VALÈNCIA. Los poblados íberos en la Comunitat Valenciana son testigos silentes de una época fascinante en la historia de la región. Estos asentamientos, que datan de los siglos VI al II a.C., representan una parte crucial del legado cultural y arqueológico de la zona. Distribuidos estratégicamente en el territorio, estos poblados ofrecen valiosas perspectivas sobre la organización social, económica y política de las comunidades íberas que los habitaron. Su estudio arqueológico arroja luz sobre aspectos como la arquitectura, las costumbres, las prácticas religiosas y las relaciones comerciales de estos antiguos pobladores.
Lamentablemente, su lengua íbera es todavía una incertidunbre y la información lingüística de la que se dispone es limitada. Los equipos de investigación han intentado descodificar y comprender este idioma antiguo a través de diversas inscripciones encontradas en monumentos y artefactos, pero aún hay muchos aspectos que permanecen desconocidos. Las inscripciones íberas que han sido identificadas hasta ahora se encuentran en el alfabeto ibérico, un sistema de escritura que aún no se ha podido descifrar con plena certeza. Por lo tanto, mientras existen hipótesis y teorías sobre la lengua íbera, no puedo ofrecer una transcripción o una traducción fiable de la misma en este momento. Parece ser una tarea en curso para los lingüistas y arqueólogos que continúan trabajando para entender mejor el idioma y la cultura de los antiguos habitantes de la península Ibérica.
Es Yàtova, por tanto, una de las grandes ubicaciones para realizar estos trabajos de recuperación del legado íbero. En 1979, el hallazgo de una importante colección de plomos escritos en esta lengua hizo aumentar el valor patrimonial del montañoso municipio de la comarca de la Hoya de Buñol. Sin embargo, la falta de normativa y regulación en torno a la protección del patrimonio, llevaron a sufrir años y años de expolio en el terreno y excavaciones furtivas. No fue hasta 2016 cuando fue declarado Bien de Interés Cultural y el ayuntamiento contactase con Consuelo Mata y David Quixal, del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de València. Ello permitió que las actuaciones arqueológicas comenzadas en 2017 tuvieran como resultado el descubrimiento, tan solo un año después del primer plomo encontrado que no fue producto del expolio, sino de excavaciones arqueológicas.
Las dos primeras campañas, en 2017 y 2018, fueron financiadas por el Ayuntamiento de Yátova y dirigidas por desde la Universitat de València. Una situación que ha cambiado, ya que desde 2019 las excavaciones se enmarcaron en un proyecto de investigación en el que trabajan en un tripartito el Ayuntamiento de Yátova, el Museu de Prehistòria de València y la Universitat de València.
Son varios los objetivos que persiguen estas siete campañas que ya se han llevado a cabo. Por un lado, frenar la grave actividad expoliadora que el yacimiento ha sufrido y ponerlo en valor. Desde las primeras campañas el ayuntamiento trabajó de forma paralela con las excavaciones a través de la mejora de la señalética, la implantación de mesas interpretativas o paneles y la integración del yacimiento en la ruta de los íberos de Valencia, una plataforma de la Diputación de Valencia.
Desde hace casi 4 años se puede visitar tanto de forma libre, a través del GR-7 como a través del programa de visitas guiadas. Cuenta con un espacio de aparcamiento en el Refugio de montaña del Manquillo y existe un calendario programado de visitas guiadas, que son completadas con la Colección Museográfica sita en la localidad de Yátova donde se exhiben algunas piezas procedentes del poblado. Forma parte de la Ruta dels Ibers.
A su vez, tiene una vertiente formativa, ya que estudiantes de los Másteres de Arqueología y de Historia de la UV pueden hacer en ese tesoro patrimonial sus prácticas universitarias. Finalmente, todo lo que allí se encuentra se estudia y analiza en los laboratorios de la Universidad de Valencia y se acaba depositando en el Museo de Prehistoria de Valencia porque por encima de todo excavan para “avanzar en el conocimiento arqueológico de la cultura ibérica”, tal y como Quixal asegura.
La labor del equipo va más allá de la mera preservación del patrimonio; también se ha enfocado en la difusión y educación, con la organización de talleres escolares y jornadas de puertas abiertas que acercan la historia y la arqueología a la comunidad local y al público en general. El objetivo final es fomentar el turismo cultural en la región e invitar a los visitantes a descubrir la riqueza y el encanto del pasado ibérico mientras disfrutan de la belleza natural de la sierra valenciana.
El Pico de los Ajos es un poblado fortificado ubicado en la cima de Sierra Martés, cadena montañosa que separa los actuales términos municipales de Yátova y Cortes de Pallás, municipios de la comarca de la Hoya de Buñol. Este poblado es uno de los yacimientos ibéricos más destacados de la provincia. El Pico de los Ajos tiene unas 3 hectáreas de extensión que ocupan el extremo noroccidental de Sierra Martés, a lo largo de toda una serie de plataformas, laderas y espolones.
Las excavaciones se han centrado en el sector 1, plataforma más al oeste, por donde se accede actualmente, localizando niveles de la fase fundacional (siglos VII-VI a.C.) y una serie de departamentos en batería de los siglos II-I a.C. También se ha intervenido en el sector 4, un agreste espolón en los acantilados meridionales de la sierra, donde se localizó un edificio con funcionalidad auxiliar de los siglos II-I a.C. Han aparecido toda una serie de departamentos como de habitaciones de una zona de hábitat de una zona donde vivían de los siglos II y I a.C, junto con los hallazgos habituales de material de la época, en especial cerámicas tanto ibéricas como importadas de otras zonas del Mediterráneo. Uno de los hallazgos que ha permitido obtener mayor información son los restos bióticos de fauna que consumían, carbones o semillas.
La provincia de Valencia cuenta con una riqueza arqueológica notable, especialmente en lo que respecta a la cultura ibérica. Numerosos yacimientos, algunos de ellos excavados desde hace décadas, destacan como referentes en la investigación y la promoción del patrimonio. La creación de la ruta de los íberos, liderada por la Diputación de Valencia, juega un papel crucial al integrar estos sitios emblemáticos en un recorrido único. Nuevos proyectos como este se suman a esta iniciativa, enriqueciendo aún más la oferta cultural y turística de la región. Esta unión entre el conocimiento académico y el compromiso local permite preservar estos yacimientos como testimonios vivos de la historia ibérica.