La València que conocemos en la actualidad no se entendería sin la obra de Javier Goerlich o Santiago Calatrava, pero tampoco sin la de Pere Compte (o Comte), figura clave de la arquitectura gótica valenciana del siglo XV, el periodo de mayor proyección internacional de la historia del cap i casal. Nacido en Girona pero formado en València, Pere Compte fue maestro de las obras reales, maestro de las obras de la ciudad y colaboró en la creación del Gremio de Pedrapiquers en 1472 junto con Francesc Baldomar y García de Toledo. Su firma está en uno de los edificios más importantes de la ciudad: La lonja de la seda o de los Mercaderes (1482 y 1548). Una valía profesional que le llevó a ser mencionado como "mestre pedrapiquer de molt sabut en l’art de la pedra”, pero también a trabajar bajo las órdenes de la familia Borja o a realizar las obras de la catedral de Tortosa (Tarragona). Un legado que merece la pena descubrir, pues Pere Compte puso las bases de la arquitectura moderna y del corte de la piedra, de la estereotomía moderna y de la geometría descriptiva.
La mayor parte del trabajo de Pere Compte se encuentra en València, como es el caso de las obras de la Catedral de Valencia, que inició en 1477 en sustitución de su maestro Francesc Baldomar. En la catedral realiza diversas obras, pero la más importante es la finalización de la arcada nova y el pasillo de unión con la Sala Capitular. Unas actuaciones de ampliación que obligaron a cambiar la clave de la nave mayor y en las que Pere Compte emplea novedosas aplicaciones geométricas para el trazado de arcos, bóvedas, escaleras y soportes. En este caso emplea el rampante redondo, que constituirá una de las mayores aportaciones del tardogótico hispánico. Y es que, no hay que olvidar que Pere Compte puso las bases de la estereotomía moderna; es decir, la parte del arte de edificar que enseña a dar forma, proporción y cortes necesarios a las piedras que se han de emplear en un edificio para su mayor firmeza y hermosura. Para dichas obras en la catedral, y gracias al uso del quinal, empleó el cabrestante en lugar de la grúa, tal y como se recoge en la obra de Arturo Zaragoza y Merecedes Gómez-Ferrer Pere Compte arquitecto.