las UCI, "si tenemos miles de caso como estamos teniendo, algunos acabaran" en ellas.
Además, añade, este incremento de casos tiene su "importancia económica" y han "hecho polvo la desescalada y la imagen de la España Turística a principio de temporada" con brotes como los ocurridos en Baleares o Sitges.
Considera que no se debe confinar a la población "más allá de intentar controlar los lugares donde se junta mucha gente" y aunque recuerda que usar mascarillas en el exterior "no hace mucho papel" indica que ante el incremento de casos algunas autonomías volverán a hacer que se pongan.
No obstante, le parece más efectivo el cierre del ocio nocturno pero "hecho con cierta cabeza" y recuerda que el verano pasado se cerraba en algunos municipios pero sus habitantes se trasladaban a otros donde seguía abierto.
"Lo que importa ahora es vacunar y controlar los espacios interiores, sean los que sean, y también los eventos exteriores masivos y, sobre todo, si van asociados al consumo de alcohol. Aislar todo lo que podamos los casos y sus contactos".
Señala que los jóvenes, ahora insensibles a los mensajes de prudencia, se han portado muy bien durante todo el año porque estaban protegiendo a sus familiares, "pero aunque muchos de ellos estén vacunados podrían volver a contagiarse".
"La desescalada está rota, en algunos sitios está frenada y en otros se ha dado marcha atrás", indica Peiró, quien se muestra sorprendido por la rapidez del contagio.
Señala que aunque la variante Delta puede haber tenido poco que ver al principio de los brotes, esta expansión de los contagios hará que dentro de nada sea preponderante.
"Esto va a ser difícil de controlar pero el impacto no va a ser tan grande", insiste el epidemiólogo, que señala que el problema será este mes y la primera quincena de agosto, pero a septiembre "llegaremos bien porque iremos administrando la vacunación a estos grupos de edad y así, cortando la transmisión".